Cuando emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.

Kavafis

Es posible que el deseo inmediato de quien lea una novela testimonio, en dependencia de la historia, sea repetir la hazaña del (los) protagonista(s), aunque nos cuesta la vida, parafraseando aquel famoso bolero. Existe la posibilidad de retar al destino y hasta creer que nuestras vivencias pueden ser tan interesantes como la de aquellos personajes.

Llame a esto, si quiere, alucinaciones insulsas de un lector fascinado con esos relatos reales que alcanzaron relevancia a finales de la década cubana del 60 con Biografía de un cimarrón, de Miguel Barnet. Son muchas las historias de este tipo que nos dejan el inconfundible sello de la resistencia, envidiable tenacidad con la que algunos seres llegan al mundo. Otros como La noche de Tlatelolco: Testimonios de historia oral, de la mexicana Elena Poniatowska, reflejan lo irracional de una ideología al servicio del poder vil.

En medio de tantas y buenas obras de este corte, han nacido en Cuba otras que llaman la atención de críticos y que rompen con la marca preestablecida de ser “provincianas”. (Suficiente se ha escrito sobre la relevancia que tienen las editoras territoriales y la necesidad de que sellos nacionales cubanos nutran sus catálogos con autores de otras zonas del país. A esto llámele, se lo pido, un reclamo).

América Lontana (Editorial Unicornio, 2017) de Cecilia Valdés Sagué (Caimito, Artemisa, 1965) [1] cumple con ese riguroso carácter historiográfico que demanda el género. Los continuos viajes del italiano Giusepe Pugliares lo elevan, a veces por circunstancias impuestas, a la categoría de “hombre aventurero”, complemento indispensable en un ser dispuesto al cambio, a la búsqueda inmediata. Durante todo el “trayecto literario”, la autora se esmera en subrayar las “marejadas” de una persona punteada por los conflictos bélicos y la inmigración. El siciliano –seguidor en su juventud de Elvis Presley— decide partir de su natal Augusta, echándose a la mar, para buscar en la América soñada una vida distinta. Su afán de “eterno viajero” irá cambiando su yo interior, para entregarnos a un Giusepe luchador por los derechos laborales, emprendedor, cazador del amor…

¿Acaso fue el ir y venir de puerto en puerto, de ciudad en ciudad lo que permite a nuestro inquieto trotamundos colgar sus viejos hábitos y recomenzar su vida, probablemente extraviada en excesos? ¿Debemos al mar agreste toda la sabiduría que poco a poco adquiere el personaje? ¿O fue, quizás, el “alma de vagabundo” responsable de todas sus andanzas?

Nunca se ha canonizado a un marino ni existe un solo santo que haya pasado una parte de sus días terrenales en el mar, nos dice la autora a través de Giusepe Pugliares, para entender mejor el espíritu indomable del protagonista, un hombre con un corazón enérgico que late al unísono con los acontecimientos.

El periodista Miguel Terry Valdespino ha dicho que Cecilia Valdés Sagué “ha debutado con el pie derecho en los predios de la novela testimonial”. Y decimos más, sin que esto necesariamente sea una sarta de elogios baladíes: con América Lontana el lector entenderá que ganarle tiempo a la vida será siempre el único fin de quienes pasamos por la tierra, o nos entregamos a la mar. Ganará fuerzas, si todavía le falta, para asumir los retos que imponga el presente. Carpe diem.

En Giusepe Pugliares verá reflejado, no solamente el Colón moderno que alguna vez quisiéramos ser, sino el hombre que crece y se impone al miedo, aunque todo esto lleve consigo dejar el nido.

¡Atrévase a volar!

[1] Cecilia Valdés Sagué es Licenciada en Español y Literatura. Narradora y crítica literaria. En el 2007 mereció el premio La Enorme Hoguera que otorga el Consejo Nacional de Casas de Cultura. Tiene publicado el libro En blanca y negro (Editorial Unicornio, 2008).