Ariana Álvarez: “Un placer trabajar con Ernesto Piña”


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(Foto: cortesía de la entrevistada)

La joven y versátil actriz cubana Ariana Álvarez es la protagonista del primer largometraje animado del realizador Ernesto Piña. 

La Súper es el título de este filme que tiene como argumento el reclamo a la no violencia contra las mujeres y niñas. Está producido por Animados ICAIC y se prevé su estreno para el 2021.

En entrevista exclusiva para Cubacine Álvarez nos comentó sobre algunas de sus experiencias durante las grabaciones de voces. Momentos de tensión, estrés, diversión… que lograron al final el casi perfecto resultado del esfuerzo.

¿Quién es La Súper?

La Súper es una heroína que tiene superpoderes y da un escarmiento a los hombres haciéndolos transformarse y reflexionar. El filme es un reclamo a la no violencia contra las mujeres y las niñas. Este personaje ha significado mucho para mí. Me pareció algo novedoso para Cuba. ¡Fue un tremendísimo placer!

Algunas de mis pocas experiencias en animación ha sido trabajando con Piña. He interpretado voces para cortometrajes animados, episodios, el programa televisivo La Peña de Piña y por primera vez en un largometraje.

¿Qué significa para ti ser la protagonista?

Fue una sorpresa muy grata. Realmente él me llamó, me dijo que tenía un personaje para una película animada, me dio el nombre del personaje y el guion. Cuando comienzo a leerlo, me doy cuenta de que el nombre de La Súper, Yudeisi, aparecía casi todo el tiempo, así que me dije: “¡Dios, yo creo que soy la protagonista!”.

¿Qué tan complejo fue adaptarte al personaje?

Un tanto complejo. En películas animadas veo que, a veces, los personajes no tienen voces naturales, un tanto irreales, como vocecitas de muñequito, y yo me preguntaba:“¿Cómo hago para estar en un término medio, para que mi voz no suene ‘Ariana’, ni tampoco irreal?”. Fue un poco estresante para mí.

Cuando algo es complicado así, nunca se lo hago saber al director, ni al sonidista, para no preocuparlos. Trato de hacer mi mejor esfuerzo para lograrlo. Casi siempre lo que uno siente es distinto, totalmente, a lo que uno proyecta. Aunque me costó algo de trabajo adaptarme, fue todo un día de grabación, lleno de experiencias gratas y bonitas.

¿Cuánto disfrutaste la interpretación de cada escena? ¿Cuál te resultó más difícil?

Todas las escenas fueron difíciles para mí; otras, incluso, simpáticas. Cada personaje es un reto, este más, porque como no había realizado películas animadas me preguntaba a cada momento si lo lograría, y si complacería al director. En cada escena me cuestionaba si lo estaba haciendo bien. Tuve que hacer diversos sonidos onomatopéyicos, que reflejaran acciones de maltrato físico; o sea, tenía que hacer como si me estuvieran golpeando. Simular golpes es un tanto irreal para mí. No es lo mismo cuando uno actúa ante cámaras, a cuando actúas solo con la voz.

Hay otra de las escenas en la que tengo que montar una especie de patineta y tengo que reflejar susto, sorpresa… Fueron dos escenas complicadas a la hora de emitir sonidos que reflejaran algún miedo, susto o sufrimiento.

Yo creo que todo lo nuevo aporta cosas buenas a mi vida, así es que, de alguna manera, fue una experiencia complicada y rara, pero agradable y provechosa.

¿Alguna anécdota de estas grabaciones?

Hubo varias, pero la más bonita fue cuando nos visitó en el estudio de grabación alguien que para todos los cubanos fue, es y será el padre de Elpidio Valdés, Juan Padrón. Ese día estuve muy nerviosa, él también me asesoraba. Me dije: “Juan, que dirige de una manera excelente y está tan acostumbrado a lidiar con actores que hacen voces extraordinarias, ¿qué estará pensando de mí, no?”.Yo le preguntaba: “¿Le parece bien? ¿Lo estoy haciendo bien?”… Y él, caballero al fin, nos decía que le parecía bien. Fue la primera vez que lo vi en persona. Tengo un recuerdo muy bonito de él, que mantendré toda la vida.

¿Te sientes identificada con el argumento de este largo? ¿Qué crees?

Sí, porque yo creo que, de alguna manera, todas las mujeres en el mundo sufrimos violencia o discriminación, en algún momento de nuestras vidas. La Súper reclama ese derecho que tenemos en Cuba y en todas partes del mundo a la no violencia. Estamos rompiendo cánones, diciendo en este preciso instante que nosotras también tenemos voz y somos escuchadas, y que también gritamos por problemas intolerables. Yo creo que estaba gozosa de experimentar un proyecto como este.

¿Qué representó para ti trabajar con Ernesto Piña y su equipo?

Siempre es un gusto trabajar con Piña. Es una persona muy creativa, buen ser humano, tiene muy buena energía, buena onda. Nunca está bravo, ni molesto. Es alguien con el que una logra trabajar de manera fácil, diáfana, tranquila, en paz. Nuestras sesiones de grabación generalmente fueron muy divertidas. Sinceramente, fue un gusto trabajar de nuevo con él y con su paciente y estelar equipo. Ojalá vengan otros proyectos más.

 


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