Pintor, escultor y grabador Arturo Montoto. Foto portada de OnCuba.

Fruto del indiscutible talento y la sólida formación académica de su autor, la obra de Arturo Montoto goza, además, de una distinción poco común; incluso dentro de ese segmento de la población que usualmente no experimenta disfrute estético alguno ante las propuestas del arte contemporáneo cubano.

Responsables en gran medida de tal aceptación, son esos fragmentos urbanos en los que, como al descuido y enaltecidos por un genial empleo de la luz, aparecen a la entrada de un edificio un balde o un hacha que, abandonada, se apoya en dos libros. Imágenes que en ocasiones han pasado a formar parte de la cotidianidad de cualquier hogar nuestro, gracias a estar multiplicadas en los diseños de la Colección Arte en Casa del Fondo Cubano de Bienes Culturales.

Da lo mismo, Andy, todos somos pasado.
Óleo sobre lino, 2012.
Sitio oficial del artista.

“Aunque en alguna entrevista he dicho que mi obra es un paisaje de la ciudad, me han confundido con un pintor de naturalezas muertas porque pinto frutas; sin reparar que en los bodegones el artista presenta solamente esa fruta sobre una mesa; mientras que en mis lienzos se insinúa la presencia humana a través de alguna huella dejada por esta.

Digamos que al lado de la fruta pelada está el cuchillo, por ejemplo. Es un recurso fotográfico que tiene que ver con el instante que capta una imagen, lo cual da pie a que el espectador imagine determinada escena”.

Así se refirió a esa parte de su quehacer el pintor, escultor y grabador pinareño, quien en entrevista que concediera al Blog Cubarte profundizó en el modo en que asume el proceso de creación artística.

“Quizás no lo parezca, pero mi obra responde más a cierto nivel de intelectualización que a experiencias de la vida. Lo que hice fue un estudio riguroso del barroco europeo, sobre todo del español que es más frugal y, a partir de ahí, explotar la relación figura-fondo, figura-entorno.

El camino del pasado III.
Óleo sobre lino, 2004.
Sitio oficial del artista.

Eso me hizo pensar en el paisaje urbano. No fue algo que partiera de lo sentimental; pues pienso que la obra se construye. Con argumentos que conoce de la carrera y experiencias de lo vivido, es que cada artista construye la obra a su manera”.

¿Ha afectado su ritmo de creación la excepcional coyuntura impuesta por la Covid-19?

“Estoy pintando, pero poco. El estado anímico no es el mejor y no soy de los artistas que se desahogan en la pintura. A mí me pasa lo contrario”.

Este año Ud. presentaría su obra en la galería Intemporel, de París. ¿Ha sufrido cambios ese proyecto a partir de esta nueva situación?

“Bueno, sí. De algún modo me tuve que trazar nuevos planes y, como tengo que viajar a España para trabajar en la publicación de un nuevo libro, seguiré pintando allí.

Desechadas quedaron las ideas de la exposición en Francia y de la que tenía planificada para el verano en el Centro Hispanoamericano de Cultura. Aunque ambas fueran posibles en algún momento, no estoy en condiciones de rehacer nuevamente mi esquema de trabajo.”

Monumento a la veleidad.
Calcografía, 2004.
Sitio oficial del artista.

Actualmente muchos artistas han acudido a las redes sociales y otras plataformas virtuales para promocionar y comercializar sus obras. ¿Qué opina de este nuevo escenario que gana cada vez más espacio?

“Pienso que, al llamar la atención sobre el mundo virtual que se avecina, la experiencia de este virus va a acelerar un cambio que ya estaba ocurriendo.

La realidad se ha convertido en algo simplón. Los niveles de información son desmesurados; cada vez queremos menos profundización y la inmediatez, contra la trascendencia, se ha convertido en el sello del momento. Interesa más ser percibido que perdurar”.

En Dark, la más reciente muestra personal que Ud. realizó en La Habana hace ya dos años, expuso por vez primera esculturas de gran formato y, en las pinturas, pudo apreciarse cierto abandono de la paleta de colores habitual en su obra. ¿Fue algo experimental?

“Es una propuesta que me he estado haciendo en los últimos dos o tres años, en la cual no estoy eliminando los colores, sino velándolos para crear una atmósfera oscura en la que las cosas se insinúen, no sean protagonistas. Es una lucha entre las cosas más triviales de la realidad; objetos banales que se encuentran ahí, pero subordinados todos a esa atmósfera. En cuanto a continuar con la escultura, por ahora no; aunque mi pintura siempre ha sido volumétrica”.

Sutura.
Resina, fibra de vidrio y algodón, 2018.
Sitio oficial del artista.

En los inicios de nuestra conversación Ud. me hablaba de un libro que tiene en preparación en España. ¿Pudiera abundar en este proyecto?

“Quiero llevar a cabo la edición de un libro que recogerá toda mi obra inédita: pequeños dibujos, esquemas, intensiones, rasgados elementales que muchas personas no consideran importantes pero que forman parte del proceso de construcción de una obra. El diseño estará a cargo de Joel Moreno-Aureoles y aún no está decidido si se editará en España o en Holanda, aunque todo el trabajo previo lo haremos en Sevilla.

Aparecerán algunas de las pinturas más conocidas, pero el énfasis estará puesto en la parte inédita de mi quehacer artístico. Será una especie de retrospectiva de mi obra, en la que no habrá artículos valorativos, sólo breves reseñas.

La idea mía para este libro nace del deseo de hacer una exposición retrospectiva en una institución grande y de cierta relevancia, pues sería un proyecto caro por la cantidad de obras que llevaría. Entonces, el libro será esa exposición que quisiera hacer. También pudiera acompañarla en algún momento.

A veces uno se siente un poco mal cuando ve que veinte o treinta años atrás había esbozado una idea que nunca llevó a cabo y ahora se encuentra a un joven haciendo eso mismo. Entonces me gustaría publicarlo, pues a veces esos jóvenes no han escarbado lo suficiente. Es la terquedad del artista de decir esto yo lo había hecho”.