Con toda la cautela que demandan estos tiempos, las galerías cubanas han ido reabriendo sus puertas al público; algunas con nuevas propuestas y, otras, con aquellas muestras cuya exhibición quedó interrumpida con la aparición en el país del nuevo coronavirus.

De tal forma las artes visuales van regresando a su escenario tradicional, el cual en los últimos meses fue sustituido en gran medida por las redes sociales, espacios en los que muchos de nuestros artistas expusieron sus obras de manera individual o respondiendo a convocatorias nacionales e internacionales, en reiteradas ocasiones vinculadas temáticamente a los efectos de la Covid-19.

Sin lugar a dudas, las artes visuales fueron de las manifestaciones que mayor vitalidad lograron mantener en la etapa más rigurosa del alejamiento social, gracias a las posibilidades que brinda a sus creadores la internet; escenario que, además, multiplica el número de espectadores y la interacción con éstos, no obstante disminuir considerablemente el disfrute estético que podría producir la obra en cuestión, cuando hasta los olores que emanan del lienzo son apreciables.

Dentro de los artistas y colectivos cubanos que han destacado en esa práctica durante estos meses, no pueden dejar de mencionarse a Arístides Hernández (Ares) y Reynerio Tamayo, con ese humor gráfico de altos quilates que nos pone a reflexionar; ni al camagüeyano Proyecto socio cultural eJo, incansable en lo que a generar iniciativas se refiere.

Reynerio Tamayo.

Convocatorias del patio, como Distancias conectadas o el XXVI Salón Territorial de Arte Popular de Villa Clara; junto a las internacionales Art Time; Rompiendo fronteras; Exposición virtual Color y Vida Sala 8 o la reciente Contigo en la distancia, inserta en el IX Festival Internacional Cubaneando, han sido bien aprovechadas por nuestros artistas.

Como en alguna oportunidad han referido al Blog Cubarte especialistas de las artes visuales, tampoco para ellos ha sido tiempo muerto la pausa impuesta por la pandemia. Algunos curadores, continuaron perfeccionando el diseño de las exposiciones pendientes de inaugurarse; mientras que otros pulen análisis que bien podrían presentar al III Evento Investigarte o al coloquio del XXIII Salón de la Ciudad de Arte Contemporáneo, ambos convocados vía online por el habanero Centro Provincial de Artes Plásticas y Diseño.

A todas luces y tras la experiencia de los últimos meses, el en esta etapa tan socorrido empleo de la internet y, dentro de ella de las redes sociales, marcará un nuevo modo de promocionar el arte entre nuestros creadores y promotores culturales, muchos de ellos hasta ahora remisos al uso de las nuevas tecnologías para esos fines.

Ese será uno de los saldos que dejará la Covid-19, enfermedad que ha puesto nuevamente de manifiesto el espíritu de resistencia del pueblo cubano, del cual forman parte los artistas visuales, ya de regreso a las galerías, instituciones que habrán de ser –aún por mucho tiempo— su espacio natural.