De una nueva Frida y la escena más occidental de Cuba


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La actriz Yuliet Montes, Teatro de la Utopía, se desdobla en los personajes de Frida y de La Muerte en la obra FK, Fantasía sobre Frida Kahlo

La pasada semana me fui a la ciudad occidental de Pinar del Río para participar en la Jornada “Todas, hilvanando redes en busca de un espacio”, el evento que, en ocasión del Día Internacional de la Mujer, convocaron el Teatro de la Utopía, que dirige Reinaldo León, y el Proyecto Todas, que lidera la realizadora audiovisual Marilyn Solaya y que integra a otras redes para abordar temáticas relacionadas con género, equidad, por la no violencia hacia las mujeres y la diversidad. La jornada contó el apoyo de las instancias locales de la UNEAC y el Consejo de Artes Escénicas, e incluyó un estreno teatral, conferencias, proyecciones de audiovisuales y la inauguración de la exposición En busca de un espacio, que rescata la memoria histórica femenina a través de hitos de los que han sido responsables las mujeres a lo largo de la historia de Cuba.

En la sede de la UNEAC impartí una conferencia sobre la mujer en la escena latinoamericana actual, en la cual, apoyada en imágenes de más de una veintena de montajes, recorrí diversas geografías escénicas de la región para abordar cómo creaciones de actrices, directoras y performeras, se ocupan de analizar su realidad. Así compartimos pasajes de denuncia a la violencia estructural que padecen varios países, y dentro de ella a las muchas formas que asume también la violencia de género; la validación del cuerpo femenino y los procesos de empoderamiento político y social; y el cuestionamiento de la incomunicación humana en la sociedad contemporánea, entre otras problemáticas, a la vez que exponen búsquedas y hallazgos de nuevos lenguajes expresivos.

La oportunidad de visitar Pinar del Río me permitió ver varias puestas en escena de los grupos locales, gracias a los buenos oficios y la hospitalidad del poeta Nelson Simón, presidente de la UNEAC, y a su grata compañía. Así, visitamos la sede de Titirivida, la agrupación titiritera que, dirigida a los niños, guiara durante veinte años el director Luciano Beirán, y asistimos a un ensayo de Expiación, en proceso de montaje, que emprende el joven director Nelson Álvarez, a partir de tres cuentos de José Martí incluidos en La Edad de Oro. El responsable de la puesta en escena recrea “Los dos ruiseñores”, “El camarón encantado” y “Bebé y el señor Don Pomposo” con la intención de establecer analogías a partir de sus fábulas con circunstancias de la realidad actual y enfatizar en el análisis ético.

Este espectáculo también implica un giro en el perfil de la agrupación pues se dirige fundamentalmente a un sector etario de espectadores que abarca de los adolescentes en adelante. Y explora en nuevas concepciones del espacio y en la naturaleza de la recepción. Mientras, el equipo de Titirivida planea seguir creando para los públicos infantiles alternando con la habitual programación diurna. Con independencia del resultado final que alcance el montaje de Expiación, Nelson Álvarez y el equipo se empeñan en una búsqueda que los ocupa en un activo proceso de investigación.

Del grupo Polizonte Teatro, que lidera Lisis Díaz, pude ver su más reciente estreno. Lisis egresó de la Maestría en Dirección Escénica de la Universidad de las Artes a partir de una carrera de actriz, también respaldada por el nivel superior. Creó el espectáculo de cámara Radio Deseo, que se presenta en la nueva sede del grupo. La escena recrea un estudio radial en el que dos colegas, una directora y conductora y una técnica realizan un programa nocturno, y dedican una emisión al tema del cuerpo de la mujer y sus  transformaciones estéticas, lo que genera una animada polémica entre las dos realizadoras que las trasciende por la incidencia del fenómeno.

Prejuicios, subvaloraciones o sobrevaloraciones físicas que afectan la autoestima, son materia de discusión en medio del transcurso de la emisión del espacio, entre las irrupciones de la música y las opiniones de los oyentes. Al divertimento, que resulta de una versión de la obra Un busto al cuerpo, del español Ernesto Caballero, en versión de Marta María Borrás y Roberto Caveda, a mi juicio le falta concretar mejor el contexto, pues por momentos es muy cercano a las situaciones y lenguaje de su origen, ligado a una sociedad diferente a la nuestra, y solo aterriza muy tímidamente en nuestra actualidad, con lo que soslaya un vínculo más directo en las esencias, que podría contribuir al debate de algunos comportamientos, sobre todo juveniles, relacionados con agudas contradicciones del presente.

He dejado para el final el plato fuerte de la Jornada y del programa teatral al que tuve acceso. El estreno de la obra FK, Fantasía sobre Frida Kahlo, por el Teatro de la Utopía. Con texto y dramaturgia de Reinaldo León, a partir de una investigación documental que hurgó en numerosas fuentes, y con puesta en escena suya y de Yuliet Montes, se trata de un unipersonal en el que la segunda se desdobla en los personajes de La Muerte y de Frida. El montaje es una potente aproximación a la figura de la gran artista mexicana y universal, a sus ideas y a su comportamiento, en medio de las complejas circunstancias de salud que padeció la artista y en relación con el contexto cultural, social y político en que transcurrió su vida. La mujer singular, rebelde frente a formalismos y convenciones restrictivas para las de su sexo, se explaya en un diálogo con la muerte, en el que reflexiona sobre algunos de sus personajes más cercanos, rememora episodios significativos, canta y se desplaza por la escena multiplicándose como un referente de rica expresividad.

La actriz despliega recursos psicofísicos para construir su personaje de modo convincente. No obstante, recomendaría revisar su empeño por trabajar la palabra a partir de incorporar el acento mexicano de
Frida, reto difícil y elemento superfluo frente al universo de ideas que el mismo texto porta y que delinean el carácter de la mujer. Creo que convendría también repasar la visualidad del montaje, a cargo de la propia actriz como las luces, el vestuario y el maquillaje. El ojo de un especialista podría enriquecer el espacio, al recomponer los elementos de la riquísima iconografía mexicana, profusa en formas y colores, lo cual redundaría también en la interacción de la actriz con ellos y en su despliegue espacial.

Valieron la pena las dos jornadas de intercambio con la escena de Pinar del Río, el diálogo con sus teatristas y sentir cómo nuevos aires están moviendo su quehacer. Espero que pronto podamos comprobarlo.

Tomado del boletín digital En Conjunto n. 3 que divulga la Dirección de Teatro de la Casa de las Américas los terceros jueves de cada mes.

 

 


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