Rescatar y apropiarse de espacios que el arte popular siempre reclama como propio y natural, adoptando como escenario lugares públicos, donde el reflejo de contextos históricos, culturales, políticos, económicos y sociales se entremezclan por medio de la representación de obras teatrales, lleva a que la Isla de la Juventud celebre una nueva edición del Festival Nacional de Títeres y Teatro Callejero, desde este 20 al 23 de febrero en Nueva Gerona. Plazas, alamedas, calles y centros cívicos, propiciarán que el público elija ser espectador, pues el teatro callejero se presenta de manera espontánea, lo que implica que el acceso sea ilimitado por naturaleza.

Surgido como presente de la ciudad y haciendo un repaso por la historia de los títeres en el país, el evento muestra al mismo tiempo sus inicios y avances, así como la importancia de los precursores en Cuba, referentes de esta antiquísima disciplina artística.

La propuesta cultural pensada para todos los públicos, se desarrollará teniendo en cuenta lo objetual y visual. Contando con coloquios donde las temáticas se encaminan a desarrollar el aprendizaje de muñecos animados y títeres de varilla manipulados desde arriba. El festival ofrecerá además espectáculos de teatro de figuras y títeres corporales donde se contarán historias de corte cómico y poético. Tendrá en cuenta también, talleres prácticos y exposición de muñecos diseñados por instructores de arte y artistas aficionados. Basándose en todo ello, el jurado del festival otorgará premios en las categorías de Mejor actuación masculina y femenina, Diseño teatral, Puesta en escena, Mejor títere y un Premio Especial si lo considera necesario. Todo ello, coauspiciado por los Consejos Nacionales de Casas de Cultura y de las Artes Escénicas, la Brigada de Instructores de Arte, la UNEAC y la Asociación de Hermanos Saíz.

Edificando ciudades invisibles, el teatro de calle llegará de la mano de diferentes compañías procedente de las provincias de esta isla, como muestra de que la dramaturgia del teatro de calle está llena de matices, contraste, ritmo, amor y desafíos. Pues crea un mundo nuevo en medio de la rutina citadina y a la vez está dispuesta a hacer tan atractiva como para que el transeúnte haga un alto en su camino. El hecho de convencerlo en forma instantánea para que se detenga y postergue su viaje, contemple todo lo que tenga que decirles y se vaya satisfecho, es un éxito. 

El teatro de la calle se muestra como una forma de comunicar, un espacio múltiple que apunta hacia la búsqueda del público portador de una cultura, enfrentándolo a un quehacer que ha iniciado el rescate de la memoria colectiva.  De esta forma, Gerona intenta producir un acercamiento entre el fenómeno teatral y los individuos, sin límites e imposiciones; en franca ruptura y continuidad con las salas de teatro como escenario de este quehacer. Buscando provocar cambios en la expresión cultural masiva, desde una manifestación que genera evolución y el sentir de un teatro profundamente espiritual, que ha llegado al encuentro entre el arte y la vida cotidiana.