Joaquín García Monge (20 de enero de 1881-31 de octubre de 1958) dedicó gran parte de su vida al Repertorio Americano, revista que publicó durante 39 años. (Foto:Internet).

El 1º de septiembre de 1919 comenzó a circular en la capital costarricense la revista Repertorio Americano, que, con variaciones en su periodicidad, circuló hasta 1958.

La Universidad Nacional (UNA) del país centroamericano, cuya sede se halla en la ciudad de Heredia, se ha dedicado desde hace años al loable esfuerzo de dar a conocer esta publicación, gracias a la dedicación que le ha dispensado los profesores Mario Oliva y el joven Andrés Mora, quienes a través del Instituto de Estudios Latinoamericanos (IDELA) de dicho centro educacional han publicado estudios acerca de ella y dieron a luz hace un tiempo otra revista con semejante título continuadora de aquella. La personalidad de Joaquín García Monge, el entusiasta editor de Repertorio Americano, también ha merecido el examen de ambos académicos y los de otros profesores de la Universidad Nacional tanto en su tesonera labor con la revista como de su obra literaria como novelista y de su labor como educador. En verdad, esa Universidad ha contribuido de manera decisiva a que las nuevas generaciones de costarricenses y de toda Latinoamérica conozcan y respeten a este distinguido intelectual que colocó a su país y a nuestra región en el centro de su quehacer con una clara definición de nuestras soberanías e identidades, y con el noble afán de promover la acción unida de nuestra América.

No es casual, pues, que la Universidad Nacional y en particular esos profesores hayan organizado durante los primeros días del pasado septiembre el Coloquio Internacional “Un siglo de Repertorio Americano. Las revistas culturales y académicas en el espacio iberoamericano: historia, trayectorias y desafíos en el siglo XXI”, encuentro científico que reunió a una veintena de estudiosos de esta y otras publicaciones significativas de nuestra región.

De Cuba participamos tres investigadores del Centro de Estudios Martianos como ponentes en el panel nombrado “Cuba y la cultura cubana en Repertorio Americano”, que tuvo lugar en la tarde del miércoles 4 de septiembre, en el Auditorio de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad.

La Dra. Marlene Vázquez Pérez presentó su ponencia titulada “Cuba en Repertorio Americano: entre nacionalismo y vanguardia”. El Dr. Mauricio Núñez Rodríguez tituló la suya “El centenario de José Martí en Repertorio Americano”. Y el autor de esta líneas leyó la nombrada “Repertorio Americano: una revista también cubana. Autores cubanos en sus páginas.”

El encuentro científico tuvo una alta calidad en buena parte de su programa, donde se destacaron la conferencia de apertura del Dr. Mario Oliva, del IDELA de la UNA, titulada “Historia de Repertorio Americano y rutas de interpretación del impreso”, y la de Liliana Weinberg, del Centro de investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), titulada, con acierto, “Redes intelectuales y redes textuales: la hazaña editorial de Repertorio Americano”.

Con una asistencia numerosa para este tipo de eventos, no deja de ser preocupante la poca atención dada por los medios de difusión, sobre todo cuando se tiene conciencia de que Joaquín García Monge y su Repertorio Americano debieran ser motivo de sano orgullo en su país por el gigantesco alcance en el mundo de habla española de esta revista, que abrió sus páginas a escritores y pensadores de todo el mundo y por la sistemática defensa de los intereses de nuestros pueblos y de la diversidad cultural, con lo cual la pequeña Costa Rica se hizo grande para la intelectualidad de su época.

Motivados por estas ideas, los tres investigadores cubanos sostuvimos posteriormente un encuentro con estudiantes auspiciado por el profesor Gerardo Hernández, quien tiene a su cargo la cátedra martiana en la sede del Pacífico de la Universidad de Costa Rica (UCR), dedicado al centenario de Repertorio Americano, publicación desconocida por la casi totalidad de los jóvenes asistentes al igual que la enorme y valiosa obra de su creador y director, Joaquín García Monge, un digno y dedicado seguidor de José Martí, quien publicó por primera vez los cuatro primeros números de la revista La Edad de Oro en forma de libro, que dio ese nombre a una sección de lecturas para niños en su Repertorio, y que incluyó muchos textos martianos en su publicación.

Todo costarricense y todo latinoamericano ha de estar orgullosos de la entrega de Joaquín García Monge y de su Repertorio Americano.

Fotos: Katya Alvarado. Tomadas de semanariouniversidad.com de la exposición “Un siglo de Repertorio Americano” que recoge ejemplares y documentos alrededor de la revista del gran intelectual costarricense Joaquín García Monge; abierta en la Biblioteca Nacional de Costa Rica hasta el pasado 30 de septiembre.

El editor se nutría de diferentes materiales de la época y publicaba así la visión y el pensamiento de grandes intelectuales como José Carlos Mariátegui.

Un elemento interesante de investigación, que sale a relucir en la propuesta, es cuál fue la función de la publicidad para la sobrevivencia de la revista de García Monge.

La labor de editor de García Monge fue entrañable, sobre todo si se toman en cuentan las dificultades para conseguir información en los años veinte y treinta. Aquí un artículo de Simón Bolívar sobre Sucre.

La muestra le permite al público adentrarse en aspectos fascinantes de la revista y del propio editor, como figura cumbre de la cultura costarricense.

En Repertorio Americano aparecieron numerosos escritos de Gabriela Mistral, de quién también hay una exposición en la Biblioteca Nacional.

Es imaginable el impacto que debió tener en García Monge el recibir una carta del gran Miguel de Unamuno, quien, aunque en el destierro entonces, era una de las luminarias del pensamiento universal.

“El hombre del Repertorio Americano” es un libro que recoge la vida de don Joaquín en la pluma de su hijo Eugenio García Carrillo.

En este escrito el editor evidencia la soledad que significaba hacer una revista como la suya, en la que en cada número luchaba contra viento y marea por sobrevivir y llevar lo mejor de la cultura hispanoamericana a sus lectores.

Este fue el último número que salió de la revista original de Repertorio Americano, en él se resume: 36 años y 1186 ediciones. Las cifras son un prodigio y un monumento a la cultura.

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