Fotografiar cuerpos desnudos es tan antiguo como la historia del hombre y al mismo tiempo, ha sido motivo de inspiración para artistas que en forma de gozo muestran cómo somos: diversos, abiertos y sensuales. La desnudez quizás, como forma de indagar y experimentar o como elemento de placer estético, busca plurales expresiones, donde se funde la dimensión espiritual del hombre con su cuerpo. Entonces, aparecen formas masculinas en total esplendor, dando cabida a la quietud y el equilibrio de la belleza física.
Anatomía, vigor y vitalidad fusionada con armonía y expresividad, son los motivos de estudio e inspiración que dan lugar a las instantáneas de Eduardo Rodríguez, quien irrumpe en la Fototeca de Cuba con la muestra “El cuarto oscuro”, hasta el próximo 10 de agosto.
En su creación, el culto al cuerpo masculino, la exaltación de una naturaleza sexual y el erotismo que conduce a la delicadeza de la desnudez y la sensualidad. Ejerciendo un juego ambiguo pero descifrable, recrea en ejercicio visual, identidad y temáticas de género, en donde toma como centro la sustracción de la intimidad de la forma. De esta manera, ofrece al espectador, la reaparición y con ella, la renovación de la fotografía masculina, mientras evoca atributos como la fuerza, la libertad y la naturalidad.
Imágenes que permiten canalizar el interés por este tipo de arte. Un desafío para infringir códigos y adaptarnos a la diversidad, como parte integral de la condición humana individual y social.
Deje un comentario