El ñañiguísmo en fuentes documentales marianenses: 1910-1914.


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Pedro Álvarez. Al pasado no regresaremos jamás, 1993, óleo sobre tela, 54 x 74 cm.

La presente comunicación es un resumen de la ponencia presentada en el Fórum Teórico Fernando Ortiz auspiciado por el Grupo de Investigación y Desarrollo de la Dirección Provincial de Cultura de Matanzas, entre el 18 y 21 de septiembre del presente año y constituye un resultado parcial del proyecto de investigación “El urbanismo del Gran Marianao entre el siglo XVIII y 1976”, que desarrolla el autor desde la Facultad Artes de la Conservación del Patrimonio Cultural en la Universidad de las Artes. Es objetivo principal compartir aquí la recepción que del ñañiguismo hacen las fuentes documentales marianenses, específicamente el periódico El Sol y las Actas Capitulares del Ayuntamiento, patrimonio documental que atesoran la Biblioteca Municipal Enrique José Varona de Marianao y el Archivo Nacional de Cuba, respectivamente.

La Sociedad Abakuá, agrupación religioso-mutualista solo de hombres y única de su tipo, de la cual se tiene noticia en América (al menos en la variante africana), como indica el doctor Ramón Torres Zayas, ha sido abordada desde la identidad, el consumo cultural, los medios de comunicación y la cultura, entre otras perspectivas. “Sin embargo, casi siempre ha estado sujeta a la visión estereotipada y excluyente de los centros de poder”. (1) ¿No contribuye su recepción en la prensa y las actas capitulares un peldaño en la comprensión histórica de las visiones que sobre esta práctica cultural apunta el investigador? (2)

Periódico El Sol

El periódico El Sol (1908-1962) sale a la luz el 8 de septiembre de 1908 con el objetivo de “que fuere vocero de las necesidades de Marianao, paladín de sus progresos y heraldo de sus ideales”, postura que reafirma su director César San Pedro al celebrar “veinte años de lucha”, el 8 de septiembre de 1928:

De rectitud y de honor, sí. No hemos estado nunca con quien más nos ha convenido sino con el que mejor garantía de hombría de bien ofrecía para la comunidad. En este punto hemos sido inflexibles con nosotros mismos […]. Nosotros hemos optado por la suprema locura: mantener encendida la lámpara del ideal, correr tras de quimeras aladas, ir, aún desalados, tras de rosadas sugestiones… Nuestras colecciones dicen bien de esa carrera pertinaz en pos de los ideales. Veinte años de avances en el cual hemos, como los soldados que esperan a pie firme la acometida de las balas, recibido el embate de todas las fuerzas contrarias.

Evaluar el texto en el contexto histórico indica que en El Sol encuentra la historia de Marianao una publicación que por su incondicionalidad y sentido ético merece tenerse en cuenta entre las fuentes documentales imprescindibles para un estudio del urbanismo desde la historia del arte.   

El ñañiguismo se hace presente como religiosidad de origen africano en la edición del domingo 20 de mayo de 1910, fecha en el que el Gobierno Municipal, por orientación del provincial, pretenden celebrar el nacimiento de la República con un proyecto al que se ha de sumar toda la población, en ocasiones con el acto participativo en el adorno de los frentes de las casas o la entrega de alimentos a los más pobres. ¿Por qué entonces una nota tan peyorativa a los practicantes del ñañiguismo en la localidad? Reducir la explicación a “cosas de la época” es muy simple. Anuncia El Sol:

Yo detesto de los brujos. Son sus prácticas procedimientos que siempre he repudiado con la mayor indignación. Para mí esos actos no son más que residuos sobrantes de la civilización de los pueblos. // Si cada vez que los tribunales de justicia tuvieran que conocer de esos casos, los jueces se mostraran indolentes y severos, entonces pudiéramos entrever la posibilidad de que en no lejano día esas prácticas salvajes fueran desterradas de Cuba. // Verdad, es, empero que la falta de cultura de nuestro pueblo bajo, contribuye al sostenimiento de esas creencias […]. // En un cesto ocupado en la casa de los brujos, pude ver los siguientes objetos que fueron ocupados por la policía y que estaban en el juzgado correccional. // Dos muñecos de loza negra; una taza bola con varias herraduras viejas y unos granos de maíz; otra taza conteniendo cuatro collares de distintos colores; cuatro cazuelitas de barro conteniendo semillas varias y pedazos de manteca de cacao; dos muñecos de loza, uno representando a San Lázaro; dos muñecos negros vestidos de blanco; una imagen de la Caridad del Cobre; seis velas de esperma colocadas en botellas adornadas con lazos de colores; una piedra de imán dentro del casco de una botella rota; una media botella conteniendo un líquido transparente; una campanilla pequeña y una taza con un escapulario dentro de un poco de aceite. (3)

El texto, de manifiesto interés para los estudios socioculturales, antropológicos, religiosos y artísticos del Marianao de principio de siglo XX, merece un análisis minucioso. Pero a priori resulta evidente que existe en Marianao una práctica religiosa que, por la incomprensión de sus raíces y marcadas diferencias con el universo cosmogónico del catolicismo, factor mélico de la cultura cubana desde el proceso de conquista y colonización, se sintetiza bajo el término “Brujería”, representación lingüística que desde la cultura occidental rememora la herejía combatida mediante la hoguera durante el medioevo y etapas posteriores. “Indignado”, llama el autor de incivilizada o “salvaje” al testimonio de un proceso de síntesis cultural al que con seguridad excluye dentro de las expresiones culturales marianenses, al tiempo que anuncia —y aprueba de forma absoluta— la represión que sobre él se desencadena por parte de la policía y los tribunales de justicia.  

En segundo lugar, obsérvese cómo describe la nota una serie de objetos e imágenes que convergen desde espacios culturales disímiles, en una complejidad que deviene signo de resistencia, cuyas raíces se sumergen en los primeros instantes de la esclavitud en la Isla. Materiales orgánicos e inorgánicos, dialogan de forma directa con obras de arte en las más diversas representaciones estéticas como los collares de distintos colores y los muñecos de loza negra, las imágenes de San Lázaro, la Caridad del Cobre o un escapulario. Implicaciones de carácter urbano-arquitectónico y socio étnicas se revelan en la edición del 21 de agosto:

MÁS BRUJERÍA. Con motivo de haber sorprendido la policía a un gran número de personas realizando trabajos de brujería en la calle de Santa Serafina número 2, y de cuyo hecho damos cuenta en otro lugar de este mismo número, el señor Juez del distrito ordenó un registro en el domicilio del Congo Mayía, que es uno de los que se encuentran sufriendo prisión por aparecer como promotor de las ceremonias que se celebran en la citada calle de Santa Serafina, dando por resultado que al constituirse la policía en la calle de Escobedo número 2, ocuparon dos cajones de objetos dedicados a trabajos de brujería los cuales parecen ser de la pertenencia del mencionado Congo Mayía. // Entre esos objetos […] se hallaron también, al igual que en la calle de Santa Serafina número 2, varios fragmentos de huesos pertenecientes a seres humanos. (4)

Calles, números de inmuebles y etnias permitirán relacionar áreas urbanas y sectores sociales relacionados con las prácticas de ñañiguismo en Marianao a inicio del tercer lustro del siglo XX, hecho que hará posible corroborar su permanencia o no en la segunda mitad de la centuria o fechas posteriores. ¿La indicación “un gran número de personas realizando trabajos de brujería” ha de entenderse como recurso de hiperbolizar el fenómeno cultural o en sentido literal? ¿Subrayar que Mayía es Congo resulta un medio de destacar la africanidad de uno de los protagonistas de estas prácticas? ¿No serán las acotaciones a los huesos pertenecientes a seres humanos signos de oscurecimiento a una práctica cultural de raíz popular que en esencia se desconoce no solo en fundamento histórico y teórico, sino también en su expresión? La Serafina es por estos años un reparto en el que se incluyen las calles nombradas Santa Rosa (hoy 35) y Concepción (37), entre otras, muy próximas al reparto Buen Retiro.  

La presencia del tema del ñañiguismo en El Sol visibiliza una expresión de la cultura popular marianense en franca lucha de resistencia por la supervivencia de un legado que se enriquece y diversifica como testimonio de las coordenadas contextuales que le asisten. No se desestime que El Sol es una de las más importantes voces del acontecer en esta localidad.  

Julio Sánchez. El Ñañiguismo, La Habana, 1951, en Biblioteca Nacional José Martí.

Actas Capitulares del Ayuntamiento

Al ser contenedoras de los debates políticos, económicos y socio culturales del territorio, las Actas resultan fuentes insustituibles en los estudios locales y regionales; de ahí su importancia para ahondar en procesos tales como la relación entre las disposiciones legales y su práctica y la evolución particular de sus instituciones político-administrativas. Como indica desde el magisterio José Luis Romero, “los episodios espectaculares de la historia no pueden comprenderse sin entroncarlos en lentos y oscuros procesos subterráneos que se refieren a la vida de las sociedades, a su organización económica y a su creación cultural”. (5)

El análisis sistemático de esta fuente permite detectar, mediante el mirara a los lenguajes directos e indirectos, la formación de las ideas en los diferentes ámbitos de la vida urbana, aportando una coherente relación entre espacio urbano y tiempo histórico. Desde ella, mediante un análisis e interpretación de su rico contenido, es posible seguir el pulso de la ciudad no solo por la recepción de los patrones culturales presentes y las disposiciones legales que sobre la ciudad y sus habitantes se emiten, sino también por el lugar que ocupan en los diferentes tiempos históricos. En relación con el tema que nos ocupa, obsérvese la siguiente moción:

Marianao 16 de diciembre de 1912.- Al Ayuntamiento.- Existen en este pueblo algunas sociedades de color registradas como tales al Gobierno de la Provincia y las cuales según sus estatutos se han fundado como Centro Instructivo y de Recreo.- El inciso 10 del artículo 26 dice: Que el Ayuntamiento deberá estimular la iniciativa individual con el fin de crear Instituciones Morales y de Beneficencia.- Si las Sociedades a que hacemos referencia tendieran a ese fin, los que suscriben serían los primeros en aprobar su modesto concurso para darle vida a esas iniciativas pero desgraciadamente no ocurre esto con aquellas a las cuales nos referimos.- Muchas de esas Sociedades se han organizado para encubrir bárbaras prácticas del Ñañiguismo y superstición de carácter criminal y atentatorio al adelanto y cultura del pueblo.- Los bailes ñáñigos, la fiesta conocida por “El Santo” y otras, son prácticas que es necesario extirpar por el pésimo ejemplo de inmoralidad y corrupción que significan.- Proponemos por lo tanto que se acuerde dirigir atento escrito al Sr. Alcalde para que dicte una resolución regulando esas fiestas con estricta sujeción a la vigente Ley de Reunión y Asociación que disponga una inspección constante y solicita en todas esas fiestas para adoptar las resoluciones pertinentes que corrijan las extralimitaciones y abusos que tanto afectan a  la moral pública. Así mismo debe solicitarse al Sr. Alcalde se sirva informar al Ayuntamiento el resultado que se obtenga de esa gestión. - Atentamente. - Juan J. Herrera Márquez: Enrique Fernández: Diego Guevara. // El Ayuntamiento acordó por unanimidad aprobar la moción en todas sus partes. (6)

Múltiples son las lecturas a las que convoca la propuesta de tres de los concejales del Ayuntamiento de Marianao finalizando el año 1912, múltiples han de ser también las perspectivas disciplinarias para su interpretación y comprensión. Sin embargo, merece atención primero la contextualización del texto. ¿Desde la antropología, serán dichas notas “textos” de un auténtico universo cultural en Marianao? ¿Implica la manifiesta religiosidad popular diferencias en el ámbito del comportamiento social en la ciudad? ¿Cuán marcada es la obra de las Sociedades “de Color” en pro de la instrucción y recreo, del bien moral y la beneficencia en Marianao? ¿Cuán “bárbaras” han de ser las prácticas del ñañiguismo y cuán atentatorio al adelanto y la cultura del pueblo?  ¿Será acaso la creciente aceptación popular de la que gozan los bailes ñáñigos y las fiestas de Santo lo que las marca como “pésimo ejemplo de inmoralidad y corrupción”, cargadas de “extralimitaciones y abusos”?

En sesión correspondiente al 3 de febrero de 1913, en el abordaje de expresiones emparentadas de algún modo con el ñañiguismo, solo que foráneas, se acentúan elementos a los que la oficialidad mira con recelo, entre los que se destacan la sonoridad de tambores y movimientos danzarios:

El Ayuntamiento por unanimidad hace constar que ha visto con disgusto que en la noche del día de hoy se paseen por las calles de este pueblo unas Comparsas importadas de otras localidades y que al toque de tambor e instrumentos semejantes, ejecuten bailes deshonestos que afectan a la moral y a las buenas costumbres; y en tal virtud acordó nombrar una comisión formada por el Señor Presidente y los Señores Concejales Juan J. Herrera Márquez y Enrique Hernández Barbón, para que en el día de mañana concurran ante el Señor Alcalde Municipal y le expresen el deseo de la Corporación que no se autorice en lo sucesivo la salida de Comparsas que se exhiban en las calles de este pueblo en esas condiciones y que este acuerdo se toma con carácter perentorio. (7)

¿Se emparentan los llamados “bailes deshonestos” con los referidos “bailes ñáñigos” de la nota anterior? Téngase en cuenta que dicha expresión cultural forma parte de las fiestas carnavalescas de Marianao. ¿Es consecuente la crítica del gobierno local ante el pronunciamiento que acerca de la cultura local se hace desde la otredad?

La respuesta a esta interrogante la ofrece la polémica que suscita las impresiones publicadas en el capitalino periódico El Heraldo de Cuba, en la edición correspondiente al 23 de febrero de 1914 bajo el título “Ñañiguismo y Brujería. Interesantes revelaciones de un confidente: La policía Judicial evitará que la sangre encarmine las calles de Pogolotti”, texto que conlleva a que en sesión celebrada ese mismo día el concejal Prisco Rad-Cliff demande a sus colegas la necesidad de “cumplir lo preceptuado en la Ley Orgánica Municipal en el artículo 126, en el inciso 10, en el deber que tienen los Municipios de atender en cuanto a la moral pública y a las costumbres se refieren a todo lo que conduzca a su mejoramiento”. (8)

Haciéndose eco del texto publicado, Rad-Cliff, vecino del barrio de Redención, al que pertenece Pogolotti, plantea “que en la actualidad con motivo de las fiestas de Carnaval circulan comparsas que desdicen de la cultura del pueblo, las que hacen contracciones sin respetar a las familias que se encuentran en las ventanas y portales de su domicilio” (9) y no solo de forma directa solicita la prohibición de tales espectáculos en su barrio, sino que además, de forma indirecta, despierta el interés del resto de los concejales en localizar y leer el aludido artículo.

En consecuencia, apenas dos días después, el 25 de febrero, los concejales Juan J. Herrera Márquez, Genaro. Hernández, Diego Guevara y Juan Márquez, redactan una moción a la que se dará lectura en la sesión del día 27. En una primera parte de la misma reza: “Los firmantes, desconocían el citado artículo, y la curiosidad les hizo buscar el periódico de ese día, para apreciar el alcance de la denuncia que se hacía y de la cual se hizo eco el Sr. Rad-Cliff” (10) y, en relación con lo publicado, apuntan:

Con caracteres muy grandes, en la primera plana, se publicó un artículo kilométrico titulado “Ñañiguismo y Brujería”, no solo lleno de inexactitudes, sino de algo más. Transcribiendo el principio del artículo se expresa así el autor del mismo «los vecinos de Pogolotti están sobresaltados se nos dijo recientemente, y no quisimos dar crédito a la especie. Más tarde, se nos aseguró que los ñáñigos y brujos, sembraban el terror en el vecino barrio, y como esta segunda manifestación no parecía cosa rara que pudiera existir en el feudo de la brujería y el Ñañiguismo algo que tuviera sobrecogidos a los escasos vecinos que entre aquellos timbeques viven alejados, aislados de la marímbula, del tambor, de los cencerros y de los cascabeles nos pusimos en observación». (11)

Desde la concepción del título, al que se distingue con toda intención por el tamaño de las letras y su extensión, los concejales se adentran en el contenido reproduciendo con toda intención aquellos términos que hacen del ñañiguismo una creencia completamente rechazada. Un asomo al Larousse, espacio de legitimidad cultural en el campo de la lengua castellana, en una edición del Instituto del Libro de 1968, conduce a sólidos criterios sobre ello. Acerca del término Ñáñigo, al que otorgan también validez en el género femenino: Ñáñiga”, dice el diccionario: “Individuo de una sociedad secreta formada por los negros en Cuba”, mientras que para los términos timbeque, marímbula y cencerros confirman: “En Cuba, bailes de negros”; “Tambor o atabal de ciertos negros de África”, es decir, “Instrumento músico a modo de tambor semiesférico de cobre, que se toca con dos varillas” y; “Campanilla que se cuelga algunas veces al cuello de las reses” o “campana”, respectivamente.

¿Por qué la marginalidad del Ñañiguismo? ¿Por su inalienable relación con los africanos y sus descendientes en la Isla? ¿Por sus voluptuosos movimientos danzarios (“contracciones”), los ritmos o los instrumentos musicales? Para guardar distancia de este espacio de la cultura popular, la sociedad defendida en El Heraldo es declarada “alejada” de este universo, mientras los concejales que presentan la moción, con ciertos aires identitarios niegan ante otros espacios la existencia en el territorio de Ñañiguismo, destacando para ello atributos que parecen distar completamente de sus practicantes, como la responsabilidad ante la familia y el trabajo:

Los que suscriben, en la convicción de que se trata de un escrito amañado, en forma apasionada, aunque sin comprender el fin que ha perseguido el autor del mismo, por este medio, elevan su protesta ante esta colectividad, a fin de que por la misma se tome el acuerdo pertinente, que desvanezca la especie calumniosa que se ha vertido sobre esa barriada, cuyo componente son en su mayoría hombres laboriosos y honrados padres de familias.

La respuesta a la moción estuvo en la aprobación de la misma y la toma del acuerdo de hacer saber por parte del Ejecutivo “en la forma que mejor proceda”, que el Ayuntamiento de Marianao protesta por el artículo al que se ha hecho referencia.

Las mociones y acuerdos de las actas capitulares del Ayuntamiento de Marianao entre 1910 y 1915 indican que para el gobierno local el ñañiguismo es un resabio de la ignorancia e incivilización asociada a la esclavitud en Cuba que exige ser extinguida. El desconocimiento de su historia y, por tanto, de los valores que le acompañan como expresión de la cultura popular tradicional, carga de errores las opiniones que durante las sesiones exponen los concejales.

Belkis Ayón. La consagración, III. 1996. Colografía, 230 x 303 cm.

 

Notas:

(1) Ramón Torres Zayas: “Sociedad Abakuá, desde la transdiciplinariedad a la cultura”, (Ponencia), IV Simposio Nacional de Investigación Cultural 2019, Centro de Investigación Cultural Juan Marinello, La Habana del 11 al 14 de junio de 2019.

(2) Para una comprensión de los abakuá en su expresión cultural consúltese el texto Abakuá. Del mito al imaginario, de Ramón Torres Zayas, de Ediciones Abril, 2019.

(3)  El Sol, 3(91):1, Marianao, domingo 20 de mayo de 1910.

(4)  El Sol, 3 (103):1, Marianao, domingo 21 de agosto de 1910.

(5) José Luis Romero: “Cómo se enseña la historia del país”, Crisis, (8), Buenos Aires, diciembre de 1973. http://jlromero.com.ar/publicaciones/como-se-ensena-la-historia-del-pais. Acceso: 27 de febrero de 2017.

(6) Archivo Nacional de Cuba (ANC), Ayuntamiento de Camagüey, libro no. 6, ff. 183-185. Presidente del Ayto.: Manuel Pérez Padrón, Secretario: Diego Guevara y Rodríguez, Concejales: Prisco Rad-Cliff, Marcelino Cabrera, José Godínez, Liborio Pérez, Juan J. Herrera, Enrique Fernández, Camilo Armand, Nicanor del Campo y Eduardo C. Bello.

(7) Ibíd., ff. 332-333.  Las cursivas corresponden al autor.

(8) Ibíd., libro 8, ff. 177-178, Sesión del 23 de febrero de 1914.

(9) Ibíd., f. 178.

(10) Ibídem.

(11) Ibíd., ff. 183-184.


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