El plus de Cuba en la 58 Bienal de Venecia


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El entorno aleccionador. Proyecto curatorial que agrupa las obras de los artistas cubanos participantes.

Además de la oportunidad que se les dio de mostrar sus obras en un evento de la magnitud y el prestigio de la Bienal de Venecia, muy bien valorada por ellos, los artistas representados en el Pabellón de Cuba de esta 58 edición, agradecen la perspectiva que del arte contemporáneo más actual les ofreció la renombrada cita.

“Creo que el arte que se hace hoy en día en Cuba está muy actualizado con lo que sucede internacionalmente. Es increíble cómo cualquier propuesta de muchos jóvenes de las nuevas generaciones y de otras más consolidadas están a la altura de cualquiera de los artistas que tienen sus presentaciones ahí”.

Así se expresó en un reciente encuentro con la prensa Alex Hernández, quien junto a su compañera en el arte y la vida: Ariamna Contino; y Alejandro Campins, integró la nómina de creadores que exhiben por estos días sus obras en el evento.

Alex Hernández y Ariamna Contino.

“En muchos casos la dimensión de lo que en nuestro país se puede hacer es también un problema económico. Cuba no tiene los medios para hacer las presentaciones a la escala con que se realizan en otros lugares; como pudimos ver en el Pabellón francés o en el japonés, que son tan espléndidos.

Hay artistas nuestros que tienen investigaciones similares, obras con todo el rigor y toda la seriedad; pero a la hora de ponerse en un contexto como este, donde obviamente ves la economía que se mueve detrás, es muy difícil. Tiene uno que encontrarse muy bien plantado para intentar estar a la altura de estos eventos”.

La espectacularidad de los proyectos que pudo apreciar en Venecia, fue uno de los aspectos que más llamó la atención del joven artista.

“Hay otros eventos, como Documenta, en el que Ariamna y yo hemos estado como espectadores, que se proyectan hacia otro tipo de investigaciones y de propuestas; pero en este caso la Bienal de Venecia sí tendía a toda la magnificencia y el esplendor; a obras descomunalmente grandes, en las que se veía un muy marcado uso de la tecnología.

Esa fue una de las cosas que más nos sorprendió, pues esperábamos que resultara justamente lo opuesto; que muchos de los artistas fueran como la génesis de las cosas. La tendencia general en la Bienal fue la visión futurista de la realidad”.

Considerado uno de los más representativos exponentes del arte conceptual en la Isla, Alex Hernández llevó a Venecia una pieza multidisciplinaria titulada Estado natural, segunda etapa del working progress que, en su fase inicial, presentó a fines del pasado año en Galería Habana.

Estado natural. Alex Hernández.

Las consecuencias de imponer a la naturaleza, en este caso a las colmenas de abejas, estructuras creadas por el hombre, centra esta propuesta; la cual llamó allí la atención por su rigor y carácter experimental.

Este trabajo, al igual que Penitencia, la instalación con la que Ariamna Contino llamó a pensar acerca del uso indiscriminado de los recursos naturales; o los paisajes de Alejandro Campins, en los que asoman a modo de advertencia los bunkers edificados durante la II Guerra Mundial, responden a la idea curatorial con la que Margarita González Prieto se insertó en el tema propuesto por Ralph Rugoff para esta edición del evento: May you living in interesting times (Usted puede vivir tiempos interesantes), en referencia a las crisis que sacuden a la sociedad contemporánea.

Penitencia. Ariamna Contino.
 

El entorno aleccionador fue el título concebido por la especialista del Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, para provocar una mirada reflexiva al medio que nos rodea y agrupar las obras de estos autores cubanos, caracterizados por trascender en su quehacer la estricta representación de la figura humana.

“En el caso de los artistas y también la iniciativa mía fue la de mostrar obras que crearan conciencia. Y como bien dice Alex, en el resto de los pabellones había esa espectacularidad y, además, la intensión de mostrar el fenómeno, pero sin ese plus de nosotros los cubanos de estar siempre alertando al individuo, el cual responde al modo en que nos formamos ideológicamente. Crear conciencia, motivar a la reflexión.

Margarita González Prieto. Curadora y Especialista del Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam.

Las líneas de trabajo que se desprendieron del tema general propuesto por Rugoff, el curador general, fueron muy diversas. A mi modo de ver, abarcaban desde una visión apocalíptica del futuro, la deshumanización, el camino hacia la robotización de las personas, el hombre-máquina, la máquina-hombre. Todas ellas expresadas en artistas de los países más desarrollados.

No son preocupaciones acerca de lo social que sí son problemas que tenemos resueltos en países en vías de desarrollo. Sin embargo, ellos están en otra dimensión; sobre todo los países que han pasado por guerras mundiales. En el caso de Japón y Corea del Sur, el uso de las tecnologías era apabullante, tanto en los artistas de esos países seleccionados por Rugoff, como en los respectivos pabellones nacionales”.

Junto a la presidenta del Consejo Nacional de Artes Plásticas, Norma Rodríguez Derivet, nombrada Comisaria de la representación cubana, la curadora Margarita González Prieto formó parte de la delegación nuestra al evento, al que no pudo asistir Alejandro Campins, por razones de trabajo en el extranjero.

“Quizás por la experiencia que hemos tenido desde que se funda la Bienal de La Habana, en estos eventos que se desarrollan en Europa, casi siempre la mirada hacia el Sur, hacia lo que fuera llamado en tiempos atrás Tercer Mundo, casi siempre está muy marcada por estereotipos y prejuicios.

En algunas selecciones que vi de Rugoff, de lo que se trata en cierto modo es de representar al diferente; en rasgos, en vestimentas, en lo que fuese. En este caso nosotros quisimos destacar que los artistas cubanos, y Cuba en general, trabajan en temas que son de interés planetario. Y que así mismo respondían los planteos de las obras. Incluso, Campins, que fue el más ortodoxo porque usaba una manifestación de más larga data, como la pintura que es muy clásica, el tema que propone es muy contemporáneo”, acotó la curadora.

Obra pictórica de Alejandro Campins.

Por su parte, Ariamna Contino regresó muy satisfecha, sobre todo por los comentarios que escuchó en el día de la apertura del Pabellón de Cuba, ocasión en la que contaron con la presencia de distinguidas personalidades de la cultura en Europa.

“Creo que a veces está mal que uno mismo diga que fue todo un éxito. Pero, por lo que pudimos apreciar, realmente pienso que de manera general a las personas les gustó mucho que fuesen tres artistas y que, de alguna manera. la idea curatorial se pudiera cerrar en pocas propuestas y así poder desarrollar mejor la idea”.

En las últimas cinco ediciones de la Bienal de Venecia, evento en el que debutó a mediados del siglo pasado, Cuba ha contado con un pabellón oficial en el que mostrar lo más relevante de su arte contemporáneo.

En ocasiones, como la actual en la que compartimos espacio con el italiano Eugenio Tibaldi, lo costoso del empeño demanda la presencia también de algún creador foráneo, con una línea de trabajo similar. El reconocimiento de nuestros representantes a este esfuerzo del país, cobró expresión en la voz de Alex Hernández:

“Creo que es muy importante que Cuba haya podido mantener la representación nacional y debería hacerse el esfuerzo para que así continúe porque da la magnitud de la preocupación cultural en el país y el empeño que se pone para una presentación como esta. Habla muy bien del panorama cubano de las artes en general, no solo de las artes plásticas, sino del esfuerzo por la Cultura”.


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