FIART, sucursal de la artesanía cubana


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La llegada de diciembre avecina, entre otros acontecimientos, la Feria Internacional de Artesanía y Regalos, organizada por el Fondo Cubano de Bienes Culturales. Del 10 al 20 de diciembre, esta vigesimocuarta edición retoma la presencialidad luego de dos años de interrupción debido a la pandemia, y tiene entre sus sedes principales el recinto expositivo de Pabexpo y la Estación Cultural de Línea y 18.

Como años anteriores, la Feria procura reunir en un mismo espacio una diversa oferta comercial que abarca confecciones textiles, muebles, artesanía, orfebrería, calzado y cerámica.

“Del 10 al 20 de diciembre, esta vigesimocuarta edición retoma la presencialidad luego de dos años de interrupción debido a la pandemia”. Fotos: De la autora

Con el objetivo de conocer sobre la experiencia de algunos de los artesanos participantes, La Jiribilla llegó hasta el circuito ferial del capitalino municipio de El Vedado.

La Feria de cara al mercado cubano

Las ofertas comerciales de Fiart constituyen un tema muy bien sabido. Pensar en ella es imaginarse el conglomerado de puestos con propuestas disímiles. Si bien el recinto de Línea y 18 no está totalmente atiborrado, deviene un espacio que garantiza la variedad en sus stands. Muchos resultan los proyectos que confluyen allí: por un lado, el emprendimiento familiar, y por el otro, el crecimiento del mercado artesanal cubano.

La familia Matos lleva más de 30 años trabajando con la madera, en un taller que lleva por nombre Huellas Taínas. Desde 2014 estos baracoenses participan ininterrumpidamente en este tipo de eventos. Su propósito ha sido crear una amplia gama de servicios utilitarios para la cocina: removedores, tostoneras, portacuchillos, pozuelos, platos, cucharas, azucareras, morteros, etcétera.

Similar caso es el de José Antonio Angueira Sánchez y los allegados que llevan su mismo apellido. Los Angueira confeccionan bisutería y también exhiben cuadros de técnica mixta relacionados con la vida en el mar. Este producto estrella de la familia constituye una bienvenida al universo marino desde los más técnicos y elementales conceptos. “Confecciono barcos apegados a un modelo real; acompañados de nudos marinos y distintos tipos de anclas. Abajo pongo sus nombres, para dar a conocer la variante representada”, manifestó el líder del proyecto.

“Este producto estrella de la familia constituye una bienvenida al universo marino desde los más técnicos y elementales conceptos”.

La confección textil también tiene su espacio en Fiart. Patricia Valdés Rama hace una década promueve la cultura del Medio Oriente en Cuba. Su stand de artesanía oriental propone lámparas, ropa india, bisutería y decoración de interiores.

También está la representación de propuestas más jóvenes. Desde 2020, Alba Cosmética se encarga del cuidado de la piel, facial, corporal y capilar. “La marca ha ido creciendo y solidificándose. Más allá de finalidades estéticas trabaja en el tratamiento de padecimientos específicos. A partir de medios terapéuticos, intentamos solucionar la caída del cabello, la alopecia, picaduras de insectos, dolores y contracciones musculares”, explicó Leandra Valle, quien forma parte del proyecto.

“Alba Cosmética se encarga del cuidado de la piel, facial, corporal y capilar”. Imágenes: Tomadas del perfil de Instagram del proyecto

¿Ofertas justas y/o necesarias?

En el último año la economía cubana ha sido inestable. Por momentos se hace casi insostenible seguirle el ritmo a los precios que proponen numerosos servicios privados; algunos incluso de primer orden, como el calzado y la ropa. Tampoco existe una oferta estatal sostenida. Sin embargo, Fiart pretende mantenerse como una alternativa del mercado cubano, pensada sobre todo para cubrir la necesidad del público nacional.

La realidad apunta a que, si bien son elaboraciones variadas, en ocasiones el costo de los productos puede sorprender a quienes intenten adquirirlos. Al respecto, los dueños de los negocios creen tener equilibrio entre su oferta y la demanda.

“No solo nos interesa lo monetario, también estamos en función del disfrute del público”.

“Han ocurrido muchos cambios económicos en el país, y hemos sufrido el efecto. A veces nos da pena decir el precio, si es un dinero grande, pero tenemos que dar valor a nuestro trabajo, porque no resulta fácil mantener este tipo de labores durante tantos años. Además, no solo nos interesa lo monetario, también estamos en función del disfrute del público”, aseveró Jorge Luis Matos, líderde Huellas Taínas.

Por su parte, José Antonio Angueira aseguró que aunque sus cuadros marinos tengan un precio fijado debajo de cada pieza, no constituye un patrón rígido, y casi siempre llega a negociaciones con el cliente para hacerle rebajas.

Otros afirmaron haber estudiado el mercado nacional para no tener precios injustos. Alba Cosmética expresó:“Tenemos en cuenta la adquisición del mercado cubano, que sabemos no es muy grande, pero nuestros precios están en compensación con la calidad del producto”, indicó Leandra Valle, quien trabaja en este proyecto.

Asimismo, Patricia Valdés Rama alegó que en su stand de artesanía oriental se ha intentado mantener el valor de otros años.

Fiart como un espacio de confluencias

Los artesanos ven en Fiart, más que una feria comercial, un lugar para intercambiar experiencias, posicionar sus productos y fidelizar al público. Así lo reflejaron algunos de los entrevistados.

“Nuestro trabajo surge en Baracoa, donde existían asentamientos taínos, y eso nos inspiró. Las ofertas son artísticas, pero también utilitarias. Estar aquí resulta una posibilidad de hacer amistades y tener a los clientes contentos. Las personas buscan nuestros servicios”, añadió Matos.

“Fiart nos posiciona a la vista del mercado”.

“Mi marca es relativamente joven, tiene dos años. La pandemia te pone fuera del marco de conocimiento de la población, y estos espacios físicos nos acercan al público. Fiart nos posiciona a la vista del mercado”, agregó la representante de Alba Cosmética.

También hay quienes ven en la Feria un espacio de realización personal. “Esto lo hago desde que tengo 12 años. Estudié en escuelas navales y desde entonces viene mi delirio por el mar. A través del Fondo me vinculo a Fiart. Cuando trabajo en esto me olvido del mundo. Me brinda un beneficio económico y la posibilidad de que las personas amantes del mar me vean y tengan en mí una oferta”, expresó Angueira.

“Traemos lo que no hay en Cuba. Muchos viajan a México, pero pocos a la India o a Turquía. Normalmente nos persiguen y existe un interés de que lleguemos a Cuba, porque hemos venido en otras ediciones. Conocemos los problemas de transporte, y en esta ocasión llegamos a Línea y 18 para acercarnos más a las personas”, concluyó Valdés Rama.

 


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