La cerámica ha estado presente desde el origen del hombre y está relacionada con funciones fundamentales; utilitarias, artísticas y estéticas. En Cuba durante los años 60 del siglo pasado, alcanzó gran popularidad pues se crearon diversos talleres. Tiempo después se desarrolló la industria y la cerámica cubana alcanzó un carácter utilitario  y un producto artístico de valor considerable.

Entre los años 1990 – 1994, una experiencia de intercambio entre la Industria Cerámica de la Isla de Juventud, estudiantes y graduados del Instituto Superior de Diseño, realizaron una serie de piezas utilitarias elaboradas con materia prima nacional, para satisfacer necesidades de la población e instituciones estatales. A la luz de la inexistencia de dicha industria,  estas piezas son expuestas en el Museo de Cerámica de la Habana Vieja, durante el mes de julio.

Museo de Cerámica de la Habana Vieja

Como función de la cerámica aplicada a lo útil y dentro de un lenguaje específico, el diseño (textura – forma) y color, son elementos tan importantes como el peso de  estos objetos: teteras, vasos, tazas, platos, jarrones, lámpara de noche, utensilios producto de la  inventiva y enigma de los creadores.

Fuego Fatuo, fue la excusa que encontré para discursar sobre lo que se me hace urgente, luego de mi paso por varias provincias de la Isla y mi interacción con artista y artesanos dedicados a la cerámica. Esta muestra es el punto de partida o renacer de lo que muchos quisieran que volviera, la industria cerámica. Pienso, que el comprometimiento con el mundo de los objetos cotidianos actuales, debe apelar  además de al dominio técnico, identidad e individualidad, a la búsqueda y exploración, y a la instauración en el terreno del arte, que redimensionaría el objeto sin dejar de tener una función utilitaria o decorativa.

Los principios de austeridad en el diseño actual y utilización de materiales locales cobran enorme importancia. En tanto la creciente autonomía creadora, evolucionaría hacia nuevas posibilidades y propuestas, el arte se transforma en herramienta que propicia el cambio, buscando el regreso a la sensibilidad y el placer estético desde una práctica contemporánea.  Un hacer que se sumerja en la traída utilidad - arte - vida, donde coexistan destreza, imaginación, técnica y diseño. Pudiendo establecer desde la amplitud y las potencialidades de la cerámica, aportes significativos para fortalecer la cultura,  y la visualidad del objeto utilitario.

Explorar las posibilidades de la cerámica en el mundo del arte contemporáneo, exige contextualizar su significado, lenguaje y el rol que suma el aquí y el ahora. Mucho tiene que ganar la cerámica nacional, para ponerse a tono con los parámetros internacionales y los tiempos que corren, claro está, sin dejar de perder la cubanía.  Un sistema de percepción sobre la relación entre el artista, el material, el proceso de realización, el contenido conceptual, y el espacio en el que se realiza, crezcan. La cerámica es mucho más que voces parecidas o uniformes, es una actividad compleja que combina tecnología, oficio, arte y diseño.