Guantánamo en el siglo XIX. Una mirada desde el Nomenclátor 1883-1884


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Nomenclátor..., 1883-1884.

El patrimonio urbano de la moderna ciudad de Guantánamo vuelve a ser centro de atención [1], en esta ocasión motivado por el Nomenclátor Comercial, Agrícola, Industrial, Artes y Oficios. Directorio General para la Isla de Cuba, 1883-1884, joya del patrimonio documental legado por el Centro Editorial de Obras Ilustradas de Molina y Juli en la cosmopolita Habana de 1883, un libro que atesora la Biblioteca Nacional José Martí en su Sala Cubana.

El Nomenclátor… constituye uno de esos textos imprescindibles para los investigadores del patrimonio cultural enfrascados en la comprensión de la identidad nacional desde los pueblos y ciudades que la integran, máxime si se reconoce en ellos “la mayor y más compleja manifestación cultural y artística de la civilización”, perspectiva que asume el Departamento de Historia del Arte de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada en su asignatura “Historia del Urbanismo”. Vida urbana Vs. vida rural, presente Vs. pasado y tradición Vs. Modernidad, resultan inherentes a las ciudades en su dinámica cultural.

Pero un encanto singular posee el Nomenclátor…, y es el conjunto de ilustraciones que acompañan sus páginas, un amplio sistema de imágenes que si bien han sido colocadas en función de los anuncios de comercios y establecimientos, ofrecen en su potencialidad documental un asomo a la arquitectura de las diferentes regiones y localidades de la Isla; no solo en la relación inmueble/función, sino también desde los lenguajes arquitectónicos utilizados.

Ambos aspectos, lenguaje y función, en una fantástica coexistencia de ciudades antiguas y modernas. La Habana, Trinidad, Santiago de Cuba, Bayamo, Remedios y Sancti Spíritus, entre las primeras, dialogan con Cienfuegos, Cárdenas, Sagua la Grande y Guantánamo, por solo citar algunas de las segundas. No he podido entender la razón por la cual, si bien envió el corresponsal de Puerto Príncipe (Camagüey) la información general del territorio, así como la del directorio comercial y profesional, no aparece en el Nomenclátor… referencia visual alguna de su patrimonio urbano arquitectónico. Son precisamente las imágenes de Guantánamo las que quiero compartir en este espacio, por encontrar en ellas un valioso signo de identidad local y regional. 136 años después de aquella publicación, podrá el visitante que se aproxime a esta urbe, encontrar los rasgos que distinguen a los edificios aquí presentados.

No se avala el contenido de este artículo en la exhaustiva investigación que del terruño hacen los investigadores guantanameros; mas, en aras de una aproximación veraz, se apoya en la información que de la ciudad ofrece el propio Nomenclátor y los documentos atesorados en la sala de Fondos raros y valiosos de la Biblioteca Provincial de Guantánamo “Policarpo Pineda”, entre ellos: los diarios La voz del Guaso[2] y la El Vigilante, en la edición extraordinaria en homenaje a la patriótica fecha del 24 de febrero en 1954; [3] los textos publicados en la década del 40 por ilustres patricios: Guantánamo. Narraciones dialogadas, de Luis de J. Morlote, [4] y Guantánamo. Historia, de Alberto Soler Zunzarren [5] y, más reciente los artículos de Elena Baró Torres [6] y Héctor (Tati) Borges. [7]  Gracias a esos trabajos se ha podido relacionar la toponimia urbana de 1883 con la actual, hecho que al menos a escala de eje urbano, facilitaría la ardua tarea de buscar en el presente la huella del pasado.

Para presentar a la Villa de Guantánamo en 1883 en el Nomenclátor se parte del espacio geográfico para describirla: “a orillas del río Guaso, y muy próxima a los ríos Bano y Jaibo, que fertilizan las feraces y extensas llanuras”, mientras que sociológicamente se acota tener una población de 6 521 habitantes; los cuales, siguiendo los parámetros de la época, se tribuyen atendiendo a la raza en 2 288 blancos, 4 127 de color y 106 asiática. El paisaje arquitectónico está definido por 236 casas de mampostería, 305 de tabla y tejas y 395 de cujes y guano y como hitos refieren a la Iglesia Parroquial (en la Plaza de Armas), la Casa Consistorial, el Hospital Civil (atendido por la Junta de Beneficencia), el Hospital Militar, el Cuartel de Infantería y el Mercado.

 

Administrativamente está organizada en 8 barrios: Mercado, Rastro, Glorieta, Hospital, Gobierno, Caridad, Parroquia y Banó, términos reiterados en documentos de 1943 algunos de los cuales sirven de referencia al habitante actual y, en calidad de barrios rurales, Arroyo Hondo, Bayate, Caimanera, Camarones, Corralillo, Cuatro Caminos, Filipinas, Guaso, Indios, Jaibo Abajo, Lajas, Macurijes, Ocujal, Palma San Juan, Tiguabos, Vínculo, Isleta y Baitiquirí.

Para dar por sentada la riqueza económica de Guantánamo el Directorio General otorga preferencia a los 19 cafetales de la región, que están bautizados con los siguientes nombres: Las Gracias, San Fernando, Griñón, México, Virginia, Naranjos, Hermitaje, Campo Hermoso, Bella Vista, Dios Ayuda, Diamante, Monte Alto, Santa Rita, Cubana, Palmarito, Güira, Perla, Jagüey y Felicidad. Y como signo de su vida urbana, pudiera comentarse que en este año Guantánamo posee agentes consulares de Francia y Dinamarca, Inglaterra, Estados Unidos e Imperio Chino y al amparo del ámbito publicitario: dos hoteles, tres imprentas, siete fondas, cuatro billares, siete sastrerías, nueve establecimientos especializados en ropa, cinco peleterías, siete barberías y dos ferreterías.

La figura más importante, si se tiene en cuenta su presencia en las principales instituciones, es el Sr. D. Rafael Llopart y Ferret, pues además de presidir el Ayuntamiento, también conduce las juntas: de la Cárcel, de Beneficencia, de Sanidad, de Agricultura, Industria y Comercio, de Patronato y de Instrucción Pública. No en vano se intentó perpetuar su memoria colocando su nombre “San Rafael” al eje que se conoce actualmente por calle “Carlos Manuel de Céspedes” tomando por base para ello su protagonismo en la construcción del puente de San Justo en el XIX. [8]

 


 

Urbanísticamente hacia 1883 Guantánamo se distingue por 21 ejes que se cortan perpendicularmente para general un trazado regular, 10 en dirección norte-sur y 11 de oeste a este. Gracias a los textos consultados se pueden relacionar los nombres modernos y antiguos (entre paréntesis) de forma que se pueda relacionar el pasado, cifrado en el Nomenclátor, con el presente. Las primeras son: Jesús del Sol (Martínez Campo), Silverio del Prado (Cárcel, Amadeo I), Francisco Vicente Aguilera (Infanta), Flor Crombet (Santa Catalina), Emilio Giró Odio (Gobierno o Independencia), Bartolomé Masó (Campana, Carretera, Tomás Estrada Palma), Donato Mármol (Colón, San Félix), Bernabé Varona (Vizcay), Ramón Pintó (Nueva) y Ave. Camilo Cienfuegos (Rafat, Julio Grave de Peralta); mientras las segundas: Carlos Manuel de Céspedes (San Rafael [9]), José de la Luz y Caballero (La Caridad), Máximo Gómez (Miguel Pérez C.), José Martí ([Antonio Sánchez] Manjón), Pedro A. Pérez (Concha), Calixto García  (Valdés), Los Maceo (Real), Guillermo Moncada (Vargas o Carril), Ignacio Agramonte (Río), Serafín Sánchez (Bargés), José Antonio Saco (Calderón), Serafín Sánchez (Borges) y Moncada (Vargas). Obsérvese que son los ejes norte-sur los que se revelan como ejes comerciales, entre ellos martí, Calixto García y Los Maceo.

 

 

Notas:

[1] Recuérdese los artículos publicados tres años atrás. V. Tamames: “Guantánamo, una ciudad moderna entre el mar y la montaña (I). Acerca de su imagen urbana” y “(II). Paisaje arquitectónico”, Cubarte, La Habana, 11 y 14 de abril de 2016.

[2] La voz del Guaso, 11(226): Guantánamo, miércoles 4 de noviembre de 1885

[3] El Vigilante, (1299), Guantánamo, 24 de febrero de 1954.

[4] Luis de J. Morlote Ruiz: Guantánamo. Narraciones dialogadas, Guantánamo, 1941.

[5] Alberto Soler Zunzarren: Guantánamo. Historia, Guantánamo, 1947.

[6] Elena Baró Torres: “Guantánamo: las calles, sus nombres”, Lomerío, 5(9):7, Guantánamo, nov. de 2000.

[7] Héctor Borges: “Por las calles de mi pueblo (I) y (II)”, Memorias, 1(1):12-13, Guantánamo, enero.

[8] Luis de J. Morlote Ruiz: “Calles”, en su Ob. Cit., p. 24.

[9] “Las calles de Guantánamo”, El Vigilante, (1299):3 y 5, Guantánamo, 24 de febrero de 1954.

 


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