La fille du régiment por Teatro Lírico Nacional de Cuba


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Una producción que parte de un libreto adaptado, la anuencia de experimentados cantantes, junto a la música de Gaetano Donizetti, son algunos de los ingredientes para un trabajo minucioso y el énfasis en llevar a través del canto lírico, lo mejor de la tradición de la comedia, con ritmo cadencioso y efectos sorpresivos.

La fille du régiment, es la ópera que en dos actos acoge la sala Federico García Lorca del Gran Teatro de La Habana “Alicia Alonso” (GTHAA), bajo la dirección de Luis Ernesto Doñas. Versión que no responde a los matices o el ímpetu patriótico de los años de la gesta libertadora en Francia, sino a la tradición épica de la Revolución Cubana, adentrándose en el amor en tiempo de guerra. Y todo ello, acompañado de la Orquesta Sinfónica del GTHAA y el Coro del Teatro Lírico Nacional de Cuba, que desde el foso se encargan de concertar esta obra con la música que provoca la elocuencia y la exaltación.

Sobre de la pieza Doñas argumentó:

En el primer acto predominan las obras de Raúl Martínez con una visualidad pop, en donde utilizamos códigos del vernáculo con actores del Teatro Lírico Nacional para incorporar gestos, aptitudes y palabras de la cotidianidad cubana. Ya para el segundo acto, utilizamos el concepto mercantil, llevando los hilos de la ambientación a tonos sombríos, para exponer la sobriedad de algunos años.

Algunas de las interpretaciones fue un momento memorable en la noche.  Iván Balmaseda en su papel de notario aportó frescura, al igual que la profesionalidad y el buen canto de Jorge Temprano en el papel de Caporal y Alejandro David como Hortensius. La aportación de Maite Milian alternándose con Conchita Franqui y Dayami Pérez como Marquesa fue un regalo, por el brillo y la proyección de la voz durante sus actuaciones. De Johana Simón su actuación de una Marie pasional, con un lit cómico impresionante bregado de muchos y buenas actuaciones, pero además cantó con un dominio de la técnica impecable, con la facilidad y la seguridad en los agudos, junto al gran dominio escénico.

Con un personaje caricaturesco Maite Galbán y Zoila Jiménez se intercambiaron en las funciones y asumieron a la Duquesa de Crakentorp, siendo sus aportaciones conmovedoras, moviendo al personaje a plurales matices. Y así aparecen otros personajes con sus altas y sus pequeñas bajas.

De cómo cuidar el fraseo, las medias voces, los pianos, la ejecución de una técnica que con sensibilidad cuidó el colectivo lírico haciendo que se pudiera disfrutar de funciones conectadas con el público y activar momentos divertidos en la obra. De esta forma, se pretende regenerar la tradición lírica, y devolver a los escenarios el esplender de la ópera hecha en Cuba.

Dirección musical: Yhovani Duarte.

Dirección escénica: Luis Ernesto Doñas.

Dirección coral: Denisse Falcón Lay, Claudia Rodríguez.

Coproducción entre Teatro Lírico Nacional de Cuba TLNC y Fondazione Teatro Donizetti.


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