Yasmani Castro Caballero (Masamba Producciones, Cuba); Dra. C. Maydi Estrada Bayona (Universidad de La Habana, Cuba); Zuleica Romay Guerra, directora del Programa de Estudios sobre Afroamérica; Dra. C. Susan Lord (Queen’s University, Directora de Vulnerable Media Lab, Canadá) y Camila Valdés León, Centro de Estudios del Caribe, Casa de las Américas.
La Casa de las Américas dedicó un panel de homenaje a la documentalista cubana Gloria Rolando por sus treinta años de amor al cine y su 70 cumpleaños. Con este propósito en la sala Manuel Galich se reunió un amplio grupo de estudiosos de su obra, amigos y familiares de la realizadora, con el fin de rememorar su trayectoria e impronta en el audiovisual cubano.
En consecuencia, en la apertura del panel se proyectó una compilación de fragmentos de sus obras donde se hizo evidente la unidad de sentido e intencionalidad que caracteriza el trabajo de esta directora. Sobre esta línea, inauguró el panel la investigadora y directora del Centro de Estudios del Caribe, Camila Valdés León, quien, en un recorrido por la obra de Rolando, reconoció tres núcleos de significación alrededor de los cuales se agrupan los documentales de la homenajeada, y que a su vez evidencian las bases de su “pensamiento visual”, su estética y su poética. Los vínculos intertextuales en las producciones de la documentalista sobre las comunidades caribeñas; dan lugar a lo que Valdés llamó la “constante construcción de un álbum familiar”.
Tales núcleos de significación, explicó la panelista, lejos de ser excluyentes, demuestran la conexión entre los ejes temáticos de las obras. Ejemplo de esto es la música como base de la memoria caribeña y de su diversidad, que atraviesa los documentales Oggún: an eternal presence, El alacrán, Los marqueses de Atarés y Nosotros y el jazz; pero también complementa la reconstrucción de procesos históricos como los mostrados en 1912, voces para un silencio, donde las luchas de hombres y mujeres vinculados al Partido Independiente del Color constituyen el eje del documental.
Camila Valdés León, Centro de Estudios del Caribe, Casa de las Américas.
En torno a la recuperación de la memoria histórica, la investigadora recordó en la obra de Gloria Rolando los símbolos persistentes en su iconografía fílmica, los cuales responden al imaginario de una cultura transversal a los límites del mar Caribe. Algunos de los destacados por Camila Valdés fueron la ceiba como árbol enraizado y disperso en sus semillas, la “insistencia en lo insular”, en su condición a la vez maternal y protectora, los momentos íntimos de reunión familiar y comunitaria presentes en la obra y la migración inherente a la historia caribeña donde la isla deviene puerto constante.
Por otra parte, desde Kentucky, Estados Unidos, la Doctora Devyn Spence, tomó la oportunidad para presentar como homenaje a la realizadora cubana, la propuesta editorial Rompiendo el silencio: un examen crítico de la vida y obra de Gloria Rolando.
El volumen interdisciplinario, multimedia y bilingüe aporta perspectivas sobre la posición de Gloria Rolando como cineasta cubana negra, cuyo trabajo dialoga directamente con las distorsiones y silencios a los que ha sido relegada la comunidad afrocaribeña. El libro reflexiona sobre temas como el discurso cinematográfico de la realizadora, contrario a la representación de los cuerpos femeninos afrodescendientes en las industrias comerciales generadoras de estereotipos; o las complejidades de los procesos de transición históricos y religiosos dados en Cuba a partir del triunfo revolucionario.
Yasmany Castro Caballero, miembro de Masamba Producciones en Santiago de Cuba, enriqueció el panel con una serie de anécdotas sobre sus propios vínculos con la obra de Gloria Rolando.
Yasmany Castro Caballero, miembro de Masamba Producciones en Santiago de Cuba, enriqueció el panel con una serie de anécdotas sobre sus propios vínculos con la obra de Gloria Rolando y sobre la inspiración constante que es para hacer cine desde otras poéticas.
No podía dejar de mencionarse en el panel el compromiso de Rolando con la obra de las Oblatas de la Providencia, orden católica fundamentalmente compuesta por mujeres negras que lucharon por su educación tanto en Estados Unidos como en Cuba desde finales del siglo XIX hasta la década de 1950. Castro Caballero recordó cómo, dedicada a ellas, Gloria Rolando ha realizado su más reciente producción titulada Hermanas de Corazón.
El joven realizador santiaguero instó a sentirnos agradecidos por tener en el arte fílmico cubano grandes exponentes como Tomás Gutiérrez Alea, Santiago Álvarez, Sara Gómez, Nicolás Guillén Landrián, y por supuesto, Gloria Rolando, cuya obra, expresó, enaltece una historia popular y familiar en gran medida silenciada. Mencionó, además, el impacto de Rolando en los modos de contar la historia y en la importancia que tiene su obra por haber comenzado a narrar la presencia haitiana en el territorio y la cultura cubana.
La directora de Vulnerable Media Lab, Susan Lord, destacó que en el caso de la obra de Gloria Rolando, el archivo fue presentado como un elemento de gran exquisitez, puesto que mantiene activa una memoria de la cotidianidad.
De igual manera, la obra de la documentalista cubana ha impactado en estudiosos del cine de otras latitudes, como es el caso de la directora de Vulnerable Media Lab, Susan Lord, quien llegó desde Canadá para presentar su conferencia sobre la imaginación archivística en Gloria Rolando.
La académica reveló los procesos de recuperación e investigación que intervienen en toda obra de arte. En el caso del cine, refirió, de manera particular, se acumulan diversos tipos de archivo desde imágenes hasta el repertorio sonoro. Posteriormente, toda obra presenta los resultados de las mejores prácticas archivísticas, señaló la doctora Lord. El archivo constituye a la vez un mecanismo de protección y difusión de la obra creada, siempre que se mantenga accesible al público.
Sobre este aspecto, recalcó la necesidad de preservar los documentos de cualquier índole que hayan favorecido la construcción de un documental, así como de no separar al autor de su repertorio, labor que comúnmente cumplen las “instituciones de la memoria”. Someter el archivo al enclaustramiento solo podría ponerlo en riesgo de deterioro o desaparición, además de evitar las interacciones “críticas y amorosas con el pasado”, señaló la panelista.
En el caso de la obra de Gloria Rolando, el archivo fue presentado como un elemento de gran exquisitez, puesto que mantiene activa una memoria de la cotidianidad. Susan Lord supo nombrarlo como “The living archive, embodied and performed”, ya que resulta un desafío al tiempo y al carácter monumental del archivo colonial. El uso de distintas intertextualidades –musicales, fotográficas, periodísticas, referencias a otros cineastas y un gran compendio de entrevistas y conversaciones- dota a la obra de Rolando de una proyección doble, primeramente, como pieza de arte realizada hacia su público, y luego como base de datos y archivos propicios a la reconstrucción de un vasto imaginario social y cultural.
La académica y activista de la Universidad de La Habana, Maydi Estrada Bayona, presentó una ponencia titulada Úteros y maternidades en la poética cinematográfica de Gloria Rolando
La última panelista invitada, académica y activista de la Universidad de La Habana, Maydi Estrada Bayona, felicitó a Gloria Rolando con un acercamiento íntimo a las principales intuiciones que halla en su obra, asociadas a una profunda sensibilidad maternal y humana. Con la lectura del texto Úteros y maternidades en la poética cinematográfica de Gloria Rolando, la autora repasó su producción fílmica, y llamó “hijos” a sus obras, pues en ellas se puede sentir la presencia de la “Madre Tierra” y las mujeres africanas como madres y guerreras.
Ante la pregunta sobre el origen que se desarrolla en la cinemática de Rolando, presente, por ejemplo, en la obra Diálogo con mi abuela, se advierte una respuesta complementada por los saberes espirituales de los ancestros afrocubanos. Los cantos y voces desplegados en los ritos de las misas, a los que aludió Estrada, demuestran una riqueza espiritual compleja que nos abarca a todos, más allá de la religión o la raza. El símbolo maternal que conecta inevitablemente con el momento del parto, aparecido en distintos aspectos de la obra de la cineasta cubana, revela las dimensiones físicas, mentales, psicológicas y comunitarias de las que forma parte el cuerpo femenino. La propia nación cubana es entendida, apuntó la conferencista, como una isla útero donde la formación identitaria del ser individual y nacional se nutre de las conexiones con el resto de las islas caribeñas. Es así como la espiritualidad se convierte, según Maydi Estrada, en una clave sociopolítica que implica la construcción histórica de la nacionalidad cubana.
Bayona pregunta: “¿Cómo pueden ser revelados los códigos de la decolonialidad en el pensamiento y el saber?” La obra de Rolando, enfatiza la panelista, lucha contra el vacío colonial y aun posrevolucionario, en busca de una “epistemología de las ausencias” capaz de sistematizar la historia no contada de las comunidades afrodescendientes en Cuba y el Caribe, y a la vez devolver un conocimiento, más que poético o mítico, de carácter histórico y social.
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