Teatro “El Público” regresa a la escena de la mano de Las amargas lágrimas de Petra Von Kant.

En el Bremen de los años 70 Petra, una exitosa diseñadora de moda de la alta burguesía alemana, mujer de mediana edad, llena de conflictos personales e inseguridades, a pesar de su ego, se enamora de la muchacha a la que desea convertir en top model.

El desequilibrio en las relaciones de pareja, los tormentos psicológicos, fracasos matrimoniales, la relación de ama y esclava entablada, la distancia emotiva y la incapacidad de comunicación madre-hija, es la  difícil tarea de Enmanuel Galbán, quien asume el rol de la exitosa mujer que lidia con su pasado tormentoso y un presente complicado en materia amorosa.

La pieza en tres actos escrito por Fassbinder, según cuentan durante las doce horas del vuelo de los Ángeles a Berlín; ahora bajo la dirección del dramaturgo Carlos Díaz, y en la sala teatro Trianón, se atavía con el travestismo, no solo de las actuaciones protagónicas de Galbán, que interpreta a una mujer madura, sino también de Luis Manuel Álvarez como Karin, la modelo.

Fassbinder establece una dialéctica en la que los personajes son movidos por diversas índoles y realizan una exploración en cada una de las proyecciones de la personalidad de los protagonistas. Desenlazando una historia envuelta en erotismo, llena de acciones que transcurren en el dormitorio.

Un renovado elenco de actores y actrices asumen otros roles y contrastan la interpretación como ejercicio crítico, adentrándose en la piel de sus personajes y en la búsqueda de la felicidad. Por lo que se instauran y protegen sus rostros en señal de autodefensa de sus esencias o como especie de rito estimulante para no decaer. Otras veces se tornan, desafiantes e impudorosos.

De Las amargas lágrimas de Petra Von Kant, nos quedamos con sus colores explosivos y la sensación de la repercusión de la historia en nosotros, además de los nuevos sones que se introducen con la transexualidad como tema invariable y latente en la sociedad, aunque la idea del director en escena, está muy lejos de traer esta historia a la contemporaneidad.

Esto y más se puede ver en los horarios habituales del capitalino teatro Trianón, si decide transitar por la céntrica calle de Línea.