Nido de mantis comienza su recorrido por la Isla


nido-de-mantis-comienza-su-recorrido-por-la-isla

Cuenta Arturo Sotto que hace unos veinte años empezó a escribir el guion de Nido de mantis, el largometraje de ficción que a partir de este miércoles tiene su estreno comercial en nuestro país, luego de un recorrido que lo ha llevado a las competencias oficiales de los festivales de Guadalajara, en México y el de Taormina, en Italia; así como a las del Latin Film Festival de Chicago y el Havana Film Festival de Nueva York, los dos últimos en Estados Unidos.

Acá en la Isla, la película tuvo un pre estreno con motivo del Día de la Cultura Cubana, en 2018; para después formar parte en diciembre pasado del concurso del 40 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, en el que obtuvo ex aequo el Premio Especial del Jurado.

Su presentación ante el público nacional durante dicho evento tuvo especial significación para Sotto, dado que el mismo estuvo dedicado a Tomás Gutiérrez Alea, a quien en esta obra realiza más de un guiño.

Nido de mantis ha sido, sin dudas, el proyecto más complejo enfrentado por el cineasta que ya tiene en su haber, dentro del género ficción, el mediometraje Talco para lo negro (1992) y los largometrajes Pon tu pensamiento en mí (1995), Amor vertical (1997), La noche de los inocentes (2005) y Boccaccerías habaneras (2013).

Con una trama que abarca las décadas de 1960 a 1990, fue ardua la labor de la dirección de arte llevada a cabo por Carlos Urdanivia, el cuidado que puso en el vestuario Vladimir Cuenca, el maquillaje y la peluquería a cargo de Magaly Pompa, Magdalena Álvarez y Elio Durán; encargados todos de la puesta en escena de este triángulo amoroso, desarrollado por demás en ambientes rurales a los que cada vez había que trasladarse.

El profesionalismo del staff, la colaboración de Ibermedia y la entrada de la mexicana Itaca Films y de la dominicana Cottos Producciones, como coproductoras junto al ICAIC, hicieron posible la feliz culminación de un rodaje que se extendió durante un año en locaciones de La Habana, Mayabeque y Artemisa.

Pero es en la labor de los actores y actrices, encabezados por Yara Masiel, Armando Miguel Gómez, Caleb Casas, Yadier Fernández, Claudia Álvarez, Amelia Fernández y Luis Alberto García que Arturo Sotto reconoce la veracidad alcanzada por el filme; tanta, que a muchos en el extranjero les pareció basado en hechos reales.

Sobre ellos, además, descansaba la estructura del argumento, el cual contiene un importante período del devenir de la nación, desde la invasión mercenaria por Playa Girón en 1961, hasta la llamada crisis de los balseros en 1994.

“Nos interesaba que ese recorrido por la historia de nuestro país, que probablemente empieza en los años 50 cuando ellos son niños, fuera contado a través de los personajes. Hay películas cubanas en las que el marco histórico sobrepasa un poco la historia de los personajes que, a nivel de guión, fue la que quisimos que atravesara la película. No los sucesos sobre ellos, sino ellos dentro de los sucesos”, explicó recientemente Sotto.

Otro complemento decisivo en la factura final del filme son las partituras creadas por Beatriz Corona, compositora con la que este director ya había trabajado en Amor vertical y a la que agradece mucho, convencido de que “parte de la espiritualidad que transmite la película está en la música”.

El cuidadoso trabajo que realizó junto a Julián Betancourt, encargado de la corrección de la luz y el color, tratando incluso de diferenciar el uso del blanco y negro en las diferentes décadas del 60 al 70, dándole a la de los 80 “el color de aquellos negativos ORWO que van perdiendo saturación”, fue también subrayado por el cineasta.

“Sobre todo, trabajábamos sobre el concepto de la memoria. O sea, el modo en que yo recordaba esas épocas. Los 90 los trabajamos muy con claroscuros para transmitir el sentido trágico que tiene en esos años la historia de los personajes”, ha señalado Sotto, luego de abordar el peso que tuvo la postproducción en el acabado de la película.

“Yo me formé en el cine de 35 mm por lo que no imagino cosas en postproducción. Tengo que verlas. Puedo ir descubriendo después que es posible hacer algunas cosas, pero eso es ya en el proceso de montaje y postproducción. Pero todo lo que está en la película se hizo físicamente así”.

La relación amorosa de dos hombres con una mujer a lo largo de casi cuarenta años, un doble asesinato y un suicido, es la historia un tanto transgresora que cuenta Nido de mantis, uno entre los muchos guiones que Arturo Sotto ha escrito y espera ver en la pantalla grande.

Desde su estreno comercial en el Chaplin, quizás no tan festivo como lo soñó el cineasta, esta película pertenece al público, a la cultura nacional. Esa es la principal retribución que espera por su obra quien con orgullo también declara sus deudas con el cine cubano y su lealtad al ICAIC, dentro del cual se formó.

 


0 comentarios

Deje un comentario



v5.1 ©2019
Desarrollado por Cubarte