La pasión de San Isidro


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Vuelve a las tablas la comedia Bufa del dramaturgo cubano Julio Cid; La pasión de San Isidro, representada por la Compañía Hubert de Blanck, con puesta en escena y dirección artística de María Elena Soteras.

Haciendo un acercamiento al mito de Alberto Manuel Francisco Yarini y Ponce de León, y a una parte de la urbe habanera de principio del siglo XX, esta obra hace un recorrido por nuestra ciudad, para develar todo su esplendor y naturaleza de esa época, guiada por la triada auténtica del teatro bufo: el negrito, la mulata y el gallego. Personajes cargados de emociones, que van desde la risa más pura y el sarcasmo, hasta la violencia psicológica y física. Pieza que emana un humor satírico, en tanto los actores hacen una buena caracterización, imprimiéndole matices a sus personajes, sin caer en los arquetipos. A lo que se suma un guión, que con recurrencia al melodrama y en aras del crecimiento de los protagonistas, imprime gran fuerza expresiva.

Puesta en escena que colmara de elogios a un colectivo afamado por su trabajo con obras bufas, sketch y variedades. Teatro para espectadores que quieran reír y llorar, pero con el plato fuerte de reflexionar.   

Espectáculo que centrará toda la atención en una historia latente aún en la memoria colectiva, enfocándose en hechos de la sociedad cubana, en las tradiciones populares imbricando lo trágico y lo cómico, a partir de un texto de innegable excelencia y un trabajo escénico de buen nivel.

Del dramaturgo, profesor, guionista, crítico, y también actor Julio Cid, Premio Tirso de Molina de teatro español, una obra que ha contribuido al desarrollo y divulgación de historias urbanas.

Pieza que lleva a escena la vida de Yarini, el más famoso chulo cubano del emblemático barrio de San Isidro. Perteneciente a una familia prestigiosa y acomodada como Hijo del Doctor cirujano dentista, llevo una vida bastante agitada, entre sus andares con prostitutas, practicante de la religión abakúa y afiliado al Partido Conservador, del que llegaría a ser presidente en su barrio. Zona, además conocida como de la Tolerancia, o sea, donde la prostitución, el juego y otros vicios eran permitidos. Ubicado en los alrededores del puerto, abundaban los bares con sus victrolas, en donde dentro y fuera de ellos, en casas, habitaciones y calles, trabajaban las llamadas mujeres de "mal vivir".

Amor y odio, se verá reflejado en La pasión de San Isidro. En la que los enfrentamientos entre "apaches”, proxenetas de origen extranjero, franceses principalmente por el control del barrio, y el guayabito, como también le decían a Yarini, se reflejan entre el negrito y el español.

Detrás de las anécdotas del chulo más famoso de Cuba, yace una ciudad y su tiempo. Un barrio ubicado en lo recóndito de la Habana Vieja. Una leyenda que ha inspirado a escritores como Alejo Carpentier, quien lo describió como un ser fabuloso, que todos salían a admirar cuando paseaba a caballo por Obispo.

Fines de semana de Mayo

8:30 p.m.

Teatro Hubert de Blanck


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