Sándor González Vilar: “Un artista es como un francotirador solitario”


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Sándor González Vilar (La Habana, 1977)

Por estos días en que la Covid 19 moldea nuestra vida cotidiana, el nombre de Sándor González Vilar (La Habana, 1977) ha ocupado en ocasiones parte de los espacios informativos del país, debido a las acciones de bien público y promoción cultural emprendidas por este artista visual desde las redes sociales.

Visite la exposición en: FACEBOOK 

En fecha reciente, la exposición online Distancias conectadas, organizada por él, logró reunir obras de diez de nuestros más reconocidos creadores, entre ellas las del Premio Nacional de Artes Plásticas Eduardo Roca Salazar, Choco. Sobre esta muestra y otras vertientes de su trayectoria, González Vilar accedió a hablar para los lectores del Blog Cubarte

¿Cómo aprecias la recepción que ha tenido por parte de los internautas la exposición Distancias conectadas?

“Yo estoy muy contento con la exposición; pero, sobre todo, por lo felices que se sintieron los artistas que convoqué. La necesitaban. También me regocija ver la reacción de nuestras instituciones y de la prensa, en general. Agradezco mucho todo el apoyo que encontré.

Sobre la repercusión en las redes, sé que podemos lograr muchísimo más. Esto es solo el comienzo, pudo quedar mucho mejor, pero es parte de comenzar algo.

Nosotros no inventamos nada, las exposiciones online, visitas 3D a museos y galerías; incluso, subastas online, vienen ocurriendo hace mucho tiempo ya. No nos consideramos pioneros, pero sí hicimos algo en el momento que más lo necesitaban los artistas cubanos, sus galerías y nuestras instituciones.

Nos queda por delante mucho trabajo y mucho que aprender. Las redes sociales, como la internet, es algo en lo que no tenemos la más mínima experiencia, teniendo en cuenta que llegaron a nosotros hace muy poco. Todo consiste en un mundo de seguidores, likes, corazones, compartir publicaciones de otros, las historias, los estados, los hashtags, etc. Es un mundo aún desconocido en el cual reina la banalidad, como me dijo Rancaño en la entrevista que le hice, citando a Humberto Eco: las redes sociales le han dado tribuna a una legión de mediocres.

Si publicas una bronca callejera, un accidente o una mujer hermosa semidesnuda, al momento tendrás muchos likes, comentarios, seguidores, etc.; pero si publicas una obra de arte, apenas alcanzas un tercio de los que puedes alcanzar con lo antes mencionado.

También influye mucho ser una figura pública y los creadores visuales no lo somos; los músicos y los actores tiene esta ventaja, su trabajo lo requiere. A un concierto asisten miles de personas y una película o una novela, ni hablar del alcance que tienen,  mas los artistas plásticos casi nunca salimos en las cámaras, no porque los medios no nos promuevan. Muchos conocen nuestra obra, pero no nuestros rostros, ni siquiera nuestra voz y esto también influye.

Pero como le dije a la directora de una de nuestras galerías cubanas que se interesó en este proyecto para aprender y también hacerlo ellos como galería: lo único que les podré enseñar son los errores que voy a cometer. Estoy feliz, pero no satisfecho”.

Distancias conectadas no es la primera convocatoria que haces en internet, le antecedió en abril la campaña Somos Todos, llamando a la realización de videos en los cuales artistas e intelectuales, usando nasobuco, exhortaran a quedarse en casa. ¿Qué ha motivado estas iniciativas?

“La campaña Somos Todos surge cuando salí de casa después de un tiempo de confinamiento y noté la indisciplina social que había en la calle, con respecto a las normas de prevención y precaución que habían dictado las autoridades y el Ministerio de Salud de nuestro país.

Algo tenía que hacer… ¿y quién mejor que nuestros artistas en general, nuestros intelectuales, nuestros niños y hasta nuestros sacerdotes para mandar este mensaje? Ellos son los que más alcance tienen ya que muchos los conocen. Los videos de los niños los poníamos los domingos, pues para mí cada domingo es el día del niño.

Convoqué primero a los amigos y muchos se sumaron voluntariamente: artistas, intelectuales, coleccionistas, galeristas de muchos países, además de los nuestros, claro está. Fue muy lindo porque el mensaje es universal. En todo el mundo se ha sufrido y aun se sufren los afectos de la Covid 19.

Es mi obra más importante durante esta etapa de cuarentena. Como creador que soy, me siento responsable con el momento en el que vivo y creo que no hay obra más grande que la que se hace por el bien de todos; no hay lienzo o cartulina que soporte tanto, ni escultura más monumental.

Ya pasamos a fase uno de recuperación, ahora haremos un video con todos estos mensajes; será la obra física que perdure, mi testimonio y la constancia de lo que se puede hacer”.

Transeúntes es una galería que ha estado en espacios poco convencionales. Primero, el fondo del mar en la Ciénaga de Zapata y, ahora, las redes sociales. ¿Es ella expresión de tu concepto del arte?

“Transeúntes nace en el año 2000, después de mi graduación en la Academia de Bellas Artes San Alejandro. Como su nombre lo indica, puede estar donde quiera, como un transeúnte más.

Donde yo esté, siempre estará: bajo el mar, en la cima del Turquino o en el barrio más humilde. Siempre me preocupé por apoyar a alumnos, escuelas de arte, artistas jóvenes, autodidactas o sencillamente desconocidos y hemos hecho mucho, muchísimo; pero esos logros no son públicos. Nunca fue mi intención. Los que allí estuvieron lo saben y eso para mí es más que suficiente.

Nuestro logo es una pareja con una escalera. La escalera representa la fe, la escalera nos ayuda a cruzar obstáculos, a ascender y también a descender sin caer… Y la pareja, porque hace mucho tiempo me di cuenta de que siempre necesitamos a alguien para compartir nuestros éxitos y nuestras derrotas. Puede ser un familiar, un amigo, nuestra pareja.

Hace unos años me acompaña Yari Delgado, mi discípula, mi pareja y hoy una de las jóvenes artistas que emerge de nuestra cultura. Pero también me ha tocado recorrer el camino solo y no por esto Transeúntes ha dejado, ni dejará de existir”.

La galería cuenta en su primera etapa con nueve jarrones de cerámica esmaltada, sumergidos a una profundidad de 15 metros, y a una distancia de 60 metros de la costa.

¿En qué momento se encuentra la realización de la galería submarina?

“La galería submarina Transeúntes está en su primera etapa. Falta mucho por hacer, pero finalmente el Fondo de Bienes Culturales nos reconoció ante el Grupo Cubanacán. Pero, repito, hay mucho por hacer y es muy difícil teniendo en cuenta la distancia y la sostenibilidad del proyecto.

Esto, sin mencionar que bajo el mar todo es más complicado y caro; pero no perdemos la esperanza, ni las fuerzas y lucharemos por este proyecto como lo hemos hecho por casi 5 años, pues lo considero muy importante para el país. Es único, es un lujo para Cuba tener una galería submarina que además no le ha costado nada, todo ha salido de mis recursos propios y los de algunos amigos que se han sumado a apoyarme con lo que han podido. No podemos dejar que se pierda por problemas económicos o burocráticos. ¡La mantendré como sea en nombre de nuestra cultura!

Mi sueño es que algún día se vuelva una catedra para estudiantes de arte y biólogos marinos, en la que aprendan a pintar o dibujar bajo el mar. Es una experiencia inigualable y necesaria”.

Tu obra está muy conectada con el acontecer que vive el país. En la exposición Del horror y otros demonios, realizada en Luz y Oficios en de febrero 2019, por ejemplo, reflejabas muy tempranamente lo vivido en la capital apenas un mes antes, tras el paso del tornado.

 Tornado 160x130 cm mixta lienzo 2019

“Lo considero un deber, un compromiso, una responsabilidad. Una cosa es el mercado y otra muy diferente es la realidad. No siempre pueden ir juntos de la mano, muchos de los que compran arte no quieren que se les recuerde como está el mundo… como tampoco muchos de los galeristas quieren recordárselo, lo de ellos es vender.

Recuerdo que una vez me reuní con el director de una galería para hablarle de un proyecto social y lo primero que hizo fue buscar en internet los precios de mis obras. No le interesaba el proyecto, sencillamente cuánto costaba un lienzo mío…

No siempre los mejores artistas están en las mejores galerías, ni las mejores galerías promueven a los mejores artistas. Vuelvo y repito: el arte y el mercado no siempre van de la mano; en ocasiones son incompatibles. Cuba se salva bastante de esto por nuestra política cultural, pero eso no significa que no nos afecte.

Un artista es como un soldado, como un francotirador solitario; y debe estar donde la humanidad lo necesite, ese es mi concepto del arte. Siempre he dicho que el arte es una actitud ante la vida y talvez por eso soy “artista”. Desde pequeño ayudé al más débil, luche contra molinos. Fue lo que me inculcó mi maravillosa familia que es mi mayor orgullo y como dice Silvio, yo me muero como viví…”

En tu visión del mundo y del arte ¿ha influido de alguna manera el trabajo con la Brigada Artística Marta Machado?

“Como le digo a mi hermano Kcho, cuando podemos sentarnos tranquilos a conversar, la Brigada Martha Machado nos cambió la vida para bien. Después de la Brigada somos mejores personas, por tanto, mejores artistas. Nos trajo enemigos, pero nos desbordó de amigos y de experiencias duras, pero lindas; de las que tocan el alma y dejan una huella perenne, eso es algo que nunca podremos olvidar.

La Brigada vive en nosotros, en cada obra. Es nuestra obra más grande, y una obra en constante crecimiento. Hay un antes y un después de la Brigada y estoy seguro de que hablo por todos los que en ella estuvimos y estamos. Yo este año pienso terminar mi primer libro que se titulará CRÓNICAS DE UNO MÁS. La historia de la Brigada Martha Machado”.

 ¿Se mantiene la idea de dar continuidad a Distancias conectadas?

“Ya estamos preparando nuestra próxima exposición online. Esta vez las protagonistas serán creadoras cubanas de diversas generaciones. No pienso parar, esto es solo la punta del iceberg; hay mucho arte bueno y auténtico que mostrar y mucho público que educar. Es mi intención hacerlo y hacerlo cada vez mejor.

Aclaro que nuestro proyecto no es con ánimos de lucro. La galería se preocupa por promover artistas y si hay alguien interesado en comprar alguna pieza, ahí están los datos del artista para que le contacten directamente. No cobramos comisiones ni nada por el estilo; nunca fue mi objetivo, ni lo es ahora. Todo lo hacemos, además, con nuestros recursos”.

¿Tienes ya algún proyecto para cuando el país regrese a la nueva normalidad?

“Creo que el mundo que conocimos no será el mismo después de esta pandemia y menos si los países más desarrollados siguen manteniendo posturas irresponsables con relación a la Covid. No soy pesimista, soy realista y me considero un hombre muy optimista; pero no por eso puedo dejar de reconocer la verdad.

No puedo proponerme ningún proyecto que no sea seguir creando con lo que tenga a mano y con todo el amor que pueda dar, pues el arte es también fruto del amor. Estaré ahí donde más me necesiten mi país y la humanidad”.


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