Se acercan los cien años del natalicio de uno de los más grandes de las letras iberoamericanas que incursionó en disímiles géneros: el ensayo, el relato, la poesía y la traducción.  Por ello, la Biblioteca Nacional “José Martí” de conjunto con el Instituto Cubano del Libro estará de Jornada Centenario por Eliseo Diego (La Habana, 2 de julio de 1920-Ciudad de México, 1 de marzo de 1994).

Sus viajes a Francia y Suiza lo dotaron de una experiencia que fue determinante en su formación poética, pues con apenas 10 años escribió sus primeros cuentos infantiles. Estudió Pedagogía y dio clases de literatura inglesa y norteamericana en la Casa de las Américas. Ocupó el cargo de responsable del Departamento de Literatura y Narraciones Infantiles de la Biblioteca Nacional “José Martí”, redactor de la Revista Unión, de la UNEAC y uno de los fundadores de la Revista Orígenes. En 1986 a Eliseo se le otorga el Premio Nacional de Literatura, en 1992 la Universidad del Valle en Cali, Colombia, le otorga el Doctorado Honoris Causa y un año más tarde recibe el Premio Internacional de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo.

El creador al que todos debiéramos acercarnos a través de su obra, comenzó escribiendo narrativa, pero fue en la lírica donde obtuvo mayores goces. Su poesía repleta de relatos oníricos se entretejió con la realidad y una visión íntima, entonces narraciones sobre la niñez, la imagen sensible del mundo y la familia como espejo de los múltiples rostros rescataron vivencias.

Con una vasta obra poético-literaria, vida, muerte, ciudad, campo, entre otras temáticas centraron el interés de sus letras, por lo que su abordar lo convirtió en uno de los cubanos más leídos. Muchas de obras fueron motivo de importantes críticas, resaltan también excelentes traducciones y versiones de la literatura infantil.

La relación de la obra de Eliseo, lo llevó a publicar los libros de cuentos, En las oscuras manos del olvido (1942), Divertimentos (1946) y Noticias de la Quimera (1975). De poesía, En la Calzada de Jesús del Monte (1949), Por los extraños pueblos (1958), El oscuro esplendor (1966), Muestrario del mundo o Libro de las maravillas de Boloña (1967), Los días de tu vida (1977), A través de mi espejo (1981), Inventario de asombros (1982), Veintiséis poemas recientes (1986), Soñar despierto (1988), Cuatro de Oros (1990), En otro reino frágil (1999), Aquí he vivido (2000) y Poemas al margen (2000) y las versiones (Prosa Poética, 1970) y el Libro de quizás y de quién sabe (1989).

Todos estos aportes a la literatura cubana, son fruto de un camino labrado y de una mente brillante que hizo que sus obras dejaran de ser nuestras, para correr más allá de límites de nuestra frontera geográfica. De ello, hoy nos queda su mejor legado, su historia y su prosa.

"Comienza un lunes", Eliseo Diego

La eternidad por fin comienza un lunes

y el día siguiente apenas tiene nombre

y el otro es el oscuro, al abolido.

Y en él se apagan todos los murmullos

y aquel rostro qua amábamos se esfuma

y en vano es ya la espera, nadie viene.

La eternidad ignora las costumbres,

le da lo mismo rojo que azul tierno,

se inclina al gris, al humo, a la ceniza.

Nombre y fecha tú grabas en un mármol,

lo roza displicente con el hombro,

ni un montoncillo de amargura deja.

Y sin embargo, ves, me aferro al lunes

y al día siguiente doy el nombre tuyo

y con la punta del cigarro escribo

en plena oscuridad: aquí he vivido.