Tres décadas de un panal que poliniza con amor


tres-decadas-de-un-panal-que-poliniza-con-amor

“Eso es lo que deben hacer los niños, borrar las fronteras y unir la infancia a través de la cultura y la cultura a través de la infancia.”

Carlos Alberto Cremata

Treinta febreros de Amor para una Colmena (+ Fotos y Videos)

La compañía infantil La Colmenita acaba de arribar a tres décadas de existencia, tiempo que han dedicado a satisfacer las expectativas del público y de sus integrantes, logrando reconocimiento dentro y fuera del territorio nacional.

Hasta la sede de la agrupación que lidera Carlos Alberto "Tin" Cremata llegaron el ministro de Cultura Alpidio Alonso, el presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), Luis Morlote y Fernando Rojas, viceministro de Cultura y presidente del Consejo Nacional de Artes Escénicas, para llevar un mensaje de felicitación del General de Ejército y Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro Ruz y del presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

Dialogar con el carismático "Tin" es siempre un gusto, por lo que se disfruta de su diálogo y porque con él se aprende, esos fueron motivos suficientes para no perder la oportunidad de entrevistarlo.

 ¿En qué medida han sido cumplidas las expectativas con que nació La Colmenita?

Se han sobre cumplido con creces, cuando surgió esta iniciativa fue para agrupar a 20 niños, ya con uno más pensaba que no podría trabajar, porque esa es la cifra ideal.

Comenzó a crecer no solo la membresía de este proyecto. A principio de los 90 llegué a tener un centenar de niños, imagínese lo que significan cien pequeños juntos.

Cuando llegué al ciento uno le pedí a mi colaborador más cercano (Jaime Ford), que creara una agrupación similar en Alamar, siendo esta la primera que existió, fuera de la Colmena central.

Cuando él excedió en uno los cincuenta, fue creada la de Plaza de la Revolución, que ya tiene 27 años, y así sucesivamente comenzaron a nacer Colmenitas en casi todos los municipios de La Habana, de entre cincuenta y cien niños cada una.

Eso jamás lo imaginé, quería un grupo de teatro que me permitiera ejercer la profesión que estudié (Dirección Teatral), pero se ha multiplicado tanto la posibilidad de hacer el bien que la satisfacción es inmensa.

¿Sus sueños de infancia y sus alegrías de entonces las trajo al proyecto inicial?

Absolutamente. Viví una Colmenita cuando era niño, la diferencia es que era sólo de cinco integrantes, que éramos los miembros de la familia. Lo que aprendí durante toda mi infancia, en casa, con la dirección de mi padre, es lo que hago ahora.

Recuerdo que nuestra diversión fundamental de fines de semanas era la representación que hacíamos, para los otros cuatro, de una poesía, una obra de teatro, una canción o una danza, así nos divertíamos y aprendimos muchísimo.

Así que lo que hago ahora es amplificar aquello que para mí fue extraordinario y fundamental en mi formación, y como me he resistido a convertirme en adulto, pues lo disfruto como uno.

¿Por qué siempre dice que sigue siendo un niño?

Padezco del “Síndrome de Peter Pan”, y trato todos los días de vivir de verdad en el país de “Nunca Jamás” y de no crecer, me he hecho el propósito de ser, también Tom Sawyer e invitar a mis amigos a vivir aventuras diarias en nuestra “cueva”.

Eso lo logro, porque vivo rodeado de pequeños. Para los trabajadores del mundo el mayor premio está en llegar a sus casas y disfrutar de sus hijos, en mi caso es mucho más, porque me paso el día con ellos, ya que los de aquí también lo son, por lo que cuando llego a mi casa continúo mi juego.

Me paso el día jugando a la danza, a la música y al teatro, pero sobre todo a crecer con Martí, siempre buceando en su obra y aprendiendo a crecer con él.

Creo que el deber de todos los cubanos es ahondar en Martí, si lo logramos llegaremos a ser mejores seres humanos y el mundo también será mejor, al menos nuestra tierra.

En nuestra búsqueda hemos encontrado frases maravillosas y poco conocidas como las que dicen: “…no se sabe bien, sino lo que se descubre…”, o “…la escuela tiene que ser sabrosa y útil”.

¿Cuáles han sido los momentos más significativos vividos por los integrantes de este grupo?

Todos aquí coincidimos en que el más lindo y grande fue el 90 cumpleaños de Fidel Castro, en el que nos confiaron, tres meses antes de su partida a la inmortalidad, celebrar su cumpleaños.

En ese momento estábamos seguros de que no podría asistir, debía cuidar su salud, y hasta el último momento pensamos en que haríamos un espectáculo para que lo disfrutara desde su casa, pero de pronto escuchamos un “rugido” en el Teatro Karl Marx y todos dijimos que sólo él lograría esas emociones.

Cuando salimos a la escena estaba allí, y la emoción fue tal que no sé cómo logramos actuar, porque la alegría fue tanta que nos impactó, o a lo mejor eso nos dio la fuerza para que quedara alojado en nuestros corazones.

Ese momento fue muy importante, además porque dio a luz a otro trascendental para nosotros, porque supimos de sus médicos que esa noche él la pasó en constante euforia, y haber presenciado la actuación de nuestros niños, nos contaron que fue muy provechoso para su salud.

Imagínate el haber ayudar a la salud del “Padre amado”, lo que significó para nosotros.

En ese estado de euforia él nos envió una misión, con su ayudante, de hecho la primera que recibíamos de él, quien nos pedía con su modestia y humildad características, que al año siguiente La Colmenita le celebrara el cumpleaños a su adorado Abel Santamaría, ya que según él era alguien a quien no se le rendían los tributos que merecía.

Al año siguiente presentamos un espectáculo extraordinario, con el que sentimos que cumplíamos con su pedido.

¿En Cuba y en el mundo cuántas Colmenitas hay, y bajo qué principios funcionan?

Fuera de La Habana, la primera se creó en el pueblito Jarahueca en la provincia Sancti Spíritus y después surgieron en Holguín, Granma, Santiago de Cuba, Guantánamo y otras provincias, llegando a miles de niños.

En el mundo también hemos contagiado con esta idea, hicimos una primera Colmenita en Cantabria (España), nación donde fundamos un total de tres (Tenerife y Sevilla), la última de estas fue paradigmática y funcionó durante mucho tiempo; tenemos igual número en México (Chiapas, Querétano y San Luis de Potosí) y una de habla inglesa en Winnipeg (Canadá).

En nuestra área hemos formada muchas más: tenemos un “panal” en República Dominicana, Panamá, Nicaragua, seis en “Villa miseria” de Buenos Aires (Argentina), dirigidas por la propia Cristina Fernández, una extraordinaria en Bogotá (Colombia), donde las bandas sonoras de las obras de teatro son ejecutadas, en vivo, por una gigante orquesta filarmónica infantil.

Lo más notorio es la materialización de un sueño de Fidel y Chávez, con el funcionamiento actual de 50 Colmenitas en la República Bolivariana de Venezuela.

Pero más asombroso resulta ver cómo se han formado 31 en todos los departamentos de la República de El Salvador, nación donde la droga y las pandillas caracterizan su vida social.

En esa nación las agrupaciones son dirigidas de manera directa por Salvador Sánchez Cerén, quien fuera el anterior presidente de ese país.

El principio de funcionamiento de todas nuestras descendencias está basado en la obra de José Martí, como lo hemos diseñado.

La obra martiana es la piedra angular de esta iniciativa, y su universalidad facilita el trabajo. Por ejemplo, llegamos a El Salvador y con Martí comenzamos, pero con el tiempo lo enlazamos con Farabundo Martí y Monseñor Arnulfo Romero, en Nicaragua lo enlazamos con Sandino, y así en cada país establecemos paralelos con sus próceres.

De igual manera enlazamos el teatro con el folclor de cada lugar, siendo esta la forma de materializar lo que yo llamo utopía de la estirpe humana: La infancia, donde no se reconoce el derecho de autor, ni el dinero, sólo se comparten alegrías, canciones, juegos, arte y fantasía.

Eso es lo que deben hacer los niños, borrar las fronteras y unir la infancia a través de la cultura y viceversa. Eso es lo más lindo que nos puede avizorar un futuro mucho mejor que el que hemos construido los adultos, que no lo hemos hecho muy bien.

¿Y en los Estados Unidos existen Colmenitas?

Contradictoriamente, donde tenemos el mayor número de amigos es en esa nación, a pesar del Bloqueo a que estamos sometidos los cubanos, pero no hemos logrado fundar ninguna, aunque el crimen que a que nos someten no permite el intercambio entre vecinos.

Como parte de la avanzada que estuvo en Cuba antes de la visita de Barack Obama, la esposa de ese ex presidente pidió conocer el fenómeno Colmenita, por lo que se establecieron cuatro acuerdos entre el Comité Permanente de Cultura de esa nación y el Ministerio de Cultura cubano, uno de esos acuerdos fue, bajo la jurisdicción de Obama, intentar crear un proyecto similar, que no se logró porque inmediatamente aparecieron asociaciones a cosas que no tienen que ver con nuestro trabajo, relacionadas con los adultos, los presupuestos y otros aspectos, a lo que se sumó la salida del cargo de Obama.

Esas condiciones no permitieron materializar los pasos que se empezaron a dar.

¿Dentro de su repertorio, cuáles han sido las obras de mayor impacto?

La primera que montamos fue Meñique y es la que más se ha representado y con la que hemos llegado a los lugares más intrincados del país, eso la hace muy importante.

La cucarachita Martina es el primer gran musical que hicimos y también de las más importantes de nuestro repertorio, a eso se suma Blancanieves y los siete enanitos, la más grande de nuestras producciones.

Otra obras importantes de nuestro repertorio son La Cenicienta según Los Beatles, Elpidio Valdés y Los Van Van, en la que unimos a Juan Padrón con Juan Formell, Y sin embargo, se mueve que es una obra paradigmática, Abracadabra con la que fuimos a Estados Unidos para sumarnos y ayudar al regreso de los Cinco Héroes cubanos, y con la que obtuvimos algunas victorias.

¿Cuáles son los proyectos más inmediatos?

El más cercano es llevar al Teatro Karl Marx Blancanieves y los siete enanitos, el 29 de febrero ( hoy a las 5:00 p.m.) y el primero de marzo (11:00 a.m. y 5:00 p.m.), también en marzo remontaremos Ricitos de Oro, los tres ositos y la década prodigiosa, y continuaremos llevando a todo el país el gran musical La cucarachita Martina, en esta gira nacional involucramos a las Colmenitas de las provincias que ya la tienen, con lo que creceremos muchos en escena.

¿En su opinión, cuál ha sido el principal aporte social que ha tenido La Colmenita?

Unir familias, ese ha sido nuestro principal aporte a la sociedad. Con el pretexto de la relación entre la infancia y el arte hemos logrado unir tantas familias en Cuba y el mundo, lo que ha permeado la sociedad y llenado los campos de panales donde polinizamos las flores con arte y amor.

¿Con qué frase definiría a La Colmenita?

“…los niños deberían juntarse, por lo menos una vez a la semana, para ver a quién podían hacerle algún bien todos juntos”, esta es la frase martiana que nos ha guiado desde el 14 de febrero de 1990, y que resume lo que hemos hecho desde nuestro nacimiento.

¿Es “Tin” Cremata un hombre feliz?

Absolutamente, puedo decir sin ningún pudor que soy de las personas más felices del mundo. Hago lo que me gusta hacer desde pequeño y rodeado de niños, los seres más lindos que habitan la tierra.


0 comentarios

Deje un comentario



v5.1 ©2019
Desarrollado por Cubarte