Vuelven a estar los libros en el epicentro de nuestras vidas. Esta vez de las manos de quienes han sido imprescindibles en nuestro aprendizaje desde niños. Y es que, cuántas veces precisamos de su ayuda en busca de alguna información, y ellos prestos y atentos, acudieron ante nuestras solicitudes.

Cada 7 de junio se celebra el Día Nacional del Bibliotecario en honor al “Padre de la Bibliografía cubana” Antonio Bachiller y Morales, quien fuera periodista, historiador y abogado. Por ello, se reconoce este día a la función social de este hacer como promotor del saber, la cultura y la literatura de la Isla.

Aunque actualmente el avance de las tecnologías haya dotado al bibliotecario de nuevos perfiles, su labor sigue siendo importante. Han pasado de ser más que celosos guardianes de colecciones impresas, a intermediarios entre los usuarios y la información de modo digital.

Múltiples son las opciones que existen a lo largo de esta isla para acceder a préstamos o consultas en centros bibliográficos. En tanto, bibliotecas municipales, provinciales, nacionales, especiales para ciegos y sordos o especializadas en alguna ciencia, están al alcance de cada nivel de enseñanza incluso en reclusión, como depositarias de miles de libros, publicaciones periódicas, manuscritos de relevantes autores cubanos, fotografías, mapas, carteles, grabados, así como discos y partituras. Profesión que ofrece un aporte esencial al perfeccionamiento del conocimiento y los servicios, desde referencias básicas hasta información técnica, apoyando la docencia, la investigación y la asistencia a estudiantes.

El Día Nacional del Bibliotecario, es una jornada para homenajear a esas personas que dedican su tiempo en espacios donde el silencio viene acompañado de gran carga informativa, pues la paz de cada recinto es característico en ello. Organizar y clasificar todo tipo de material bibliográfico, fueron sus primeros pasos para desarrollarse, pero hoy suman las funciones y, descartan materiales obsoletos, establecen políticas o normas de funcionamiento de los centros de información o bibliotecas donde trabajan, conducen entrevistas de referencia, entre otras. Todo ello orientado sobre un mejor servicio de búsqueda, guía e instrucción.

Desde 1995 la Asociación Cubana de Bibliotecarios en coordinación con la Sociedad Cubana de Ciencias de la Información, otorgan el sello conmemorativo “Antonio Bachiller y Morales” a instituciones que se han distinguido por el trabajo a favor de la promoción de la lectura, el conocimiento y la investigación. Pero también, a los profesionales que han apoyado la labor docente-educativa, y por haber brindado notables aportes al campo de la bibliografía, propiciando el intercambio de experiencias sobre la preservación y difusión del patrimonio bibliográfico. Este año a pesar de las condiciones de aislamientos, varias condecoraciones también se concederán.

Una de las instituciones que acompaña los festejos es la Biblioteca Nacional “José Martí”, centro considerado por muchos como la catedral de la cultura cubana; y expondrá la donación que se le hizo de materiales relacionados con la cinematografía, colección de Alfredo Guevara quien fuera presidente del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) y del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana. Parte de esta colección se podrá ver en la página web oficial y en el perfil de Facebook.

Para aquellos que cumplen con la labor primordial y social de acercarnos al conocimiento acumulado por la humanidad, y para ello reunir, conservar y promover la producción bibliográfica de un país,  expandiendo la cultura de una generación a otra, sirva este escrito de homenaje y estímulo al trabajo que realizan.