Viviendo el Jazz Plaza 2022 - Quinto día


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Ernán López-Nussa.

No puedo creer que ya sea sábado 22 de enero de 2022. Esta semana de Jazz Plaza, se ha ido demasiado rápido entre acordes y melodías.

Mis pies se olvidan definitivamente de mis conflictos de intereses, y deciden (sin mi permiso) guiarme hacia el acostumbrado camino, rumbo al Teatro Nacional de Cuba. Llego justo a las 6:00 PM; y mientras espero por una amiga que ha ido a la taquilla a comprar una entrada, caen pequeñas gotas de lluvia.

Pocos minutos más tarde, comenzaría la propuesta del pianista y compositor cubano Ernán López-Nussa, anfitrión de la velada; cuya música había reunido a una buena cantidad de seguidores, ávidos de escucharle. En adición a su carrera en solitario, con seguridad muchos le recuerdan de sus tiempos en la banda Afrocuba o como líder de la agrupación Cuarto Espacio.

Ernán López-Nussa.

Entre aplausos salió el músico a escena, acompañado por el trompetista Mayquel González, el bajista Antonio Guillén; y el baterista Enrique Pla.

Mayquel González.

Antonio Guillén.

Enrique Pla.

Las primeras notas llegaron desde la trompeta con sordina de Mayquel González, empastándose con la línea melódica del piano de Ernán López-Nussa; para interpretar la pieza La perla del Edén (construida para su disco Sacrilegio del año 2014; a partir de la obra La bella cubana, compuesta por José White).

Ernán López-Nussa, Enrique Pla, Antonio Guillén y Mayquel González.

 Ernán López-Nussa, Enrique Pla y Antonio Guillén.

Ernán López-Nussa, Enrique Pla y Antonio Guillén.

Al concluir, Ernán abandonó el piano y asumió los teclados; para regalar una interpretación de Petitte fleur. Esta obra, es original del estadounidense Sidney Bechet, y aparece en el disco Pas de deux; publicado por López-Nussa en el año 2021. En ese fonograma, comparte ese tema con el violinista William Roblejo.

Mientras la sala permanecía embrujada en la magia de la música, afuera se había desatado una feroz tormenta. Afortunadamente, los artistas nunca tuvieron noción de las inclemencias del tiempo, y siguieron regalando su arte. Esta vez correspondió homenajear a José Antonio “Ñico” Rojas, con la obra Tony y Jesusito; muy conocida dentro del repertorio del pianista y compositor cubano Frank Emilio Flynn.

Al terminar la interpretación, salieron los invitados a escena. Se trataba de la agrupación Ensamble Raptus, de Villa Clara; quienes a lo largo de 25 años han adaptado a su formato, obras propias y de diversos autores y géneros.

Ernán López-Nussa, Ensamble Raptus.

En este colectivo, dirigido por el clarinetista Alejandro Yera, la obra de Ernán López-Nussa, forma parte de su repertorio habitual. Para ellos, un sueño cumplido, poder acompañar a este creador, en su espectáculo. 

El pianista quedó a solas con sus invitados, a modo de bienvenida; para interpretar la obra Renoir y Nana (del disco Mano de obra, del año 2004).

Regresaron Pla y Guillén para interpretar Niña con violín (del CD Pas De Trois, del año 2009; donde le acompañan, el propio Enrique Pla en la batería y Yandy Martínez en el bajo). Precisamente este último tema resultó uno de los puntos más altos del concierto, destacando un formidable trabajo de Jonathan Castillo (en el trombón) y de Axel Yera (en la percusión); ambos integrantes del grupo invitado.

Ernán López-Nussa junto a sus músicos acompañantes e invitados.

Feliz por los resultados hasta el momento, el anfitrión cedió el escenario a Raptus; quienes, con excelencia, debutaron en el Jazz Plaza 2022, ejecutando tres temas. El primero y el tercero de ellos (El tren of tomorrow y Santa Clara), fueron compuestos para el grupo, por su coterráneo Henry Pérez. La otra pieza resultó ser Los tres golpes; creada por el cubano Ignacio Cervantes (en el periodo entre 1875 y 1895).

Luego de disfrutar de Raptus (tras bambalinas) y sin dejarlos escapar; retornaron a escena, Ernán López-Nussa, Enrique Pla y Antonio Guillén. En este formato, protagonizaron otro de los momentos memorables de la velada, con el tema Reencuentro (que aparece en el disco Cuarto Espacio, de 1993). En esa pieza, resaltó el trabajo de Enrique Pla en la batería.

Para interpretar Puesto y convidado, también del disco Pas De Trois; Mayquel González se sumó a ellos, mostrando su excelente técnica.

Quedaba entonces, todo listo para el cierre. La conocida obra Momo (también del disco Cuarto Espacio) fue la escogida. Aprovechando la presencia de Raptus, se les concedió la primera sección de la pieza, como preámbulo a las improvisaciones de Ernán desde los teclados, apoyado en el trabajo del bajo y la batería. Luego se agregaría la trompeta de Mayquel González a la mezcla; para concluir con un segmento de diálogo melódico entre Raptus y Ernán López-Nussa.

Al concluir la interpretación, los músicos llegaron con alegría a la parte frontal del escenario; para despedirse, saludar al público; y recibir la sincera y merecida ovación final.

Ernán López-Nussa y Alejandro Yera.

Ernán López-Nussa junto a sus músicos acompañantes e invitados.

Inundado de tanta música, tuve algún tiempo para terminar de digerirla; mientras esperaba el inicio de la presentación de la noche, en la Sala Avellaneda del propio teatro. Afuera, en lo que parecía otro mundo, la tormenta crecía aterradoramente.

Aunque cerca de las 9:00 PM se había calmado la tempestad, la fuerte lluvia que aún se mantenía, con seguridad impidió que algunos llegaran hasta el teatro; para disfrutar del concierto del pianista, compositor y productor cubano Roberto Fonseca.

 

Roberto Fonseca.

Paso a paso, desde que debutara en el Jazz Plaza 1990, con solamente 15 años; este creador se ha erigido como referente dentro de la escena cubana de jazz, lo cual le ha llevado a recorrer disímiles y prestigiosos escenarios del mundo. Su conexión con este certamen, le permitió años antes, crear una subsede del Jazz Plaza en Santiago de Cuba. Igualmente, se ha desempeñado en la dirección artística del evento, en algunas ediciones.

También, en ocasiones, Roberto Fonseca ha movido su diapasón hacia otras líneas musicales. Es por ello que en su trayectoria cuentan trabajos con Buena Vista Social Club, como acompañante de Ibrahím Ferrer y Omara Portuondo, o en producciones de artistas de la llamada música alternativa, como Danay Suárez.

Luego de la habitual presentación, apareció Roberto Fonseca; enfundado en su tradicional sombrero. Desde ese minuto, reinó la música en la sala, con el poderoso formato de trío con que acostumbra a presentarse, completado por Yandy Martínez en el bajo eléctrico y contrabajo; y Raúl “Ruly” Herrera en la batería.

Roberto Fonseca, Yandy Martínez y Ruly Herrera.

Lluvia, una obra del año 2019 (aún fuera de la discografía de este artista); fue la pieza de inicio. En ella la batería y el bajo tuvieron protagonismo; apoyando el trabajo de Roberto Fonseca en el piano.

Luego de sentar credenciales con esa pieza, comenzaron a realizar una suerte de pequeña presentación de Yesun, disco publicado por Roberto Fonseca en el año 2019.

La primera obra en esa ruta fue Kachucha; la cual en el disco cuenta con participación del trompetista franco-argelino Ibrahim Maalouf. Para esta ocasión, convidó al experimentado Roberto García (en la trompeta y el fiscorno); instrumentos en los cuales obtuvo real protagonismo.

Roberto Fonseca, Roberto García, Yandy Martínez y Ruly Herrera.

Yandy Martínez y Roberto García.

 Aggua fue la siguiente entrega, perteneciente al fonograma antes mencionado. El pianista tuvo un trabajo destacado desde el comienzo de la obra, con espacio para su virtuosa interpretación solita; jolgorio a donde también se sumaron de forma armónica el bajo y la batería.

Roberto Fonseca.

Para bajar el ritmo de esos primeros temas, decidieron hacer una interesante versión del conocido bolero Bésame mucho, original de la mexicana Consuelo Velázquez. Durante la introducción, destacó la impecable y emotiva ejecución de Yandy Martínez en el contrabajo (incluyendo también el empleo del arco); la cual fue complementada luego por él y sus compañeros, en el resto de la pieza.

Yandy Martínez.

Tras los merecidos aplausos, el anfitrión de la noche; decidió llamar a escena al saxofonista Michel Herrera, al trompetista Tommy Lowry y al flautista Orlando Valle “Maraca”. Con esta sección de vientos, interpretó una obra nombrada Latin, que ofreció espacio a los invitados, para mostrar su valía como solistas. Si bien esa pieza tiene varios años en su repertorio, aún no aparece en su discografía.

Michel Herrera.

Tommy Lowry.

Orlando Valle “Maraca”.

A partir de ese momento, retornarían a Yesun hasta el final del concierto; eslabonando tres obras consecutivas. La primera de ellas se tituló Cadenas (que en el disco cuenta con participación de la artista cubana Danay Suárez). Sin embargo, esta noche, en esta interpretación instrumental, Emir Santacruz (en calidad de invitado); tuvo participación destacada con su saxofón tenor. El trabajo de Ruly Herrera también resaltó, sobretodo en la sección final de la obra.

Emir Santacruz.

Ruly Herrera.

Roberto García, Orlando Valle “Maraca”, Michel Herrera y Emir Santacruz.

Roberto Fonseca junto a sus músicos acompañantes e invitados.

A continuación, Roberto Fonseca obtuvo gran reconocimiento durante la interpretación de la obra No soy de esos; para la cual regresaron al formato original de trío.

Se acercaba el final de la velada, y todos los invitados de la noche volvieron a escena, para participar en la interpretación de Mambo pa’ la niña (obra que en el disco incluye al cuarteto vocal femenino Gema 4). En adición a las interpretaciones solistas de todos los músicos en escena, el público (animado por Roberto Fonseca) participó coreando el estribillo.

Tras los últimos compases, sucedió el habitual saludo de los músicos; quienes les ovacionaron ante la calidad de la propuesta disfrutada. Lastimosamente, al igual que ocurriera en el concierto de la tarde, no quedó registro audiovisual de esta presentación.

Los merecidos aplausos se prolongaron un poco más; transformándose en el cierre, del imaginario telón de la quinta jornada del Jazz Plaza 2022.

Roberto Fonseca junto a sus músicos acompañantes e invitados.

Al salir, la lluvia había cesado; y la ciudad rebosaba humedad. Esta noche, inmerso en las emociones de la jornada y sabiendo que solo resta una fecha para el cierre; creo que he demorado de más en llegar a casa. Toca dormir; pero tranquilos, que mañana domingo, tendremos un poco más de jazz.


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