Mariecke Anaf (Mari Bel), sus músicos acompañantes en invitados

El reloj avanzaba a pasos agigantados después del mediodía. Hoy, domingo 23 de enero de 2022 lastimosamente; (al menos para mí), llegaría a su fin la edición número 37 de esta fiesta musical llamada Jazz Plaza.

Durante el transcurso de la semana, se me había hecho difícil armar el plan de conciertos; pero para este domingo, los conflictos de intereses habían dejado de existir. Todo estaba listo (o al menos lo parecía) para disfrutar de un programa bien interesante en la última jornada. Sin embargo, de pronto pareció que una implementación criolla de la teoría del caos se había instalado en el programa del evento; como si fuera un virus informático.

Se desplomó mi recorrido ideal; ante la cancelación del concierto del quenista argentino Rodrigo Sosa, previsto para las 4 de la tarde en la Sala Covarrubias del Teatro Nacional de Cuba. No obstante, no me di por vencido; pues aún quedaban otras dos opciones en mi programa.

Aunque con alguna tardanza, finalmente logré llegar a la Sala Tito Junco del complejo cultural Bertolt Brecht; para presenciar poco más de la mitad, de la primera parte del programa allí agendado.

Se trataba de la presentación del disco Encuentro - A tribute to Cuban jazz; de la cantante y compositora belga Marieke Anaf; quien ha decidido presentarse artísticamente como Mari Bel. Diplomática de profesión y actualmente parte de la representación permanente de su país ante Naciones Unidas; se las ha arreglado para encontrar espacio, y liberar su pasión musical como complemento.

Mariecke Anaf (Mari Bel)

Su permanencia en la sede diplomática de Bélgica en La Habana durante cuatro años y medio, le permitió estimular su creación, a partir de conocer e interactuar de forma cercana con varios músicos cubanos. La mixtura resultante de dicho proceso, con piezas de su autoría, se recoge íntegramente en el fonograma antes mencionado (segundo en su discografía); el cual estará disponible en las plataformas digitales, desde el mes de febrero.

Los músicos seleccionados para el concierto, serían los encargados de arropar a la artista y a cada uno de los invitados. Incluía a Gastón Joya en el contrabajo, a Miguel Ángel García “Wiwi” en el piano, a Adel González en la percusión, y a Oliver Valdés en la batería.

Gastón Joya

Miguel Ángel García “Wiwi”

Adel González

Oliver Valdés

Desafortunadamente, me perdí Samba cubana y Encuentro (los dos primeros temas), donde como invitados estuvieron Julio Padrón y Juan Carlos Marín (en el primero) y Yasek Manzano y Héctor Quintana (en el segundo).

Pedra preciosa, el tercer tema (y primero para mí) llenó el espacio con aires de bossa nova; y por demás con el portugués como idioma de interpretación. Rememorando la grabación del disco (junto a Emilio Martiní Trio en ese tema); tuvo en calidad de invitado, al propio guitarrista Emilio Martiní.

Emilio Martiní

Miguel Angel García “Wiwi”, Gastón Joya, Mariecke Anaf (Mari Bel) y Emilio Martiní

Posteriormente, llegaría el turno a Distant memory, una pieza firmada por la artista belga y por el pianista cubano Rolando Luna. El disco no solamente cambia de color con el sonido de cada invitado; sino que incluye composiciones en 4 idiomas: inglés, francés, español y portugués.

Rolando Luna y Mariecke Anaf (Mari Bel)

Para este tema con texto en inglés, que combina una suerte de jazz neoyorquino con jazz afrocubano; Rolando Luna estaría en el piano, y Yaroldy Abreu asumiría la percusión.

Yaroldy Abreu

Uno de los momentos de mayor disfrute en la velada, llegó en Mi son para ti, obra con texto en español, donde musicalmente transita entre el swing estadounidense y el son cubano. En el disco, Bobby Carcassés e Interactivo son los invitados. Para la ocasión, contó con la participación de Bobby Carcassés en la voz (y en el baile de pareja con la anfitriona); mientras que Roberto Carcassés se instalaba en el piano. Adicionalmente, Elías Daniel asumía los coros, y Alejandro Delgado disertaba en la trompeta.

Mariecke Anaf (Mari Bel), Oliver Valdés, Bobby Carcassés y Adel González

Bobby Carcassés y Mariecke Anaf (Mari Bel)

Al César los aplausos; llegaron a escena la cellista Denise Hernández y la pianista Leyanis Valdés; quienes serían protagonistas en el tema Nostalgia. Esta canción, interpretada en francés con aires de jazz y balada; tuvo también participación del trompetista Alejandro Delgado. El arreglo para el disco lo realizó la propia pianista, quien junto a su hermano Jessie; fueron los invitados en esa interpretación. 

Denise Hernández, Gastón Joya y Mariecke Anaf (Mari Bel)

Leyanis Valdés y Mariecke Anaf (Mari Bel)

Jessie Valdés

Mariecke Anaf (Mari Bel) y Alejandro Delgado

Para finalizar, se escogió la pieza No es fácil; que en el disco cuenta con acompañamiento del guitarrista, compositor y productor Julio Montoro y su agrupación Alma Latina. Para este momento, retornó Miguel Ángel García “Wiwi” al piano y Elías Daniel a los coros, mientras que Julio Montoro llegaría como invitado en la guitarra eléctrica; Julio Padrón se erigía en la trompeta, y Juan Carlos Marín en el trombón.

Julio Montoro

En la medida en que se fue desarrollando la obra, muchos de los invitados de la noche se incorporaron a escena; creándose un verdadero ambiente de celebración. Alegres, se despidieron del público y con ello terminaba anticipadamente mi visita a ese recinto; ya que el esperado concierto de los guitarristas Héctor Quintana y Emilio Martiní, también debió ser cancelado.

Mariecke Anaf (Mari Bel), sus músicos acompañantes en invitados

Tras algunas carreras y aún sin resuello, pude llegar a tiempo a la Sala Avellaneda del Teatro Nacional; donde el concierto originalmente pactado para las 9:00 PM (y anunciado como Gala de Clausura), había sido reprogramado para las 7:00 PM.

Se presentaba allí la propuesta del conocido multi instrumentista, compositor, productor, arreglista y director musical cubano Germán Velazco.

Germán Velazco

Este artista, cuenta con una larga hoja de servicios, entre cuyos hitos es posible señalar su pertenencia a la orquesta de Elio Revé, la participación en el grupo Afrocuba (supliendo eventualmente a Fernando Acosta), su incorporación a la legendaria banda Irakere (en 1980), su paso por la agrupación NG La banda (de la cual es fundador); así como el trabajo (desde 1992, y durante alrededor de 20 años) con el cantautor Pablo Milanés.

Si bien el espectáculo se había promovido en algunos medios como un homenaje a Germán Velazco por su cumpleaños 65; nada más lejos de la realidad. El músico diseñó su fiesta para que, por medio de interpretaciones, pudiera conocerse parte de su historia musical (aunque sin seguir un orden cronológico).

Las primeras notas del concierto salieron (con la maestría que le caracteriza), desde el contrabajo de Jorge Reyes; como espacio para que el anfitrión de la noche llegara a escena con su saxofón soprano. El primer regalo sería la pieza Duetto, compuesta por Reyes; que da título a un disco que ambos grabaran en el año 2010 (con participación del percusionista Adel González). Por ese trabajo, publicado por el sello cubano Bis Music un año más tarde, obtuvieron Premio Cubadisco 2012 en la categoría de Música Instrumental.

Jorge Reyes

Germán Velazco Y Jorge Reyes

Para la siguiente pieza, también incluida en ese disco, convocaron a escena al guitarrista Héctor Quintana y al percusionista Adel González. Este último desde las tumbadoras, trazaría las pautas de interpretación de Yambú pa’ Miramar; creada a cuatro manos por Velazco y Reyes. En la misma, en adición a sus autores; el guitarrista Héctor Quintana tuvo protagonismo como solista.

Héctor Quintana

La última obra de Duetto en el concierto, se tituló Samba Amalia; y fue compuesta por Germán Velazco, en homenaje al habanero barrio Santa Amalia. En la misma, él, Héctor Quintana y Adel González (esta vez desde el cajón flamenco), tuvieron los méritos fundamentales en la interpretación.

Adel González, Germán Velazco, Jorge Reyes y Héctor Quintana

Al terminar, el anfitrión de la noche enfundado en su habitual jovialidad, agradeció la presencia del público en su fiesta, y despidió a sus compañeros. De esta forma anunciaría el tránsito hacia otro de sus proyectos: Cuban Sax Quintet.

Cuban Sax Quintet (Evaristo Denis, Alfred Thompson, Germán Velazco, César López y Jamil Schery)

Aunque grabar un disco titulado Saxofones Live Session fue la idea inicial de este proyecto (integrado por César López, Germán Velazco, Alfred Thompson, Evaristo Denis y Jamil Schery); decidieron seguir compartiendo sus creaciones durante algún tiempo más, como quinteto de saxofones. Por ese fonograma (publicado por el sello cubano EGREM), obtuvieron Gran Premio Cubadisco 2019 y una nominación a los Premios Grammy Latinos en el mismo año.

En ese formato, interpretarían tres obras. La primera, incluida en ese disco; se titula Bariton blue, de la autoría de Germán Velazco. Luego sumarían una versión (también recogida en el fonograma), del conocido estándar Cherokee (compuesto en 1938 por el inglés Ray Noble, popularizada por artistas como los estadounidenses Charlie Parker y Clifford Brown). Para ejecutar esta obra, Germán Velazco empleó el saxofón alto.

Con idéntica composición terminó el segmento del quinteto; esta vez con una obra (no incluida en el disco) nombrada Chi Chi banana, de la autoría de Alfred Thompson.

Para el tercer y último bloque de la velada, llegó a escena la Joven Jazz Band que dirige el maestro Joaquín Betancourt; buscando expandir la sonoridad del quinteto de saxofones. En ese momento, también se sumó Orlando Valle “Maraca” con su flauta. Con esta formación, pretendían rememorar el paso de Germán Velazco por Irakere, a partir de tres obras compuestas por Jesús “Chucho” Valdés, líder de esa agrupación.

Orlando Valle “Maraca”

Cuban Sax Quintet, Orlando Valle “Maraca” y Joven Jazz Band, dirigida por el maestro Joaquín Betancourt

La primera pieza se tituló Claudia, y es una obra incluida en el disco Tema de Chaka, grabado por Chucho Valdés como protagonista, en 1981. En el mismo aparece Germán Velazco con su saxofón alto; aunque esta noche se decantó por el saxofón soprano. El arreglo diseñado para la ocasión, propició que los integrantes del quinteto de saxofones, bailaran a ritmo de chachachá, mientras Maraca desplegaba su poderío en la flauta.

Germán Velazco

Se retiraron Thompon, Schery, Denis y Maraca; dejando todo listo (ante la atenta mirada de Joaquín Betancourt) para que Germán Velazco y César López protagonizaran la siguiente interpretación. Ambos músicos militaron en las filas de Irakere en momentos diferentes, y armarían esta vez, un exquisito dúo para interpretar la conocida pieza Las margaritas. La misma, aparece en el disco Tierra en Trance; publicado por Irakere en 1985. En esa ocasión, Germán Velazco grabó los saxofones alto y tenor. Sin embargo, en esta noche César López se desempeño en el saxofón alto; mientras que Germán Velazco continuaba con su habitual saxofón soprano.

César López, Joaquín Betancourt y Germán Velazco

César López y Germán Velazco

La última pieza escogida para la velada fue Contradanza, que sin lugar a dudas, es una de las joyas ocultas en la discografía de Irakere. La primera grabación que aparece de esta obra, fue tomada de un concierto en vivo en el teatro Karl Marx; recogida en la compilación Havana Jam 2 (de 1979). Posteriormente, Irakere la volvería a grabar nuevamente en vivo; en el álbum titulado Felicidad (Recorded Live At Ronnie Scott's Club), de 1991.

Germán Velazco no aparece en las grabaciones antes mencionadas; pero Contradanza fue una pieza que interpretaría como parte del repertorio de Irakere, durante sus años de permanencia en la banda.

Para cerrar su noche de festejo con esa obra, el anfitrión decidió volver a sus inicios en la música; tomando la flauta (su primer instrumento) para entablar una controversia de altos vuelos y mucha camaradería, con Orlando Valle “Maraca”.

Orlando Valle “Maraca”, Germán Velazco y Joven Jazz Band, dirigida por el maestro Joaquín Betancourt

Si bien, todo el programa tuvo un gran reconocimiento por parte del público; el último tercio les hizo delirar. Germán Velazco, feliz y emocionado, disfrutó esta fiesta de cumpleaños como mejor sabe hacer: con música.

Se retiraron los artistas entre abrazos y sonrisas, y los asistentes abandonaban la sala entre murmullos. Justo entonces terminé de comprender, que la llama del Jazz Plaza 2022 se apagaba definitivamente. Sus ecos deberán ser suficientes para esperar otros largos doce meses; hasta que el jazz, vuelva nuevamente a inundar esta ciudad.