Editorial Nuestra Industria Tecnológica


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Editorial escrito por el Che para el primer numero de Nuestra Industria Tecnológica

El Ministerio de Industrias crea su segunda revista oficial con carácter permanente. La primera es Nuestra Industria, que trata de dar a los obreros un bosquejo amplio y comprensible de nuestras luchas, nuestros trabajos y dificultades en el momento actual.

Esta Revista Tecnológica, que sale bajo el mismo lema de Nuestra Industria, dentro de la modestia natural con que debemos rodear nuestros actos en el momento actual, tiene funciones más ambiciosas. Está destinada fundamentalmente a nuestros técnicos y a todos aquellos compañeros obreros y estudiantes que se preparan con toda la velocidad de que son capaces a cubrir cargos de responsabilidad en las industrias que trabajan y en las que están por crearse; es también el intento de establecer una comunicación directa a través de la tecnología con todos los países del mundo y fundamentalmente con los integrantes del campo socialista. No esperamos hablar aquí con voz autoritaria demandando un lugar preferente; simplemente, en el proceso de divulgación necesario para hacer conocer a nuestro pueblo lo que debe saber en este momento en materia tecnológica, aprovechamos para hacer conocer nuestros pequeños adelantos a todos los países del mundo.

Revista Nuestra Industria, Ministerio de Industrias. Edición de Junio 1962

La tarea de la Revolución cubana ha sido grande en el corto lapso que media entre el primero de enero de 1959 y este mes del año 62 en que nace la revista. Hemos tenido que destruir los restos del aparato estatal anterior, luchar contra el imperialismo, rescatar para el pueblo todas las empresas, destruir la superestructura completa en que se basaba la dominación del régimen anterior, luchar contra el bloqueo, aceptar el éxodo continuo de nuestros mejores técnicos, en el sentido científico, ya que no moral de la palabra, y crear otros nuevos y desarrollar los existentes, basándonos en el entusiasmo infatigable de unos cuantos pioneros que permitieron, en cada una de las ramas industriales del país, cumplir con el pueblo en este momento difícil.

La técnica cubana está finalizando su etapa más dura, aquella etapa cubierta por toda la nación a todos los niveles, que fue la de tapar agujeros, tratar de que lo que ahora existía y caminaba siguiera caminando; buscar la forma de cambiar un tornillo por un alambre, un líquido por otro, un solvente por otro, un bombillo por otro, en fin, hacer maravillas para que por el método de aproximaciones sucesivas, nuestras máquinas pudieran seguir caminando. Pero, naturalmente, que este es un sistema absurdo si se pretende seguir indefinidamente en él. Ya nuestros técnicos están abocados a la segunda tarea que es la importante y fundamental en este momento: crear tecnologías adecuadas para procesar las materias primas cubanas y las que nos vienen del extranjero, de tal manera, que puedan ser utilizadas por todo nuestro parque de maquinarias existentes, y al mismo tiempo, establecer una tecnología adecuada para hacer repuestos sólidos, o cambiar línea de producción en los lugares críticos. Es una tarea más previsora y de más envergadura. Nos llevara un tiempo desarrollarla a fondo y acabar con la primera etapa, que es, como dijimos, de tapar agujeros. Pero, aun así, debemos ya prepararnos para entrar en la tercera que es la de desarrollar tecnología que nazcan de las condiciones concretas de nuestro suelo, de nuestras materias primas, de nuestro ambiente cultural y de nuestro desarrollo actual, para poder dar al mercado cubano, y al mercado mundial, los productos de nuestro suelo elaborados hasta el máximo permitido por la técnica, de acuerdo con la inventiva y la ciencia de nuestros propios tecnólogos. Al abrirse las perspectivas de esta tercera etapa sale nuestra revista a la luz pública; no queremos que nadie en Cuba aspire a encontrar maravillas en estos números que se aprestan a salir, si aspiramos sinceramente, revolucionariamente, a que el trabajo de todos convierta a esta revista, en el menor tiempo posible, en la expresión de un pueblo que camina rápidamente por las amplias vías de la ciencia moderna hacia un desarrollo industrial avanzado.

Aquí se expondrá nuestras conquistas, nuestros descubrimientos de cualquier tipo que sea. Estaremos a través de ella en contacto con el mundo exterior y con los últimos adelantos de la ciencia y la técnica en todo el orbe. Orientaremos desde ella las grandes líneas de nuestro desarrollo futuro y escucharemos a través de ella, todas las inquietudes y expresiones de nuestros técnicos y de nuestros obreros calificados que merezcan ser conocidas por los trabajadores de Cuba.

Al saludar a los técnicos de nuestro país, los exhortamos a que hagan de esta revista un instrumento de trabajo y de crítica y la mejoren continuamente con sus aportaciones, discusiones sobre su contenido, críticas a él y al trabajo personal de cada uno. Exhortamos, pues, a hacer de esta revista una tarea de todos.


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