"El socialismo y el hombre en Cuba”, desde el poder revolucionario


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Ponencia presentada por María del Carmen Ariet en el Seminario "El Socialismo y el Hombre en Cuba: emancipación y justicia", organizado por el Centro de Estudios Che Guevara y que tuvo lugar el 12 de marzo de 2015 con motivo del 50 aniversario de la publicación de este ensayo.

Un día como hoy de 1965, hace precisamente 56 años, se publicó la llamada “Carta a Carlos Quijano”, director del semanario Marcha de Montevideo, Uruguay, con el siguiente titular:

Desde Argel, para Marcha. La Revolución cubana, hoy.

Desde Argel, el Che Guevara hace llegar a Marcha esta nota. Es un documento de singular importancia para comprender el alcance y los propósitos de la revolución cubana, según los ve uno de los principales actores de la misma. La tesis expuesta está llamada a provocar debates y abre nuevas perspectivas que, por otra parte, aunque parezca paradójico, se vinculan a antiguos planteos dentro de las corrientes socialistas.

En abril del mismo año aparece publicado por primera vez en Cuba en dos números consecutivos de la revista Verde Olivo. Con posterioridad, el 5 de noviembre de ese mismo año, se reedita en Marcha y es presentado como: “Exclusivo: Una nota especial del Che Guevara.” En su interior se aclara que esa redición obedece a que: “[...] los lectores de Marcha en Argentina no pudieron conocerla en su publicación original, debido a que en esa fecha el semanario aun estaba interdicto en Buenos Aires [...]”.

De la lectura, hoy, se pueden hacer un sinnúmero de interrogantes algunas respondidas por la historia misma en su propio devenir o explicadas en parte, y otras que pueden ocupar un espacio múltiple, todavía sin respuestas totalmente convincentes en su comportamiento y en sus disímiles interpretaciones, unas que van desde la crítica burda, la exaltación panfletaria o, la mayoría, con reflexiones de alto valor teórico.

Así lo hemos leído y analizado durante este largo tiempo, no tanto por el espacio histórico, sino por lo complejo que han sido estos años y por el cúmulo de problemas, ensayos, intentos fallidos y también por qué no, de luces fugaces que nos hacen pensar que se pueden "alcanzar nuevas perspectivas" como se expresa en la introducción realizada por Quijano.

El orden y la importancia de las interrogantes pueden variar acorde con los intereses que nos motiven para desentrañar los códigos dejados por el Che, en uno de sus ensayos más conocido y divulgado, desde el ejercicio del poder revolucionario. Y digo códigos, porque estoy convencida de que uno de sus propósitos, no sé con cuánta intencionalidad o más bien provocación ―sus ideas no se expresan de forma críptica―, las tesis que expone son bien claras y sencillas de ordenar en sus niveles conceptuales, no así en los contenidos, los que requieren de un conocimiento abarcador de su sistema de pensamiento ―lo más difícil del ensayo― en correspondencia con el ejercicio de supráctica revolucionaria en Cuba. Ese es un primer problema,sencillo en su aparente explicación, pero complejo en sus esencias porque,como expresa Quijano,su contenido está pensado para el debate y para abrir nuevas perspectivas, lo que creo, aun debemos al Che como asignatura pendiente.

Cuando leí por primera vez esa nota me pregunté si, además del texto enviado, el Che la hizo acompañar de una introducción personal o de otros intercambios anteriores que los vincularan a ambos, en esos propósitos. En realidad no lo sabemos, al menos yo no tengo la certeza, porque si en esa misma época no se pudo publicar,hasta fines del 65 en Argentina,de allá para acá ni el Che ni el propio Quijano podían haber previsto la dimensión de cuánto de sus contenidos y objetivos se interpusieron en “antiguos planteos de las corrientes socialistas”, lo que bastaría para seguir interrogándonos y para comprender la intensidad de lo sintetizadopor el Che en la Carta.

Si se sigue un orden de lo simple a lo complejo, me refiero a la síntesis de la exposición, es relativamente fácil comprenderlo, porque desde el principio está pensado con la intención de provocar el debate. Desde el propio título, incluso en tiempos actuales es cuestionado por corrientes o movimientos, aun cuando fue enunciado de forma genérica.¡Hasta eso punto llegamos!, y no dejan de tener razón si lo ubicamos en el hoy en cuanto a expresión,aunque sabemos que nunca lo fue en cuanto a esencia.

El título encierra, desde mi óptica, dos principios esenciales en el pensamiento del Che, el Socialismo y el Hombre. Sin ese binomio, desde su actuar y creación, es imposible ni siquiera pensar en una sociedad diferente, máxime si esa sociedad se recibía diseñada desdela dependencia estructural que bajo un poder hegemónico la maniataba ya la que abruptamente se le transforma con un cambio profundo y radical, a pesar de esa carga del pasado y con un hombreexpresión, también, de ese pasado. Es, como el propio Che manifiesta, la angustia por la que tenemos que pasar, sufrir y transformar,si aspiramos a crear una nueva sociedad.

Desde lo metodológico, mirando su contenido interdisciplinario y su multiplicidad de temas, pudiera, también, ser relativamente comprensible desde la práctica radical que se propone rutas de justicia y emancipación, a partir del poder que emana de un proceso revolucionario socialista como el cubano, tanto en proyecto como en verdadera participación popular, no es para nada sencillointentar modelar y explicar el surgimiento de una nueva sociedad con hombres que vienen justamente de ese pasado y que son los portadores, conscientes o no, de lo que se desea construir. Problema para nada resuelto.

Difícil camino cuando a los cambios se oponen, por lógica, la lucha entre el antiguo poder y lo nuevo que se crea, muchas veces con cuotas de romanticismo que se pagan caro y otras con una fuerza telúrica capaz de enfrentarse a dragones. Eso forma parte de la que se ha acusado al Che, en ocasiones desde una izquierda detenida en el tiempo y, por supuesto, de una derecha que lo ha mirado siempre desde lo diabólico al sentir su terreno horadado por una potencia éticamente superior.

No hay dudas de que era y es lo más complejo y difícil en el camino a superar, de ahí, quizás, las razones del título, pensado y premeditado, porque nadie como el Che se propuso comprenderlo desde su temprana juventud. No es el momento de historiar su búsqueda consecuente consigo mismo para encontrarse, sinolo importante es la entrega y la comprensión que asume desde lo político y lo ético, unido como una amalgama, para tratar de esculpir y esculpirse, no encuentro otra expresión más clara, desde el Hombre mismo para provocar el gran salto hacia una nueva sociedad. En el caso de Cuba, desde su revolución triunfante y,para otros, desde la continuidad de ese paradigma, porque no se trata de copiar, sino de dar el verdadero salto que impulse a pensar y en hacer juntos un mundo que luche por su emancipación contra toda dominación y por la plena justicia, lo que sin dudas puede ayudarnos a entender su conjunto de ideas, pero sobre todo a ese hombre que fuecapaz de entregarlo todo por "enderezar la ruta".    

No me he propuesto en este texto analizarlo desde el hoy, bien complejo, pero siempre pensando que solo si se sostiene bajo preceptos aun construidos desde la imperfección, se puede luchar y pensaren la defensa de un proyecto de Nación que, desde sus orígenes, colocó al hombre en el centro de ese proyecto como sistema predominante de sus relaciones, quizás una de las mayores contribuciones del Che al pensamiento revolucionario y al vínculo consecuente con Marx y el marxismo originario, y con el pensamiento martiano. De ahí que enfatiza en el análisis la producción y la reproducción de la vida mediante una transición socialista capaz de encerrar en sí la concepción del socialismo y el comunismo como continuidad, en una fórmula que permitiera pensar desde el principio en el comunismo, teniendo presente lo que de forma permanente expresara, sin hombres socialistas que alcancen conscientemente el papel que les corresponde a través de mecanismos eficaces que le permitan una plena participación, no puede haber socialismo. Esa es una deuda contraída desde que el llamado socialismo existente ―y todas las hipertrofias que padeciera― no se propusiera enfrentar la transición desde la participación consciente del hombre.

El Che era un convencido de que la revolución socialista no se alcanza ni se reproduce mecánicamente, sino que, como premisa esencial, debía ser construida por medio de la actividad humana y en esa actividad la conciencia es parte inseparable de ese proceso.

Quizás, por ser la armadura que reviste todo elactuar del Che, este sea un tema de importancia capital, porque permite entender el lugar que ocupa en estas reflexiones expuestas contanta insistencia. Hablar del hombre en revolución le sirvió al Che para dejar plasmadas etapas imprescindibles de la Revolución Cubana, miradas desde la lucha deliberación nacional, su antimperialismo y sus cimientos martianos y marxistas, en sus contradicciones lógicas y en el triunfo total para asumir el poder revolucionario, hasta discernir, en un orden práctico, respecto acómo esa revolución avanzó en un trayecto radical a partir de sus propias esencias y autoctonía y con la participación de todos.

El Che solo alcanzó a ver y a acompañarnos en apenas unos años, sin embargo, esos años fueron de un cambio radical en lo económico, lo político y lo social llevados de la mano de un hombre imperfecto como el descrito, pero que con su actuar podía convertirse en un nuevo tipo de actor, destaco nuevo actor, porque también cabe una pregunta que muchos se han hecho, desde que su propio ejemplo se elevara a un “escalón superior”, ¿pensaba el Che que ese hombre del que habló, existía o estaba en proceso de formación? Sin dudas, el abuso y exceso redundante, a veces, de la existencia de un hombre hecho, acabado, ha permeado el sentir que, a mi juicio, posee Jo plasmado por el Che. Aun sabiendo lo complejo de su alcance, estaba convencido de que se puede avanzar, siempre y cuando la sociedad en la que surge y se desarrolle sea expresión y base de esos propósitos. No se puede, como afirmó, del olmo sacar perales pero sí avanzar en línea ascendente a pesar del dilema que conlleva sembrar en campos adversos.

Junto a Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir en el Despacho del Banco Nacional de Cuba. Febrero de 1960

Así se desgranan temas que se confrontan y polemizan, sobre todo, porque son enunciados para que el estudioso y el investigador ―como lo era él mismo―, en su afán de búsqueda, pudieran acercarse al núcleo de los enormes retos que significa la transformación delser social.

Se describen y polemizan temas, como se ha expresado, imprescindibles para entender el alcance de la revolución interna por la que debía pasar la sociedad en su conjunto; entre los más significativos se pueden destacar: los problemas que se reflejan en la conducción de la economía y el papel del trabajo como un deber social, apoyados en el desarrollo de la conciencia como engranaje dentro de la transición y en sus instrumentos de movilización para conjugar intereses individuales con los colectivos,como son los estímulos morales y materiales,el surgimiento de nuevos valores portadores de la formación del nuevo hombre y la cultura, tan necesaria en el comportamiento y la participación consciente de las masas y cuya premisa esencial es la de resaltar la plena solidaridad entre las gentes y el significado real de la justicia social en todas sus escalas.

Eran dilemas mayores, y siguen siéndolo, como se formula en la introducción de Quijano, expresados en la contradicción histórica entre lo que llama “los antiguos planteos de corrientes socialistas”, expuestos desde el surgimiento del socialismo mismo y que se recrudecencon posterioridad en el primer ensayo que se hiciera desde el poder,convirtiendo el gran sueño de la humanidad por alcanzar su plena libertad en un poder dogmático y coactivo de las libertades individuales y colectivas a pesar de los indiscutibles logros alcanzados.

Nadie como el Che vio, dentro de su brevedad, no solo más allá de esas limitaciones y contradicciones, sino que ocupó parte de su tiempo en estudiar, reflexionar y debatir en el cómo y el por qué se llegó a un camino tan incierto y dubitativo que erosionaba intentos mayores en el orden práctico para alcanzar los cambios necesarios y desde posiciones teóricas como soporte de esos cambios inevitables. En el cuerpo del trabajo queda claro, no se soslaya el espacio para dejar ideas que muevan al debate, recordándonos que, desde Cuba se había avanzado, impulsado por un pensamiento creador del que forma parte de su avanzada más sobresaliente, encabezada por Fidel. Nunca, como ahora, debemos olvidarnos del llamado debate económico internacional producido en los años sesenta. Por primera vez, desde un país socialista y encabezado por el Che, nos entrega,desde el primer artículo que se publica,las coordenadas precisas de sus objetivos:

Che y Fidel en Asamblea de producción del INRA

Queremos dejar constancia de que esta polémica,que se inicia con nuestra réplica, puede tener un valor alto para nuestra formación en la medida en que seamos capaces de llevarla con el mayor rigor científico posible y con la mayor ecuanimidad. No rehuimos confrontaciones pero ya que estamos en el centro de una discusión que alcanza a los niveles superiores del gobierno y el partido (...), creemos que es importante el cuidado de la forma y del método de discusión.

Gran lección para nuestro actual debate. En ese nivel de reflexión se ubica lo que ha sido un estandarte de la Revolución Cubana a pesar del hoy y de sus insuficiencias, como es el caso de la Educación. El convertir a la sociedad en una gran escuela, como expresa en el ensayo, no es un simple eslogan, era y es una necesidad y a la vez un camino para sostener y debatir lo nuevo. Como nunca la política, la ética y la educación estuvieron más cercanas y se complementaron mejor; de sus resultados todos estamos conscientes. La lección hoy es analizar de esos avances cuáles son sus retrocesos y cuáles son los caminos para retomar, renovar y recrear la senda a pesar de los retos actuales. Desde esa senda, como expresión de nuevas formas de hacer política desde el pensar y el actuar, para que desde la conciencia que se va adquiriendo, ―manifestada en ideales y convicciones―, se logre el desafío de convertirlo en motor de lo cotidiano y de lo trascendente y de luchar para que no sea derrotado.

La búsqueda y el potencial de ese hombre del futuro siguen siendo el reto y el proyecto alternativo permanente, no solo de nuestra Revolución, sino de todos los movimientos que luchan por alcanzar la justicia y la dignidad, y sobre todo el tomar conciencia, hoy más que nunca, de los condicionamientos del sistema capitalista, su modo de vida, de cómo lo difunde y de cómo se introduce, solapadamente o no, para sostenerse; nos podemos hacer múltiples preguntas aun sin respuestas precisas o insuficientes,pero existen pautas y principios que sí debemos y podemos fortalecer como un proceso continuo, de pensar en lo que copiamos y no nos sirvió para solucionar problemas,en lo que no hicimos bien por lo anterior y/o por nuestros propios errores.

En lo particular, en el actuar del Che se encuentra presente una práctica ética que marcó su influencia política, determinada no por el engrandecimiento individual, sino por su concepto de una ética propia de un nuevo ser humano capaz de sustentar un proyecto de consenso con la participación de todos y en contra de las brechas que pudieran abrirse entre la dirigencia y el pueblo, poniendo en riesgo el proyecto.

Nunca un opúsculo puede darnos todas las claves necesarias, máxime si fueron escritas como expresión de una época y de una epopeya que conmovió a muchos, pero también desde la huella de su tiempo; es por eso que, una mirada del contexto en que se expresaron parte de sus ideas y sus concreciones, es necesario analizarlas dentro de esa confrontación, pero, más importante aún, es buscar desde su utilidad, sin clichés ni exaltaciones vanas, porque no solo fueron concebidas para explicar un ciclo histórico, sino que fueron sobre todo pensadas y reflejadas para ayudarnos, desde aquel presente, a pensar hacia el futuro y de ello, aun hoy, "El socialismo y el hombre en Cuba" alcanza múltiples miradas y valores que dignifican el compromiso del hombre con su mundo y su porvenir. Nos queda aún el reto.


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