Tocar esencias


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Las trinidades de Ares

De trinidades están hechas las culturas. Por consecuencia, aprendizajes o por arbitrio. De ahí, que valga tanto “el padre, el hijo y el espíritu santo”; “Virgen”, “Llamado” y “Escudo”; como “Tocar madera”, “Al que le tocó le tocó” y “Hay que tocar la cosa con la mano”.

  

Por ello, le bastó Ares una galería (Villa Manuela), un título (“Tocar madera”) y cinco triadas de piezas, para esbozar lo que somos, de dónde venimos y lo que queremos; que es más bien como nos han dejado ser, como nos imaginamos y/o como nos representa el psiquiatra, el artista visual y el vicepresidente de la UNEAC, Arístides Esteban (Ares) Hernández Guerrero (La Habana, 1963).

Entramos a "Tocar madera", y como hábito, cuerpo y espíritu recorremos las obras ,las palpamos y las sentimos. Suerte de Ares  y de su arte, de sus inicios como humorista gráfico.     

Demasiado cercanas, para ser el alfa y omega de la muestra personal -y de esta Cuba-, se encuentran las triadas “Eleguá” / “Girasoles para la virgen” / “S/T” y “Santa pasta” / “Paradise” / “Sweet Dreams”. Como “lo extremos se tocan”, “de tal palo tal astilla” y “no solo de pan vive el hombre”, Ares confronta símbolos, significantes y referentes. Cachita, girasoles y herraduras. La abstracción de nuestros viajeros, errantes y descubridores orígenes con nuestros aplastantes, deseados y simulados suicidios. Porque como ha dicho, el imprescindible trovador Tony Ávila: “cubano si el timbirichi/ Levanta tu economía/ No te olvides que un buen día/ Naciste sin timbirichi.”   

Híbridas como nosotros mismos son las creaciones de Ares. Pinturas, instalaciones y objetos esculturados. Hay recreaciones de objetos encontrados, pero también esculturas, aldabonazos diseñados por el artista. En unas lo llamativo es el color, la textura  original de las puertas o el diseño un tanto naif del también ilustrador y humorista gráfico; en otras es lo conceptual, la simbología minimalista.  

Las piezas dialogan entre sí y con nuestras experiencias, emergen entonces códigos, claves, resonancias por equivalencia.  Somos el cuerpo y sus deseos, la ciudad y sus casas, el mundo y sus creencias. Caemos entonces en que al ser iguales y diferentes, como los cincos religiones monoteístas, la instalación “Habana 6 am” es un “Autorretrato 5 minutos antes de despertar”.  

“Tocar madera”, curada por el propio Ares y Odette Bello -Jefa de Departamento de Historia del Arte de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana-, deviene paratexto de nuestros gestos desesperados de esperanza, encuentros y aldabonazo purificadores de artificios, simulacros y autoengaños. Para tocar, entrar y ser, donde “casa es humanidad”, la virgen protege al Granma y Martí es Santo, Escudo y Llamado.

Por eso, como Ares y Martí, prefiero decir “Yo sacaré lo que en el pecho tengo de cólera y horror”, que aferrarme a  esos nuevos fetiches como “Santa pasta”. Y, por si acaso, “Tocar madera”.  

 

 


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