La intervención de los Estados Unidos en el proceso de liberación cubano, trajo consigo la instauración del primer gobierno militar norteamericano y en consecuencia, numerosos cambios en el orden político, económico y social para la nación caribeña en los albores del siglo XX. El 1ro. de agosto de 1898 el general Leonard Wood[1] fue nombrado Gobernador Militar del territorio oriental, medida imprescindible para dar inicio al proceso de implantación del nuevo modelo neocolonial.
Entre las disposiciones establecidas estuvo la publicación de la Revista Municipal. Los gobiernos locales las redactaron en todo el país, dirigidas a informar sobre su gestión y el quehacer regional a los ciudadanos. Su publicación coincidió con la reelección de Emilio Bacardí por votación popular el 1 de junio de 1901, debido al eficiente desempeño en el período de mandato anterior. Toma posesión el 1 de julio. “[…] Para el cargo de alcalde municipal, resultó elegido el popular y prestigioso patriota Emilio Bacardí Moreau”.[2]
La ciudad de Santiago de Cuba atesora volúmenes de este suplemento, distribuidos en varias instituciones como: el Archivo Histórico Provincial, Biblioteca Provincial Elvira Cape y el Museo Provincial Emilio Bacardí Moreau, el cual cuenta con ciento cincuenta y dos ejemplares de los años 1902 a 1904 -objeto de estudio- y de 1915, 1923, 1926 y 1927.
La Revista Municipal circuló en la época republicana en Santiago de Cuba desde 1901, lo cual se pudo patentizar en la representación más antigua, los ejemplares del 3 y 10 enero de 1902, con año de edición II y números 46 y 47 respectivamente.[3]
Mantuvo una emisión semanal por tres décadas o más, con números extraordinarios. Los temas abordados procuraban mantener actualizada a la población, acerca de gestiones del gobierno como: Relación de acuerdos del ayuntamiento, Registro de la propiedad pecuaria, Resultado de los presupuestos municipales, Estado de las defunciones y enfermedades causantes, Sistema de vacunación, Relación del Directorio Municipal y de manera muy especial una Somera reseña histórica de la ciudad de Santiago de Cuba, que se mantuvo solo los primeros años.[4]
Se trataban alternativamente otras cuestiones de interés social como: Abasto de agua a la población, Alumbrado público, Facilidades para el pago de adeudos, Sistema de sanidad, Visita de personalidades, Publicación de leyes, disposiciones y Servicios de facilitación social. [5]
Entre las secciones más importantes se encontraba de manera detallada, los Resultados de los presupuestos de los años anteriores a cargo del Tesorero, donde se realizaba una exposición pormenorizada de los presupuestos municipales. Exhibían la gestión del gobierno en el uso de los recursos, se mostraba minuciosamente el Estado de los Créditos.
Un tema susceptible fue el relacionado con las Defunciones ocurridas en el mes y las enfermedades causantes, siendo enunciadas por rango de edad y sexo la cantidad exacta de la mortalidad, los males que la causaban, su incidencia en cantidad y totalidad.
Al respecto se tomaban medidas para atenuar dichos males, como: “Sistema de vacunación, Servicios de asistencia médica gratuita a pobres, Casas de socorro y Sistema de abasto de agua a la población. A cargo del Departamento de Sanidad se realizaban obras de saneamiento como: Inspecciones Veterinarias, Servicio de Recogida de Basura, Limpieza de letrinas y diversas leyes, disposiciones y decretos”,[6] de estricto cumplimiento.
El Sistema de vacunación establecía responsable, fecha, horario y lugar donde se administraría la misma, generalmente en el Salón de Sesiones del Ayuntamiento. El Departamento de Sanidad prestaba servicios de Asistencia médica gratuita a pobres, para ello relacionaban las calles a las cuales les correspondía por semana, horarios, visitas realizadas y médicos a cargo, de igual modo, las Casas de Socorro establecían los mismos parámetros.
Se realizaban obras de saneamiento como: los Servicios de desinfección que exigían la limpieza de letrinas, patios, casas, aceras y calles, facilitando a los ciudadanos los materiales y carretillas o camiones para la recogida de basura. Habitualmente se efectuaban Inspecciones veterinarias que chequeaban el estado de salubridad y determinaban el decomiso de reses y cerdos por falta de higiene o su eliminación, incluyendo ocasionalmente perros, caballos, mulos, etc.
En los primeros años (1902-1904) se divulgaron temas culturales, iniciativa del Sr. Bacardí, que pusieron de manifiesto su especial desvelo por elevar la cultura del pueblo, como: - Santiago de Cuba, que contenía la ubicación geográfica y distribución demográfica de la ciudad; - Movimiento de lectores en las Bibliotecas, refería la cantidad de lectores asistentes a las bibliotecas y al centro museístico, información brindada por su director Sr. José Bofill Cayol.[7]
Otros como: -concursos, -exposiciones y -Somera reseña histórica de la ciudad de Santiago de Cuba, este último publicado desde 1903 de manera sistemática hasta 1906, detallaba aspectos relacionados con la vida social, cultural y económica de la ciudad desde los tiempos fundacionales. Algunos investigadores consideran este artículo como el antecedente de las Crónicas de Santiago de Cuba[8], escrita por Emilio Bacardí y publicada por primera vez en 1908.
La Revista Municipal de Santiago de Cuba constituyó un documento oficial de información a la población. Fue la primera y única publicación de carácter político-económico-social editada por una institución gubernamental, reflejo exhaustivo de las gestiones administrativas y de gobierno. Se considera a Bacardí impulsor de este boletín que constituye evidencia de la labor realizada por la alcaldía, con elevado civismo en el trabajo administrativo y periodístico, ejemplo de altruismo, austeridad y respeto a sus conciudadanos.
Bacardí establece las bases a seguir en este nuevo tipo de Administración pública, dejando testimonio de un trabajo arduo, complejo y sistemático. Pionero en la implementación de medidas sociales, sanitarias, educativas, culturales, urbanísticas, entre otras, que regidas por esos mismos principios son ejemplo a seguir en la sociedad cubana actual.
Esta obra se estima paradigma para el novedoso proceso de reordenamiento que vive actualmente nuestro país, especialmente el vínculo directo de una publicación al trabajo regional de gobierno, ya que la prensa es un instrumento imprescindible para aumentar el nivel de confianza y credibilidad del pueblo.
Esta colección de documentos constituye Patrimonio Histórico Documental de la Nación Cubana y forma parte del invaluable legado que acopiaron para su pueblo, los fundadores del Primer Museo Biblioteca del país, lo que representa un compromiso para la institución museal e investigadores con su estudio, rescate y salvaguarda.
Daniana Palma Monterde
Museóloga Especialista
Museo Provincial Emilio Bacardí Moreau
[1] Leonardo Wood. General estadounidense, participante en la Guerra Hispano Cubano Norteamericana y Gobernador Militar de Santiago de Cuba hasta 1902.
[2] Emilio Bacardí Moreau: Crónicas de Santiago de Cuba, t. X, Ed. Arroyo Hermanos, Santiago de Cuba, 1924. pp. 259-260.
[3] Revista Municipal de Santiago de Cuba, 1902, en Archivo Museo Provincial Emilio Bacardí Moreau. (AMPEBM)
[4] Revista Municipal de Santiago de Cuba, 1902-1904, en AMPEBM.
[5] Idem.
[6] Idem.
[7] Nació en Santiago de Cuba (1862-1946). Colaboró con la gesta independentista, fue miembro y/o fundador de varias sociedades como la Academia Nacional de Artes y Letras, Club Náutico de Santiago de Cuba y Presidente de la Sección de Artes Plásticas del Ateneo de Santiago de Cuba. Laboró incansablemente en la dirección del museo por más de 40 años. En 1942 se le otorgó la medalla Enrique José Varona por su labor a favor de la cultura.
[8] Obra historiográfica escrita por Emilio Bacardí en 10 tomos, que recoge el acontecer de esta ciudad en todos los órdenes desde 1492 hasta 1902, con la cual alcanzó verdadero reconocimiento como historiador. Entre los investigadores que consideran esta Reseña como el antecedente de las Crónicas, están Julieta Aguilera Hernández y María de los Ángeles Meriño, en Julieta Aguilera Hernández: Ob. cit., p. 18 y en Rafael Duharte Jiménez, Olga Portuondo Zúñiga e Ivette Sóñora Soto: Tres siglos de historiografía santiaguera, p. 38.
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