Como parte del X Coloquio Internacional La Diversidad Cultural en el Caribe «Archivos y memorias: descolonización en el Caribe» se llevó a cabo el panel Estudios lingüísticos entre Cuba y el Caribe. Rescate y proyecciones en archivos y textos escolares, con las intervenciones de los profesores de la Universidad de La Habana, Marlen A. Domínguez Hernández y Alexander Puente Hernádez.
Ambos presentaron el trabajo Rescatando la historia: el español de Cuba en documentación de archivos históricos del período colonial, resultante de más de una década de investigaciones, con el objetivo de describir el proceso formativo del español de Cuba y su papel en las identidades de la nación caribeña.
Para documentar cómo este se constituye en una variedad peculiar con relación al castellano normativo, desde perspectivas de la lingüística, la filología y la diplomática se estudiaron documentos, piezas públicas y privadas, manuscritos y transcripciones originales del período colonial resguardados en el Archivo Nacional de Cuba, la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, la Academia Cubana de la Lengua y los archivos históricos provinciales de Holguín, Santiago de Cuba y Guantánamo, entre otras importantes fuentes que detallaron los profesores.
Identificaron la relevancia de la investigación en que la variedad cubana no ha sido estudiada de forma sistemática y profunda desde la perspectiva diacrónica ―la cual se ocupa de estudiar las fases sucesivas en la evolución de una estructura de la lengua―; mientras proliferan percepciones infundadas, como que nuestra variedad es subordinada y defectuosa, así como otros estereotipos.
La profesora titular, Marlén Domínguez, afirmó que uno de los aspectos que más reflejan los cambios sociales y de la lengua son las relaciones entre los sociolectos (variedades de una lengua que distinguen características específicas del grupo social que las utiliza; por ejemplo, un argot profesional determinado) y el tratamiento que se les da en la sociedad.
Destacó la importancia del estudio del español residual en el Caribe y la necesidad de una política lingüística que promueva la descolonización de la lengua.
Por su parte, el joven profesor Alexander Puente se detuvo en los resultados, y en aquellos autores donde es clara la postura legitimadora no solo de la lengua cubana, sino del español americano, en tanto demuestran sus valores. Refirió documentos de guerra en los cuales identificaron una serie de vocabularios vinculados al conflicto bélico, que más tarde se adoptaron como parte del habla coloquial de los cubanos.
El proceso de formación y aceptación del español de Cuba evidencia la lucha entre la colonización externa e interna, es decir, entre la base lingüística de referencia y el ideal de lengua que se trazó en la Isla, y pasa por el conocimiento de nuestra variedad, su apreciación y defensa.
Los investigadores reafirmaron que ello va más allá de las percepciones respecto a dónde se habla peor o mejor, pues cada variedad tiene sus propios rasgos.
En el panel participó además Elisa García González, investigadora del Instituto de Literatura y Lingüística, quien analizó la inclusión de términos en los diccionarios escolares cubanos, cuestionando si reflejan la identidad caribeña o se limitan a las denominaciones de la capital cubana, de modo que su foco de atención queda fielmente representado en el título de su ponencia: Diccionarios escolares cubanos: ¿inclusivos diatópicamente?
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