Una vez más, la presencia del dramaturgo, novelista y activista político nigeriano Wole Soyinka es bienvenida en la Casa de las Américas. En esta ocasión, para recibir por decreto presidencial la Medalla Haydee Santamaría, otorgada por el presidente de la República de Cuba, como homenaje a aquellos que desde la creación intelectual y artística han contado los valores auténticos de los pueblos del Sur, y realzado las potencialidades de estos como armas de descolonización.
Presidieron el acto Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República; Marydé Fernández López, miembro del Comité Central del Partido y Vicejefa de su Departamento Ideológico; Alpidio Alonso Grau, Ministro de Cultura; Abel Prieto, Presidente de la Casa de las Américas; Zuleica Romay Guerra, Directora del Programa de Estudios sobre Afroamérica de la institución, así como destacados escritores, artistas y promotores culturales de la isla.
La obra de Soyinka, abarcadora en cuanto a géneros y temáticas, se ha expandido por el mundo en diversas ediciones y traducciones. De modo que una carrera literaria iniciada en 1958 con la pieza teatral The Swamp Dweller, llegó a merecer el Premio Nobel de Literatura en 1986.
Jorge Fornet, director del Centro de Investigaciones Literarias y de la revista Casa de las Américas realizó las palabras de elogio, cometó sobre los muchos años que Wole Soyinka estuvo vinculado a la radio y la televisión de su país natal, desde los cuales defendió el derecho nigeriano a la independencia y la democracia. Dicho activismo le motivó a dedicar sus palabras de recibimiento del Nobel al líder sudafricano Nelson Mandela, víctima de encarcelamiento por su lucha en contra del apartheid. A sus noventa años, Soyinka continúa alzando la voz en defensa de las causas justas, como lo hiciera ante el colonialismo británico.
Forma parte de esa «tribu transcultural de artistas, escritores e intelectuales» que él mismo describiría en el año 2001 en las palabras inaugurales del Premio Literario Casa de las Américas, comunidad que ha sido temida y amenazada por las oligarquías dominantes. Sufrió periodos de aislamiento, persecución y claras sentencias de muerte por ser un activo voluntario en las causas civiles nacionales, y mantener una postura crítica ante los gobiernos opresores impuestos en África.
Su sólida trayectoria en el teatro lo mantendría en contacto con los espacios de la Casa de las Américas, a donde llegó por primera vez en 1964, en calidad de invitado al IV Festival de Teatro Latinoamericano en La Habana y al Primer Encuentro de Teatristas. Con esta medalla, las luchas de África y América Latina se unirán para siempre en los nombres de Wole Soyinka y Haydee Santamaría, hacedores de las causas justas.
Con el novelista, crece la lista de autores cuya obra ha merecido el galardón otorgado desde 1989. Nombres como Eduardo Galeano, Atahualpa del Cioppo, Darcy Ribeiro, Mercedes Sosa, George Lamming, o la recién homenajeada Alice Walker, recuerdan junto a Soyinka la necesidad de hacer crecer nuestras culturas a pesar de marginalizaciones, opresiones, dictaduras y genocidios, obsesión que acompañó toda obra realizada por Haydee Santamaría.
Al finalizar, Zuleica Romay Guerra, Directora del Programa de Estudios sobre Afroamérica, entregó al dramaturgo un cartel de la obra teatral La casa vieja, del cubano Abelardo Estorino, presentada en el IV Festival de Teatro Latinoamericano que la Casa de las Américas convocó en 1964 y que tuvo a Soyinka entre sus invitados.
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