El 12 de febrero de 2025, la noticia del fallecimiento del trovador Eduardo Sosa consternó a los seguidores de su música dentro y fuera de Cuba. Entre lamentos, su voz se escuchaba una y otra vez en cada casa, aquella voz con la que dio vida a sus composiciones y reanimó las letras de la trova tradicional cubana. Sin embargo, la celebración en honor a los 53 años de vida que hubiese alcanzado no se hizo esperar.
El 18 de abril, en el patio de la Galería Haydee Santamaría de la Casa de las Américas se dieron cita amigos y colegas del gremio musical para compartir desde las guitarras, el tres, el saxofón y la voz, las letras que inspiraron el quehacer de Sosa durante años. Junto a ellos, la 34 Brigada Juan Rius Rivera de Puerto Rico, liderada por Milagros Rivera, rindió homenaje al trovador cubano y a los lazos forjados por ambas naciones a través del intercambio y la creación musical.
Abel Prieto Jiménez, presidente de la Casa de las Américas, dio apertura al encuentro en el que participaron los trovadores Heidy Igualada, Jovany Palma, Diego Cano, Silvio Alejandro, Cesar López y Marta Campos, acompañados por el guitarrista Alejandro Valdés y las palabras del multinstrumentista Abel Acosta, quien compartió múltiples anécdotas de su amistad con Sosa.
Tal y como expresaran los hermanos boricuas, hablar del santiaguero implica traspasar los límites de la música cubana y adentrarse en la identidad de los pueblos caribeños donde surge nuestro canto popular, desde la trova hasta la décima. Una a una, cada letra entonada por los participantes evocaba aquella tradición a la que Sosa dedicó su carrera. Recordarlo fue recordar a Pablo Milanés, Sara González o Carlos Puebla. En este sentido, la ocasión permitió revivir hitos de cada generación.
El mítico bolero «Convergencia», composición de Bienvenido Julián Gutiérrez cuya interpretación fue llevada a cabo tanto por el puertorriqueño Johnny López como por el cubano Miguelito Cuní, conquistó al público cuando llegó en la voz de Diego Cano y Abel Acosta. La voz de Silvio Alejandro en temas como «Proposiciones» y «Preludio de Girón» rememoró las célebres interpretaciones de Pablo Milanés y Silvio Rodríguez.
Con letras de su autoría, Heidy Igualada ofreció entre sus canciones memorias del recorrido transitado junto a su amigo Sosa. En más de una ocasión, César López complementó la lírica con solos de saxofón que incluyeron desde la trova cubana hasta la melodía de «Yesterday». Para mayor alegría, su voz se unió al canto en «Pequeña serenata diurna» y en el puertorriqueño «Borinquen querido».
La peña en la que no podía hablarse de la ausencia de Eduardo Sosa cerró con los acordes de «Hasta siempre comandante», el himno de Carlos Puebla que interpretaron a coro los trovadores.
Como un homenaje más a la labor de Sosa y a su paso por Puerto Rico, la Brigada Juan Rius Rivera entregó a la presidenta del Instituto Cubano de la Música, Indira Fajardo, un afiche diseñado en honor al músico y fueron entonadas las canciones populares de «Feliz cumpleaños» propias de cada pueblo.
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