Con la distancia de 26 años entre ellas, la fecha del 16 de agosto se torna imprescindible para la historia de la Cuba republicana: en 1925 se inauguró el Congreso Nacional de las agrupaciones comunistas de Cuba y su fusión daría como resultado la fundación del primer partido marxista-leninista del archipiélago con el nombre de Partido Comunista de Cuba. Congreso que se clausuraría al día siguiente y en una tercera Jornada, el día 18, se efectuó la primera reunión del Comité Central para elegir al secretariado y las comisiones de trabajo.
En 1951, en un contexto totalmente distinto, dejaba de existir Eduardo René Chibás Ribas, líder del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxos) tras dispararse con un arma de fuego días antes, en plena transmisión radial en la CMQ.
Ambos partidos y sus líderes jugaron roles trascendentes en el devenir republicano y fueron parte, de alguna manera, del proceso que desembocó en la primera revolución socialista triunfal en el continente americano el 1ro. De enero de 1959 bajo la conducción de Fidel Castro Ruz.
Un partido de las clases trabajadoras y para las clases trabajadoras
Las ideas socialistas llegaron a Cuba en la segunda mitad del siglo XIX, a fines del período colonial, de forma dispersa y mezcladas con las ideas anarquistas, socialdemócratas y anarco-sindicalistas, pero tardaron en llegar las ideas marxistas, incluso, cuando se funda el partido en 1925 aún no están enraizados el marxismo y el leninismo entre sus primeros militantes, aunque sí se declaraban marxistas.
Esa amalgama de ideas tuvo expresión en la proclamación de la “república federal social” del movimiento cívico-militar de Laguna de Varona por el mayor general del Ejército Libertador Vicente García, bajo la influencia de varios comuneros de París que integraron sus huestes. También formaron parte de la ideología de la Liga General de los Trabajadores de Cuba (LGTC), central sindical fundada en 1889.
Diez años más tarde, Diego Vicente Tejera, en plena ocupación militar estadounidense funda el Partido Socialista Cubano y en 1900 el Partido Popular Cubano, que no ha de confundirse con el Partido Popular fundado en la década del 20 por el corrupto Alfredo Zayas con fines politiqueros. En 1905 Tejera funda el Partido Obrero Socialista Cubano. Ninguno de esos partidos eran comunistas ni marxistas, eran de tendencia socialdemócrata de izquierda y tuvieron muy efímera existencia.
El propio año de 1905, Baliño funda el Club de Propaganda Socialista y comienzan a divulgarse con cierta amplitud las ideas marxistas en Cuba, bajo la influencia de la Revolución de Octubre en Rusia surgen las agrupaciones comunistas de La Habana, Guanabacoa, San Antonio de los Baños y Manzanillo, así como una Sección Hebrea que contaba con una Juventud Comunista.
En el congreso fundacional del Partido Comunista, José Miguel Pérez Pérez, dirigente obrero de 29 años, nacido en las Islas Canarias, sería electo secretario general y el joven habanero de 22 años Julio Antonio Mella Mc Pharland, que ya había fundado tres años antes la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), asumiría la secretaría ideológica. Integraron además el Comité Central: Carlos Baliño, Alejandro Barreiro, Venancio Rodríguez, Rafael Suárez y Yoshka Grinberg.
Carlos Baliño, había sido fundador junto a José Martí del Partido Revolucionario Cubano en 1892 constituyendo el enlace histórico entre la generación que luchó por la independencia y las nuevas generaciones que se enfrentaban al complejo panorama neocolonial.
José Miguel Pérez es deportado el 31 de agosto, antes de terminar el mes fundacional de la organización partidista, Mella encarcelado y posteriormente exiliado. El nuevo partido se sumió en la más completa clandestinidad y por su filiación a la III Internacional fue víctima de una cruel campaña difamatoria sobre su papel como agente de la Unión Soviética.
En 1927 asumiría como secretario general el poeta y abogado Rubén Martínez Villena, que ya lo era de la Confederación Nacional Obrera de Cuba (CNOC) desde el asesinato en 1926, de Alfredo López Arencibia, su líder fundador. En 1930 se crea la Liga Juvenil Comunista y en el 31, la desafiante Liga de los Pioneros, una organización infantil.
Si bien jugaron roles muy importantes en el derrocamiento de la tiranía de Gerardo Machado Morales, organizaciones como el Directorio Estudiantil Universitario (DEU), el Ala Izquierda Estudiantil; Unión Revolucionaria, fundada por Antonio Guiteras, organización insurreccional que llegó a levantarse en armas con una guerrilla en Oriente el 24 de febrero de 1933 y otras organizaciones y movimientos, es innegable que fue el Partido Comunista y la CNOC, dirigidos por Villena, quienes dieron el puntillazo final a la tiranía, con la huelga general revolucionaria iniciada el 6 de agosto de 1933 que provocó la huida del tirano el día 12. Sin embargo, la mediación de la diplomacia estadounidense con la oposición burguesa, las organizaciones reformistas y el ejército, impidieron la toma del poder político por las masas.
En lo adelante, el desarrollo de este partido, pudiera valorarse, como el de cualquier otra formación política, con un balance de logros y deficiencias, de éxitos y reveses, de aciertos y desaciertos, tinos y desatinos… pero siempre, al lado de las masas trabajadoras, con gran espíritu de sacrificio, entrega a su causa y limpieza moral de la inmensa mayoría de su membresía, con el objetivo final de realizar la revolución social.
Villena muere el 16 de enero de 1934, ese año el partido realiza su segundo congreso y asume la secretaría general Blas Roca Calderío. De Partido Comunista de Cuba, adopta el nombre de Partido Unión Revolucionaria Comunista (PURC) en 1938 cuando es legalizado y en 1944 el de Partido Socialista Popular (PSP) que mantiene hasta la disolución de la organización en su IX Conferencia Nacional en junio de 1961 para unificarse con el Movimiento 26 de Julio y el Directorio Revolucionario 13 de marzo y formar las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI) con Fidel Castro Ruz de secretario general, que dio paso en marzo de 1962 al Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (PURSC) y finalmente, el 3 de octubre de 1965 al actual Partido Comunista de Cuba.
Este autor recomienda, para los interesados en profundizar sobre la trayectoria de este partido, fundado hace 99 años, los tres tomos del libro de Angelina Rojas Blaquier, publicados por la Editorial Oriente: Primer Partido Comunista de Cuba. Los tomos abarcan tres períodos: 1925-1935, 1935-1952 y 1952-1961.
Importante también leerse el Informe Central al Primer Congreso del actual Partido Comunista de Cuba, presentado el 17 de diciembre de 1975 por su primer secretario Fidel Castro Ruz, donde realiza un análisis crítico pormenorizado, e histórico del proceso revolucionario cubano.
Chibás y la Ortodoxia jugaron un papel importante en la conciencia política revolucionaria del pueblo cubano
La muerte de Eduardo Chibás, el 16 de agosto de 1951, fue un duro golpe para los militantes, seguidores y simpatizantes del Partido Ortodoxo, como comúnmente se le llamaba al Partido del Pueblo Cubano (PPC) fundado el 15 de mayo de 1947 por el propio Chibás.
Nacido en Santiago de Cuba el 26 de agosto de 1907, sale a la luz en la historia política cubana cuando integra el núcleo fundador en 1927 -contaba 20 años de edad y era estudiante de la Universidad de La Habana- del Directorio Estudiantil Universitario (DEU), una formación de tendencia reformista, de profesores y estudiantes de la entonces única casa de altos estudios en Cuba. Una parte del DEU se radicaliza posteriormente y decide separarse de esa organización y crear el Ala Izquierda Estudiantil. Chibás no la integró, marcando con su decisión, su postura política para el resto de su existencia: el reformismo.
Tras el derrocamiento del gobierno del presidente Ramón Grau San Martín con la figura descollante de Antonio Guiteras Holmes como secretario de Gobernación, de Guerra y Marina (Gobierno Grau-Guiteras o Gobierno de los Cien Días), el 15 de enero de 1934, mediante un golpe militar dirigido por el jefe del Ejército coronel Fulgencio Batista Zaldívar, Grau funda el Partido Revolucionario Cubano (Auténtico) y Chibás se cuenta entre sus fundadores y entre sus 16 delegados a la Asamblea Constituyente de 1940.
Este partido triunfa electoralmente, con una mayoría abrumadora el 1ro. de junio de 1944, en lo que su líder Grau denominó la jornada gloriosa, frente a la heterogénea coalición Demócrata-Socialista que gobernaba desde 1940 y toma posesión de los poderes públicos el 10 de octubre de 1944. En este contexto, Chibás es electo senador para el período 1944-48.
Sin embargo, la decepción popular hacia el Partido Revolucionario Cubano (Auténtico), cuyo nombre era en alusión al partido fundado por José Martí en 1892 y se declaraban continuadores de sus ideas, en el acta fundacional, comienza a manifestarse cuando la corrupción administrativa y el crimen político, alcanzan niveles insospechados en municipios, provincias y el gobierno nacional.
Siendo senador de la república por el gobernante Partido Auténtico, Eduardo Chibás rompe con el autenticismo y funda un nuevo partido el 15 de mayo de 1947, identificado rápidamente como Partido Ortodoxo, con una escoba como símbolo, significando que había que barrer los males que afectaban la república y la consigna: “vergüenza contra dinero”.
No obstante, la decepción que comenzaba a registrarse en el pueblo y el ascenso gradual de la ortodoxia, en las elecciones del 1ro. de junio de 1948, el autenticismo logra la reelección y el 10 de octubre de ese año, asume la presidencia, Carlos Prío Socarrás, quien fuera ministro de Trabajo en el gobierno que cesaba, aliado de los gánsteres y pandilleros que habían asesinado líderes obreros y asaltado, armas en mano, los sindicatos, expulsando a sus líderes unitarios, casi todos de filiación comunista.
Con Prío, la corrupción llegó al tope y en esa situación, la figura de Chibás se alzó entre la podredumbre para enfrentarla con denuncias en la prensa plana, radial y en actos políticos públicos. Sin dudas, la simpatía popular hacia la Ortodoxia y hacia Chibás iba creciendo a diario y se pronosticaba por muchos observadores una victoria de esa fuerza en las elecciones generales que habrían de realizarse el 1ro. de junio de 1952 y que Fulgencio Batista truncó con un artero golpe militar el 10 de marzo de ese año, pero ya, para entonces, si bien la Ortodoxia seguía siendo la aspiración del pueblo como opción en las urnas, ya Chibás no estaba, su muerte había ocurrido el 16 de agosto del año anterior, diez días antes de cumplir sus 44 años de edad.
Su suicidio en plena transmisión radial fue llamado por él mismo: el último aldabonazo, y lo hizo para calar aún más en la conciencia popular de la necesidad de transformar la realidad del país.
Un joven abogado, graduado en la Universidad de La Habana en 1950, llamado Fidel Castro Ruz, integró la Juventud Ortodoxa, primero, e ingresó después como militante de ese partido y aunque ya tenía ideas marxistas, el ejemplo de Chibás influyó profundamente en él. Fidel era candidato a representante en el parlamento cubano por el Partido Ortodoxo, promovido por el barrio de Cayo Hueso, del municipio de La Habana, para las elecciones de junio del 52.
El 16 de enero de 1959, días después de haber triunfado en la guerra de liberación que lideró frente a Batista, Fidel regresó al sepulcro de Chibás en la necrópolis de Cristóbal Colón en La Habana y ante sus restos y recuerdo expresó:
“Sin la ideología, sin los sentimientos, sin la prédica de Chibás, y lo que hizo, sin su civismo y la rebeldía que despertó en la juventud cubana, el 26 de julio no hubiera sido posible”.
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