En una sesión solemne de la Academia de Historia de Cuba (AHC), en el patio del Palacio de los Capitanes Generales, actual Museo de la Ciudad, se presentó el libro La revolución de 1868. Estudios históricos, gestado por la Academia y editado por Ediciones Boloña, y se dieron a conocer los nombres de los tres nuevos miembros de número de la entidad, aprobados por voto directo y secreto.
El libro, de cerca de seiscientas páginas, es una compilación de veinte ensayos de estudiosos y especialistas sobre la guerra fundacional por la independencia cubana, librada en los años de 1868-1878, contra el colonialismo español.
Bajo el cuidado de su compilador, Dr. Oscar Zanetti Lecuona, el libro examina en tres secciones, en las que se agruparon los textos, a saber, Escenarios, Protagonistas y Revisiones, diferentes aspectos de la denominada Guerra Grande o Revolución de Céspedes. La mirada panorámica que ofrece el volumen es de mucho interés sobre un acontecimiento que ya reúne dos extensas bibliografías, la realizada en 1968 por la Dra. Aleida Plascencia y la realizada medio siglo después, en 2018, por la Dra. Araceli García Carranza, dos vastos repertorios indicativos del profundo interés investigativo existente.
En el volumen, bellamente editado y diseñado por Boloña, se exhiben nuevas y viejas discusiones acerca de las percepciones históricas de la batalla independentista, con la ventaja presente del saber acumulado durante todos estos años de investigaciones historiográficas. Previsto para publicarse en ocasión del 150 aniversario del 10 de octubre de 1868, por problemas de diversa índole el libro se publicó tres años más tarde, pero sin dudas, es un gran homenaje que la Academia de Historia de Cuba ha realizado a aquella magna epopeya y a sus heroicos protagonistas.Aparecen en sus páginas ensayos de ilustres historiadores como los doctores María del Carmen Barcia, Olga Portuondo, Elda Cento, José Abreu Cardet, Rolando Rodríguez, Sergio Guerra, Pedro Pablo Rodríguez y Oscar Zanetti, entre otros.
Como parte de la sesión solemne, el Dr. Torres Cuevas, presidente de la Academia, rindió homenaje a los miembros de número fallecidos recientemente y en especial a Leal, a quien se le dedicó un minuto de silencio por los presentes. Además, Torres Cuevas anunció las actividades a realizar por la AHC, a medida que se regrese a la normalidad del país. Las primeras serían los actos de ingreso oficial de los tres nuevos miembros elegidos en esta ocasión.
La actividad previa a la sesión solemne fue el tradicional acto por el 10 de octubre, que organiza cada año la Oficina del Historiador de la Ciudad, y en el que participaron dirigentes del país, personalidades de la cultura y algunos invitados especiales. Se recordó particularmente al Dr. Eusebio Leal, historiador de la ciudad y figura que trazó ese tipo de acto como un ritual solemne para recordar anualmente la fecha del alzamiento en el ingenio La Demajagua por Carlos Manuel de Céspedes y sus hombres. Eusebio Leal también jugó un rol decisivo en la segunda fase de vida de la Academia, iniciada en 2010, cuando se reconstituyó este cuerpo académico y se puso a funcionar bajo preceptos actualizados y correspondientes al momento histórico. De hecho, la letra B, la que ocupó Leal, será retirada, de manera que nadie más ocupe ese escaño académico, según anunció Torres Cuevas en la sesión.
La Academia originaria fue creada en agosto de 1910,después de la restauración de la República, una vez finalizada la segunda intervención norteamericana en la isla. Se consideró en aquel instante que había sido un acto de reafirmación nacional por necesitar el país con urgencia de instituciones que reforzaran la cultura, historia e identidad nacional. Su vida comenzó el 10 de octubre de ese año, en homenaje al 10 de octubre de 1868. Fue una de las primeras academias de historia creadas en el continente, solo precedida por las de Venezuela, Argentina, Colombia y Perú.
En 1919 comenzaron a publicarse los primeros tomos de Anales de la Academia de la Historia, hasta 1956 en que se interrumpieron. También se publicó, entre 1944 y 1956, un Anuario que recogía la vida interna de la entidad. Otros libros fueron editados por la primera AHC. Esta primera etapa de la AHC duró hasta 1962.
La segunda fase de la vida de la AHC comenzó el 24 de febrero de 2010, cuando se nombraron los veintiocho miembros de número y su presidente, el Dr. Eduardo Torres Cuevas. La misión fundamental de la AHC consiste, de acuerdo a sus Estatutos, en ser la máxima autoridad en la investigación, estudio y promoción de la Historia en el país, y salvaguardar el legado historiográfico cubano.
Actualmente, la AHC se compone de 27 miembros de número, según las letras del alfabeto, y un grupo indeterminado de miembros correspondientes. Los miembros de número, cuando son elegidos, pertenecen a la Academia hasta el final de sus vidas activas como académicos. La AHC es dirigida por una Junta Directiva escogida entre los miembros de número.
No poco importante fue el anuncio, expresado de conjunto por Magda Resik, directora de Ediciones Boloña, y Misael González, director de Patrimonio de la Oficina del Historiador de la Ciudad, de que se seguiría ayudando, como ocurrió en vida de Leal, al buen funcionamiento de la AHC.
El libro La revolución de 1868. Estudios históricos, primero editado por la nueva AHC, satisfará las más altas exigencias de los lectores, estoy seguro de ello, y será puesto próximamente a la venta en la red de librerías del país. También se dijo que será presentado públicamente en la venidera Feria Internacional del Libro.
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