Acerca de los cubanos y cubanas descendientes de los pueblos originarios de Cuba: nuevos acontecimientos


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El II Taller de Indigenidad Cubana Valores y saberes: “El mundo de las plantas” se llevó a cabo en Playitas de Cajobabo del 6 al 9 del pasado diciembre, ante la presencia, participación y “el liderazgo tradicional del Cacique Francisco “Panchito” Ramírez Rojas, quien se dio a respetar en su reclamo histórico sobre la descendencia indocubana” (“Boletín Cajobajo”, no. 2, 2018, p.1) y decenas de miembros de sus familiares miembros y  representantes de las familias Ramírez Rojas y Rojas Ramírez, campesinos con tierras propias, profesionales, poetas, artistas… procedentes de distintos municipios de Guantánamo, Santiago de Cuba, Holguín y de otras provincias orientales. 

Este Taller fue organizado por los investigadores MSC Alejandro Hartmann, Historiador de Baracoa, y el Dr. José Barreiro, Investigador Emérito de la Institución Smithonian (sede en Washington, Estados Unidos) Estudios Nativos Americanos, jubilado, ambos promotores del proyecto La Gran Familia, relacionada con el estudio del Legado Indígena del Caribe. El encuentro recibió auspicio, y “el apoyo del Consejo Nacional de Patrimonio, la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, la Red de Oficinas del Historiador y Conservador de las Ciudades Patrimoniales de Cuba, la Casa de las Américas, la Fundación [de la Naturaleza y el Hombre] Antonio Núñez Jiménez (Fanj), la Dirección Provincial de Patrimonio de Guantánamo, el Proyecto Playitas de Cajobabo: Sendero Eco-Histórico, la Casa Natal José Martí, la Asamblea Municipal del Poder Popular de Imías, la Dirección Municipal de Cultura de Imías, la Sociedad Cultural José Martí de Guantánamo e Imías, la Oficina del Historiador de Guantánamo, la Unión Nacional de Historiadores (Unhic) de Guantánamo e Imías, la Oficina del Historiador de Baracoa, del Museo “11 de Abril” de Cajobabo, la Sociedad Cubana de Medicina Bioenergética y Naturalista, y la OPS y OMS [Organización Panamericana para la Salud y la Organización Mundial para la Salud respectivamente] Oficina Regional para las Américas”. (“Boletín Cajobajo”, no. 2, 2018, p. 1 y 2)

Al mentado evento, fundamentalmente de significación y relevancia familiar, y desde luego, cultural, científica e histórica, asistieron representantes de diferentes tribus de los pueblos originarios de los Estados Unidos de América, Canadá —en algunos casos viven en reservas indígenas—, Puerto Rico, República Dominicana, Costa Rica, entre otros, quienes aportaron información y muestras de su diversas culturas,  principalmente en los rituales de rezos y músicas ceremoniales. 

El escenario sagrado del poblado y de las Playitas de Cajobabo, junto al Mar Caribe, afirma el historiador holguinero Cosme Casals Corella, fue por donde arribó a nuestra patria, […] “la expedición liderada por el Delegado José Julián Martí y Pérez, el Generalísimo Máximo Gómez, los generales Ángel Guerra y Francisco Borrero Lavadí, el Coronel Marco del Rosario y el Capitán César Salas, en la noche del 11 de abril de 1895, para continuar la gesta iniciada en La Demajagua en 1868. A mismo tiempo, constituye el primer campamento en tierras cubanas de la casa de los Leyva, desde donde se trasladan el día 12 por la tarde hacia la cueva de Juan Ramírez.” (2)

Allí estuvo presente en todo momento el espíritu revolucionario del pensamiento de José Martí; sus conocimientos y admiración por los pueblos originarios americanos y su cultura: “Los indígenas nos traen un sistema nuevo de vida (…) La enseñanza va a revelarlos a sí mismos.” También, se recordó al Comandante en Jefe Fidel Castro y sus visitas a estos lugares: su emocionante conversación con Salustiano Leyva, el niño de 11 años cuya familia acogió a los expedicionarios mencionados en el párrafo anterior —que aún perdura en el documental Mi hermano Fidel, del director Santiago Álvarez, 1977— y la realizada en la noche de la celebración del centenario de la expedición martiana el 11 de abril de 1995.

Así las cosas, el Taller resulta inolvidable para todos los que compartimos sus jornadas. El Programa general anuncia las siguientes actividades, que tuvieron como sede la Base de Campismo Cajobabo: Bienvenida (día 6) por la Presidenta de la Asamblea Municipal del Poder Popular de Imías, Vilmaida Machado Hernández; Canción del Sol y la Luna por el Cacique Panchito y familias; Introducción por el MSC Alejandro Hartmann y el Dr. José Barreiro. Noche de tradiciones (musicales), amenizada por el Grupo Nengón de Imías y el Grupo Guamá de la Ranchería, que nos incitó a bailar el auténtico changüi de Yateras.

En el día 7, todavía amaneciendo, presenciamos los rituales de prender el Fuego Ceremonial, en un hondón hecho en la arena de la playa (Área del Manantial Campismo de Cajobabo); allí se colocaron varios troncos de árboles cortados en los alrededores. Este Fuego estuvo vivo durante todos los días y noches del Taller. Fue cuidado, avivado, renovada la leña, por dos niños pertenecientes a la familia Rojas Ramírez. Más tarde, en esa mañana, un grupo de jóvenes llevó y depositó una ofrenda floral en el Monumento que marca el punto de desembarco de la expedición martiana en la escabrosa Playita de Cajobabo, aproximadamente a unos 10 km de nuestro campamento. Las palabras de recordación fueron dichas por el Historiador del Municipio Imías, Pedro Rodríguez Abad.

La primera sesión del Taller comprendió una Introducción preliminar del MSC Alejandro Hartmann y del Dr. José Barreiro. A continuación se desarrollaron varias conferencias magistrales. La primera fue impartida por el Dr. Ángel Graña, geógrafo, vicepresidente de la Fanj acerca de la Cultura de la Naturaleza y su promoción por el fallecido Dr. Antonio Núñez Jiménez; después presentaron sus trabajos: “José Martí: el hombre enfermo y su aproximación a las plantas medicinales” del DrC. Ricardo Hodelín Tablada de Santiago de Cuba; el musicólogo y Dr. en Arte Rolando Pérez disertó acerca de sus investigaciones sobre la primera familia Rojas asentada en San Luis de los Caneyes y su descendencia hasta la actualidad; “Ladislao Ramírez: Cacique y mambí”, por el MSC José Sánchez Guerra, Historiador de Guantánamo; “Mestizaje y prevalencia de indios en El Caney durante los siglos XVIII y XIX” por el MSC Juan Manuel Reyes Cordero de la Oficina del Historiador de Santiago de Cuba. Algunas de ellas fueron recogidas in extenso en el Boletín “Cajobabo” No. 2/2018. 

También, hicieron comunicaciones especiales el Dr. Leonardo Hinojosa responsable de cultura de la medicina natural tradicional por la Delegación del Ministerio de Salud Pública de la provincia de Guantánamo; Jaime Gómez Triana, responsable del programa sobre Pueblos Originarios de América, de la Casa de las Américas y el Director de Patrimonio de la Oficina del Historiador de La Habana.

Las mañanas de los días 8 y 9 se dedicaron a los Talleres I y II Intercambios de Saberes. Poderes Curativos de las plantas medicinales, en paneles integrados por curadores, hombres y mujeres, de distintos lugares donde radican miembros de la Gran Familia. Sus explicaciones versaron sobre descripción de plantas, usos, dosificación y comprobaciones de curaciones. 

En el Boletín “Cajobabo” No. 2, p.32-33 aparece el trabajo del Dr. José Barreiro “La primera médico de Cuba: Mariana Nava, curandera indígena taína” donde nos informa:

Un dato curioso y bello es la historia de la curandera indígena taina, Mariana Nava. Esta curadora de talento fue concedida por el Ayuntamiento de Santiago de Cuba, en 1609 “licencia para practicar la medicina, por lo que fue la primera que ejerció legalmente esta profesión en Cuba”. (3)

Otro artículo publicado en el “Boletín Cajobabo” ya citado, pp. 35-37, “Quiviján: Una experiencia local de cooperación técnica de OPS/OMS en Baracoa” de la MSC Roxana Gómez López, Consultora de dichas organizaciones en Cuba, propone un inventario de las plantas medicinales existentes en la comunidad de Quiviján, Baracoa, y divulgar el uso de estas por sus pobladores para las curaciones de sus dolencias.

Los trabajos audiovisuales del proyecto baracoano Gran familia ”aparece descrito sintéticamente por el Ing. Carlos Díaz Caballero coordinador del Grupo Kaweiro, que hace más de 6 años recorren cámara en mano los territorios donde se asientan “Panchito” y su extensa familia en el Oriente cubano; han realizado un valioso trabajo de documentación fílmica reuniendo materiales tan importantes como “Los cuentos de Panchito”, 2011-2012, “Viaje a la semilla” (demo documental, 2012) http://www.youtube.com/watch?v=k5Uq3ePNGq8 y otros. Estos se complementan con publicaciones en el sitio web http://grupokaweiro.000webhostapp.com

Un encuentro con el colega periodista Geovani Ramírez Rojas, redactor de reportajes de prensa de la Emisora Cmks de la provincia de Guantánamo (geovani@rtrinchera.icrt.cu ) me llenó de alegría y de informaciones y opiniones de un descendiente de la gran familia. Es autor del artículo “Romper estigmas y estereotipos en “La Odisea del Honor”, en el cual plantea con franqueza: “No es lo mismo decir que somos una raza “desventurada y desmemoriada”, que decir que constituimos uno de los tres pilares en los que se asienta la base de la identidad y la nacionalidad cubana, y, por demás, el primero, el autóctono.” (“Boletín Cajobabo” No. 2/2018, pp. 41 -42).

Hay autenticidad en las palabras de Idalis Ramírez Ramírez, hija de “Panchito”, al dirigirse a los participantes del Coloquio Internacional sobre Pueblos Indígenas (2014). “Decir raza es decir descendiente de indio cubano y estoy muy emocionada porque sé que estamos en vida y presentes allá y aquí. Y les traigo un mensaje de mi comunidad: somos todos uno.” Igualmente, en las que pronunció entonces “Panchito” (“Boletín Cajobabo” No. 2/2018, pp. 43 -45). Ellos son campesinos con tierra propia entregada por el gobierno de la Revolución Cubana, fundadores y miembros activos de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, de los Comités de Defensa de la Revolución, de la Federación de Mujeres Cubanas y de las Milicias Territoriales. ¿Son o no cubanas y cubanos del presente?

Gabriel Rojas Pérez, director de la Casa del Changüi, en Felicidad de Yateras, contribuyó a mis indagaciones sobre la autenticidad de ese género musical tan popular, y que a veces es confundido u omitida su identidad por compositores de otras localidades cubana. Nos permitió disfrutar y bailar dos de los más famosos de estos ritmos: Digno de lástima y Pastorita (este último difundido nacional e internacionalmente por Juan Formell). Cada noche del evento bailamos changüí interpretados en vivo o grabados; entre los bailadores incluyo a casi todos los participantes extranjeros. ¡Alegría abundante!

Para finalizar esta brevísima síntesis de un evento inmenso: en sentimientos de identidad cubana, profundidad de conocimientos y saberes, ocultos bajo el manto de la ideología colonialista —que aun impregna nuestra historiografía y cultura—  o, son simplemente ignorados por quienes se conforman con colectar datos en archivos, bibliotecas y entrevistas, sin intentar siquiera una sola visita a la realidad que debiera incluir el investigador o investigadora en el análisis de sus temas, publicaciones y propuestas.

 Mochila al hombro hay que recorrer de nuevo y observar cada sitio o lugar donde se hizo y se hace la Historia de Cuba; hay que comprobar y desbaratar los mitos repetidos, extraídos de “fuentes sacralizadas” a falta de estudios documentales críticos, sobre la base de métodos hermenéuticos.

Uno de esos mitos, el más antiguo y aun recurrente es precisamente el mito del “aniquilamiento”, o de la “extinción total” de los indocubanos; otro, el de la falta de autenticidad identitaria de sus descendientes mestizados, con el fin perverso de privarlos por segunda vez de sus tierras, ambos elaborados desde mediados del siglo XVIII, y repetidos una y otra vez en textos publicados en el siglo XIX, XX y hasta el XXI. Negar o borrar de nuestra cultura nacional esta raíz primigenia, humilde, campesina de loma arriba, y sus múltiples huellas, sin atender a la realidad de su vigencia, pues, a pesar de todo y de todos sus negadores, ellas persisten hasta hoy. Panchito, Reina, Idalis, Gabriel, Geovanis, Alina, Francisca… entre las decenas con quienes conversé, reí, bailé, grabé y fotografié ¡definitivamente no son fantasmas! ¡Son legítimos miembros de mi familia extendida, a lo cubano!

Con justicia y eticidad científica debemos reexaminar nuestros textos y programas de Historia para trabajar y elaborar otra teoría, la más realista y verdadera, la que sustente y respete la sobrevivencia histórica del indígena y de sus descendientes, conozca de los modos de su resistencia cultural invencible a través de más de cuatro siglos de ocultamiento u olvido (ignorancia de lo local, de aquello de lo que estamos alejados geográficamente). Agradecer a la defensa de su dignidad como individuos y del origen y aportes de su/nuestra cultura —sabiamente intuida por José Martí— que es leal al amor a la Madre Tierra, al Sol, la Luna, las Estrellas y el Fuego Sagrado, y a su gran familia, que a todos nos incluye en un abrazo fraternal, cubano.

Al decir soy cubana, también afirmo con orgullo mi raíz indígena, europea (porque me formaron también con gotas de sangre francesa, no solo españolas) y africana. De ellas vienen mis ancestros, ellas me nutren y me unen con el resto del sistema mundo; en fin, dan plenitud a mi existencia humana.


3 comentarios

Carolyn de Jesús Peguero
18 de Enero de 2019 a las 03:25

Los indios han tenido sus tierras propias siempre, pues ellos son los verdaderos dueños de Cuba. HEREDEROS naturales de los antiguos caciques; todas las tierras de Cuba es de ellos, solo hay que hacer ESCRITURAS. E incluso devolverles tierras que le fueron arrebatadas por españoles y norteamericanos.


Jose Barreiro
19 de Enero de 2019 a las 18:11

Bello comentario, al dedillo de una realidad que vuelve a mostrarse. Gracias a Lohania.


Lohania Aruca Alonso
21 de Enero de 2019 a las 13:18

Para Carolyn de Jesús: Gracias por su comentario. Debe saber que en 1959 se hizo una Ley de Reforma Agraria en Cuba por la cual se entregó escritura de propiedad a todos los cubanos y cubanas que trabajaban directamente su tierra hasta un número fijo de hectáreas. Entre ellos por supuesto estaban incluidos los descendientes de indocubanos expropiados por los españoles y posteriormente por los norteamericanos y la oligarquia criolla. Por favor, revise la Gaceta Oficial de la República de Cuba y la prensa de 1959. Además, hay mucho más escrito sobre la titularidad de los campesinos cubanos en los medios de la ANAP (Asociación Nacional de Agricultores Pequenos, Cuba). Saludos, Lohania Aruca Alonso

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