A Aida-Flor, nuestro eterno agradecimiento


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El volumen Aida, de la autora Flor de la Concepción Nodal Montalvo (1), más que el tributo de una hija a su inolvidable madre, es la razón de ser, de vivir, de aunar verdades e inteligencias, de disfrutar y ennoblecer aún más lo bello, y de corroborar día a día que la vida es sublime si logramos siempre, y con mucha gratitud, elevarla junto al amor al prójimo. Hacia aquellos otros que muchos dejan pasar inadvertidos, pero que siempre y al correr del tiempo en nuestras conciencias, impondrán su incalculable suma de conocidos, vecinos, amistades y hasta de familiares, guardando consigo los más hermosos valores de lo humano.

Así, es este  libro concebido por Flor, pues en cada una de sus páginas refleja el talento de su querida madre dispuesta “a darlo todo por cada uno de sus hijos”, como dirían o escribirían algunos, haciendo casi iguales (y hasta vacías), tales palabras en muchísimas oportunidades.

Pero en el caso de este volumen –y así lo considero--, es el retrato imperecedero de quien aún acompaña de la mano a la Autora de sus días en todo momento: en horas agradables y difíciles, junto a su padre, sus hermanos, sus amigos, sus vecinos…en su inmensidad plena y repleta de fervor. ¿Cómo concebirlas en otro siglo en un campamento mambí, y con algo que Flor siempre ha practicado a cabalidad: su Cubanidad? Surgida, de seguro, de las enseñanzas y consejos de Aida, de su ética como Madre en todos los momentos de la vida.

Anécdotas de humor nunca faltarán en las páginas de este excelente libro, al ser su Autora dueña de una vertiente laboral-profesional bien reconocida, incluso, durante su permanencia como animadora de programas juveniles de la Televisión cubana, y de su relación y excelente batuta de aprendizaje por parte de uno de los pilares de la dramaturgia, locución y animación cubanas: Germán Pinelli.

A Flor, a este, su libro modesto pero con una riqueza humana como pocos, nuestro agradecimiento y, a la vez, el eterno reconocimiento de alguien que bien lo atesoraría entre sus innumerables escritos en estos tiempos urgentes de unidad y solidaridad:

“Aún buscan las madres en la sombra de sus hijos; aún extienden los brazos para estrecharlos en su pecho; aún brotan de sus ojos raudales de amarguísimo llanto; aún se alzan tremendas ante los matadores con ese inmenso grito (…) Pero las madres son amor, no razón; son sensibilidad exquisita y dolor inconsolable”.

José Martí.

(2) José Martí. O.C. 27 de Noviembre, 1872. T.1, p. 84).

. (1) Nodal Montalvo Flor. Aida. Acercándonos Ediciones. Buenos Aires, Argentina, 2020.


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