Quienes por estos días se tomen un respiro en los sombreados bancos de la Plaza de Armas o transiten por ese encantador sitio de La Habana Vieja, no podrán sustraerse a los rostros de jóvenes muchachas que desde el interior de la galería Rubén Martínez Villena parecen observar al caminante.

Son los lienzos que hasta mediados de octubre expone allí Alexander Silva (Mayabeque, 1976) bajo el título de Mundo impreciso, a partir de la selección de siete de las obras que integran su serie Vestigios de refiguración, de 2017.

La creciente influencia de los medios de comunicación en los tiempos que corren y la amenaza de que se multiplique en los que están por venir; así como la capacidad de estos para burlar distancias y contextos, han sido fuente de inspiración para el artista.

Con el empleo de grandes formatos y primeros planos que suscitan el ser asociados con la fotografía, Alexander Silva logra establecer cierta empatía entre el sujeto del retrato y el observador, la cual es no obstante entorpecida por el fuerte cromatismo y en ocasiones hasta pixelación, propios de las actuales tecnologías de la información y el entretenimiento.

De tal modo, es desvirtuada la identidad del sujeto, resultado consustancial en mayor o menor grado al tránsito de cualquier individuo por los medios de comunicación masiva.

El dominio del color y del dibujo en el autor de estas piezas, son también elementos dignos de destacar en la muestra que invita a la reflexión a quienes con toda intención traspasen las puertas de la galería, o simplemente se sientan atraídos por esos rostros que tras los cristales parecen observarles a lo lejos.