Dueño de un prestigio internacional poco común a su edad, Sislej Xhafa (Kosovo, 1970) exhibe desde este viernes en el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) Rosa azul, la más completa retrospectiva de su obra que se haya podido apreciar en Cuba, donde ya es conocido por su participación en la X Bienal de La Habana de 2009 y en la exposición colectiva que por los 25 años de Galería Continua se organizara en 2015 en el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam.

Precisamente con el apoyo de Galería Continua se realiza esta muestra, previo a la cual el artista sostuvo un intercambio con la prensa en el Edificio de Arte Universal, enclave de sus piezas hasta el próximo16 de diciembre.

Presente en el encuentro, Jorge Fernández, director del MNBA y curador de la exposición, aseveró que la que se presentará en esta institución será una muy amplia retrospectiva, en cierta medida superior a la que en fecha reciente estuviera instalada en el MAXXI de Roma, uno de los tantos prestigiosos museos en los que ha exhibido su trabajo el kosovar, frecuente invitado de la Bienal de Venecia.

Ante la carencia en la Isla de un museo de arte contemporáneo universal, dijo Fernández, este proyecto se inscribe en el propósito de la institución que dirige de traer ante el público cubano el quehacer de importantes artistas internacionales.

La alegría que le ha producido la exposición y el desafío que constituyó para él la hermosa arquitectura del Edificio de Arte Universal, fueron las primeras expresiones de Xhafa ante los reporteros. Y es que, para este creador, es de vital importancia su relación con el contexto en el que ha de instalar las obras, las que mutan de un lugar a otro, pudiendo incluso enriquecerse, a partir de su inserción en un entorno físico o social diferente.

Ejemplo de ello es la pieza El archivo de las trenzas, según explicó el artista. Esta, la realizó por vez primera en 1999 para la Bienal de Venecia bajo el título Casa s/t, rehaciéndola ahora para el contexto cubano, con otros materiales y concepto.

Confeccionado con cajas de madera, de las que suelen transportar productos agrícolas (rubro fundamental en nuestra economía), dicho recinto nos remite a la etapa de la esclavitud, base del posterior desarrollo capitalista en los pueblos latinoamericanos. De ahí que diseminados por los “estantes del archivo” el artista colocara mechones de cabellos; símbolo de identidad y único elemento material que no les pudo ser arrebatado a aquellos seres secuestrados de su natal África.

Asimismo, integró a la arquitectura del inmueble El arado, instrumento usado en nuestra agricultura, el cual pende cargado de luces a la entrada del edificio, cual lámpara de araña.

Acerca del título de la retrospectiva: Rosa azul, señaló que, partiendo de su preferencia por darle un peso a lo humano en su trabajo, tal flor es símbolo de sentimientos, de amor, de delicadeza. Su color, en tanto, es el que envuelve a nuestra isla, por el mar y por el cielo.

Para Xhafa, quien plantea en sus piezas interrogantes del mundo contemporáneo al espectador, el arte es un arma de resistencia necesitada actualmente de nuevas vías para expresar nuestro tiempo, definiéndose él por la ironía, por un balance visual entre lo agresivo y lo amable.

A pesar de admitir que no conoce suficientemente el panorama artístico cubano como para emitir un criterio valorativo, sí dijo sentirse admirado por la creatividad de muchos de sus jóvenes representantes, cuyo quehacer es reconocido internacionalmente.

“Los cubanos son creativos en su vida diaria. Solo hay que salir a la calle para percatarse. Es un gran desafío competir con eso”, concluyó sonriente este kosovar que, no obstante amar entrañablemente su patria, se siente ciudadano del mundo.