Aprobado en Cuba el Programa nacional contra el racismo y la discriminación racial


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El Consejo de Ministros de la República de Cuba aprobó, en su más reciente reunión, el Programa Nacional contra el racismo y la discriminación racial que contendrá planes, objetivos y tareas en cada esfera económica y social, territorio y localidad del país. “Un traje a la medida” pues el racismo, la discriminación racial, el regionalismo, las discriminaciones por origen étnico o nacional no se presentan por igual en cada espacio de Cuba ni en todas las ramas de la economía y la sociedad. Sin embargo, hay que admitirlo, subsisten los criterios y prejuicios racistas en un número de personas y cuando estas están empoderadas económicamente ―hay presencia de este fenómeno en la pequeña empresa del sector privado― o política, artística o administrativamente, se produce entonces acciones discriminatorias y excluyentes.

Silenciar el problema, como ya ocurrió durante varios años, no es solución alguna pues el ser humano solo es capaz de resolver los problemas que reconoce. Magnificarlo, tampoco es solución, en Cuba no hay un racismo exacerbado ni es una práctica social extendida, el Poder Revolucionario desde hace sesenta años quebró y eliminó las causas y bases estructurales del racismo por lo que no existe un racismo institucionalizado aunque sí algunas condiciones objetivas y muchas subjetivas ―el prejuicio― que lo provocan. Tampoco es una solución, abordar el asunto en Cuba con patrones exógenos. No hay una mayoría con minorías nacionales en Cuba, el etnos cubano es único, inclusivo y mestizo aunque heterogéneo por su multiplicidad de orígenes y diverso por el amplio abanico de colores de piel de las personas.

Cultural y genéticamente se ha probado el mestizaje del cubano, los resultados del Mapa Genético Cubano, Premio Academia de Ciencias de Cuba 2015, así lo demuestra, no obstante, la esclavitud coloreada desde la conquista española en 1510 hasta su abolición en 1886, la marginación de sus descendientes durante la colonia y la república neocolonial ha sido causa de una influencia en las mentes colonizadora y eurocentrista.

Las migraciones internas y la no aceptación en una región del inmigrante procedente de otra, con sus costumbres y tradiciones propias, es otra práctica asociada al racismo, una especie de xenofobia “a lo cubano” que debe cesar.

Desde su VI Congreso en 1998 y provocado el análisis por el líder de la Revolución Fidel Castro Ruz, la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) ha sido la abanderada de esta lucha por enfrentar el racismo y sus otras prácticas asociadas. Después de su primer proyecto para debatir el tema denominado “Color cubano”, en 2009 se crea una comisión permanente de trabajo que al año siguiente recibió el nombre José Antonio Aponte, la cual ha logrado liderar el tema, convocar proyectos y eventos, tener su propio espacio en la radio nacional (una sección semanal en el programa Así, de Radio Rebelde) y dialogar con la más alta dirección del Estado, el Gobierno y el Partido Comunista desde el 2011.

El nuevo Programa Nacional contra el racismo y la discriminación racial es resultado en buena medida de esa labor de artistas y escritores cubanos y de la intelectualidad en general que ha incidido en proyectos y programas socioculturales; planes de estudio, programa y textología escolar; en “colorear” espacios informativos y dramatizados de la televisión cubana; en llevar a debate el tema aunque aún discrecionalmente; actividades conmemorativas y otras.

Este programa cuenta con una comisión gubernamental presidida por el presidente de la República, en la que participan varios organismos de la administración central del estado y organizaciones de la sociedad civil y mensualmente chequeará tareas, analizará informes y rendiciones de cuenta. Acciones concretas en materias de políticas públicas deberán ir transformando el contexto en esta Isla de la Libertad para más justicia social plena, pues los derechos de igualdad están garantizados constitucionalmente y el delito contra la igualdad está previsto y sancionado por el Código Penal.

Transformar las mentalidades, enterrar por siempre los prejuicios contra el negro, el mulato, el indígena, el amarillo y los no blancos en general, o contra el oriental, el guajiro y el no habanero sea de donde sea, sí no es tarea fácil, el prejuicio está presente en chistes, en conductas, en la convivencia… tener conciencia de que en Cuba prima el mestizaje con independencia del color de la piel de las personas, de que no existe una superioridad estética, física ni intelectual blanca, que mientras más claro sea el color de la persona es “más adelantado” y mientras más oscuro “más atrasado”, es una tarea que se resuelve con cultura general integral del ciudadano, con el estudio de una historia donde se evidencie el papel de los pueblos originarios, los africanos, asiáticos, árabes y otros en la resistencia cultural y armada y en el proceso de formación de la nacionalidad y no una historia casi exclusivamente blanca, en la promoción de los aportes culturales de esa diversidad sobre todo la africanía y no solo la hispanidad.

Si somos solidarios hacia el exterior con nuestra colaboración médica, educativa, deportiva, artística… ¿Cómo no serlo entre nosotros si somos todos cubanos y no nos dividimos en hispanocubanos, afrocubanos, indocubanos, chinocubanos, etc.? Dentro de un tiempo, seremos mejores cubanos si nos asumimos integracionistas y antirracistas.


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