El recién concluido Festival Nacional del Humor Aquelarre 2017 dejó en su impronta un exquisito sabor a calidad. Lo anterior lo reafirma como una opción que espera el público con agrado en esta particular etapa del año.
El lema de la campaña “El buen humor tira pal´ monte”, ya anunciaba que el comité organizador del evento había hurgado en las raíces de la cultura nacional en función de expresar nuestros valores identitarios con el tema del campo cubano, una fuente riquísima de la cual han vivido los mejores exponentes del género.
Si tuviéramos que señalar los principales elementos que propiciaron la superioridad de esta versión del Aquelarre en comparación con años anteriores, hablaríamos principalmente de la adecuada programación artística y la calidad inobjetable de su evento teórico.
Una programación, cuidadosamente seleccionada en eventos denominados “pre Aquelarre” realizados por todo el país, posibilitó la oportunidad de estimular que lo mejor que se está realizando en las provincias pudiera optar por este espacio anual de encuentro.
En una muestra artística que se mantuvo entre el 2 y el 9 de julio, participaron los exponentes más destacados del humor, donde es justo destacar el impacto que ha tenido en el público y la crítica especializada la obra La cita, dirigida artísticamente por el Premio Nacional del Humor Osvaldo Doimeadiós, con la excelente actuación de Venecia Feria y Andrea Doimeadiós.
Esta propuesta deviene referente obligado a la hora de distinguir un humor interpretado por mujeres, desde una sólida dramaturgia que utiliza recursos muy legítimos de la creación artística para provocar la risa en situaciones creadas con ingenio y sagacidad, sin el asomo de concesiones.
La presentación de la prestigiosa agrupación Teatro Tuyo, de la provincia de Las Tunas, con sus espectáculos Superbanda Clown y Gris, constituyó otro acierto que fue reciprocado por la asistencia de un público conocedor de la probada calidad de esta multipremiada compañía que se ubica por derecho propio en el nivel más alto del panorama escénico del país.
Los teatros Mella, Raquel Revuelta, Bertolt Brecht, Karl Marx y la Sala Adolfo Llauradó —ubicada dentro del Complejo Cultural Vicente Revuelta—, fueron testigos de la numerosa afluencia de público para asistir a las presentaciones artísticas del Festival Aquelarre.
La gala inaugural, con el espectáculo En humor a la verdad, y la presencia de Otto Ortiz, Los Hepáticos, Telo y Bringas, Laritza Camacho y Michel Pentón; y la de clausura, con el espectáculo Esto es otra historia, en su dinámica con el público intentan y de alguna manera lo alcanzan, trascender ese humor fácil que tiende al consabido scketch, los estereotipos de ocasión y la burla como una materia prima para su realización en el arte.
El grupo 40 Megas, con su espectáculo Amores ridículos, colocó el tema de la tecnología, esta vez apreciado por jóvenes clasificados para este cónclave nacional; y este es un resultado del tradicional recorrido del Centro Promotor del Humor (CPH) y su “pre Aquelarre” por los centros de educación superior del país.
En el programa general del evento se incluyen, una vez más, además de los artistas mencionados, los grupos y actores que van marcando la vanguardia del humor cubano que respalda en su catálogo la institución en los últimos tiempos.
Los conocidos Omar Franco y el Primo, el Grupo Komotú, el Grupo Etcétera, La Leña del Humor, Pagola la Paga con Mentepollo, La Oveja Negra, Pánfilo, Chequera, Facundo y Kike Quiñones, así como Jorge Díaz y Churrisco, presentaron sus respectivos espectáculos y recibieron en sentido general la buena acogida del público.
La organización cada vez más profesional del evento teórico, que en esta ocasión abarcó tres jornadas de intenso trabajo, se erige como un elemento de incuestionable aporte a la búsqueda de las fuentes que deben nutrir al humor que se realiza hoy en Cuba.
La obsesión atinada del director del CPH, el artista Kike Quiñones, de buscar en la historia del humor cubano las claves para su desarrollo, le permitió disertar en una excelente conferencia durante la jornada de inauguración del evento en la Sala Rubén Martínez Villena de la UNEAC.
“El humor cubano. La sátira social: columna vertebral para su desarrollo, en el período de 1868 al 2016” fue el título del carismático artista, esta vez desde su faceta de académico, para propiciar desde un análisis otro, aspectos que han sido constantes en el devenir histórico del humor en cuba.
La paradigmática figura de Samuel Feijóo, Liborio en el imaginario popular, y una introducción al discreto humor de Jorge Mañach recibieron su reconocimiento por parte de prestigiosas autoridades académicas presentes en este contexto.
El análisis del popular programa Vivir del cuento, por parte del profesor universitario Antonio Berazaín —quien es una referencia obligada en el mundo del humor nacional—, permitió una reflexión colectiva entre realizadores, artistas, autoridades del Consejo Nacional de las Artes Escénicas y público en general.
Un acercamiento al costumbrismo en la radio cubana a través de la historia del programa La tremenda Corte, los programas humorísticos y su vínculo con la formación de niños y jóvenes, así como un análisis del humor en la poesía cubana más reciente fueron temas para los cuales los ponentes hicieron gala de sólida preparación.
La presencia de Fidel Castro Ruz en la caricatura periódica de los primeros años de la revolución, el acercamiento a la emblemática figura de Virgilio Piñera, así como el privilegio de contar con la presencia del prestigioso escritor Virgilio López Lemus, evocando la figura de Chanito Isidrón, son en apretada síntesis algunos de los momentos que legitimaron mucho más este necesario espacio.
La Editorial Tablas Alarcos aprovechó la ocasión para presentar textos relacionados con el humor, que recibieron una cálida acogida en el público.
El evento Aquelarre 2017 es el resultado de un planificado y sostenido trabajo del Centro Promotor del Humor y el Consejo Nacional de las Artes Escénicas por alcanzar mejores resultados en esta controvertida esfera de la cultura cubana.
Una programación artística de mayor nivel, un evento teórico riguroso en su concepción, y una campaña promocional que logró hacer visible su mensaje a través de los más importantes medios de comunicación son algunas de los elementos que colocan al Aquelarre 2017 en un nivel superior.
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