Arquitectura vernácula: XVI Jornadas Técnicas, La Habana 2019


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El prestigioso encuentro anual de la Cátedra de Arquitectura Vernácula “Gonzalo de Cárdenas”, perteneciente a la Oficina del Historiador de la Ciudad (OHC) de La Habana,  contando con el valioso apoyo de la Fundación Cárdenas y la Fundación Diego Sagredo, ambas de España, y la Empresa RESTAURA (OHC), fue inaugurado en la tarde del 25 de marzo de los corrientes en la Basílica Menor de San Francisco de Asis, ubicada en la Plaza del mismo nombre, en el centro histórico de la Habana Vieja. 

El doctor arquitecto Daniel Taboada Espinella, director de la mentada Cátedra, tuvo a su cargo las palabras de apertura y bienvenida dirigidas a los miembros, y otros participantes en este evento. A continuación se entregaron los premios de Fotografía y Literatura 2018, así como los diplomas y medallas a nuevos miembros distinguidos de la Cátedra; igualmente fueron reconocidos los trabajos realizados por la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana y la Oficina del Conservador de Cienfuegos, ciudades que en este año cumplirán, respectivamente el 500 y 200 aniversarios de su fundación. 

También, se festejaron los cumpleaños de esas ciudades con la inauguración de la Exposición de fotos La Habana Medio Milenio y Cienfuegos Dos Centurias del fotógrafo cubano doctor Julio Larramendi, con imágenes de gran belleza y perfección técnica.  

Las tres Jornadas Técnicas que abarcó el Programa, se desplegaron en tres sesiones científicas a partir de la mañana del martes 26 al jueves 28 de marzo, teniendo como sede el salón de actos de la Biblioteca Pública “Rubén Martínez Villena”, próxima a la Plaza de Armas. La estructura de las sesiones se desarrolló cada día a partir de dos conferencias iniciales ofrecidas por conocidos especialistas de alto nivel ciéntifico, la mayor parte miembros distinguidos de la Cátedra, y un promedio de cinco comunicaciones de doctores e investigadores, provenientes de la Cátedra u otras instituciones cubanas o foráneas. Los contenidos trataron acerca de temas variados de la arquitectura y el urbanismo vernáculo en las distintas provincias y urbanizaciones de Cuba y extranjeras; hubo una que versó sobre un ejemplo de urbanismo rupestre al sur de Italia y otra sobre Icaria en Grecia.

La primera sesión científica tuvo como conferencistas invitados al doctor en Ciencias Históricas Felix Julio Alfonso López, cuya disertación “Imaginarios urbanos y Literatura de viajes en La Habana del siglo XIX”, cautivó a los presentes por la viva descripción de los ambientes capitalinos captados en relatos por los viajeros en aquellos tiempos. El Máster en Ciencias, arquitecto Irán Millán Cuétara, Conservador de la ciudad de Cienfuegos, se refirió al tema “Cienfuegos 200. Fiesta de lo vernáculo y lo ecléctico” con imágenes antiguas y actuales de la urbe, cuya estrategia de conservación ha recibido reconocimientos y premios nacionales.

Posteriormente, escuchamos las comunicaciones. El investigador cienfueguero David Martínez Ramos, presentó su análisis sobre el “Parque José Martí de Cienfuegos”, de gran valor histórico y artístico, donde se encuentran significativamente la segunda estatua realizada en Cuba de José Martí y Pérez y el Arco de triunfo de la República, dedicado a la inauguración de esta última por los trabajadores locales. La doctora en Ciencias Técnicas y arquitecta, Ángela Rojas Avalos presentó una comunicación acerca de “Lo vernáculo habanero a través del concepto del Paisaje Histórico Urbano”. A su vez, el concepto de “conjunto urbano”, que es comprendido por el paisaje, fue subrayado por ella como un valor principal a respetar y tener en cuenta en los trabajos de conservación y estrategia del desarrollo urbanístico que se realicen específicamente para el caso del municipio de Centro Habana; Rojas hizo un llamado de atención acerca de los documentos aprobados por la Unesco al respecto, mencionó el Memorándum de Viena (2005) y el referido a la introducción de nuevos edificios (2007), particularmente relacionados con la estratificación de la dinámica urbana y la tipología de torres.

“Isla de Pinos y el Caribe” del ingeniero Arsenio M. Sánchez Pantoja, fue muy interesante porque planteó la necesidad de atender la relación conservación e historia en el caso de un territorio cubano que estuvo en disputa entre Cuba y Estados Unidos entre 1901 (imposición de la Enmienda Platt, la cual no definió legalmente la jurisdicción cubana sobre la Isla de Pinos), y 1925 (cuando, tras una firme resistencia cubana, se reconoció tal jurisdicción mediante la firma del Tratado Hay – Quesada). En 2023 se cumplirá el centenario de la restitución del territorio pinero y el fin de la colonización estadounidense ocurrida, quedando huellas inmateriales y materiales de ello: obras de vivienda, cementerios, etc., que son objeto de trabajos de conservación en la actualidad.

Por otra parte, la inmigración caribeña, especialmente de jamaicanos y caimaneros (Gran Caimán, colonia inglesa), entre 1900 y 1940, formó parte de las tácticas de EE. UU. con el fin de apropiarse de la pequeña isla y colonizarla usando mano de obra caribeña, que hablara el idioma inglés, se dedicara a la siembra de cítricos y al trabajo doméstico. El comunicador, demostró gráficamente la cantidad de pueblos fundados por los caribeños en las distintas regiones, norte, centro y sur de la Isla de Pinos. 

Otra comunicación de advertencia, esta vez ante situaciones que pueden revertir lo avanzado en el Valle de Viñales, Pinar del Río, la presentó la Máster en Ciencias e Ingeniera Nidia Cabrera Huerta, con el título de “Finca Paraíso. Diez años después de obtener el Premio Especial de Arquitectura Vernácula, la falta de atención y de prioridad ante la necesidad de materiales de origen vegetal para realizar obras de mantenimiento de ese famoso objeto patrimonial ponen en riesgo este lugar, particularmente vulnerable por el descontrol existente en la gestión turística en el Valle. Destacó la atención urgente que demanda la situación.

Cerró esta primera sesión, la comunicación del Máster en Ciencias y Arquitecto Duznel Zerquera Amador: “San Pedro. Valle de los Ingenios”, en la cual se refirió a un antiguo pueblo fundado en el siglo XIX por esclavos liberados de los ingenios y centrales de aquel Valle. Recordemos que este último, forma parte de la Lista de patrimonio mundial unido a  la ciudad de Trinidad (505 años de fundada como villa).

San Pedro era, y es, un pequeño caserío rural, considerado pueblo vernáculo, porque las, alrededor, de 100 viviendas que allí existen fueron construidas por los ex esclavos y sus descendientes, que todavía lo habitan, con técnicas similares al embarrado. Actualmente, están siendo recuperadas y mejoradas, alrededor de 50 casas, adicionándoles baños, aleros pronunciados y otras acciones con materiales locales. Esto completa, incrementa y refuerza, el valor histórico y patrimonial del Valle de los Ingenios. Es una lección viva de una historia poco conocida, verdaderamente auténtica. Por ello debe perdurar el pueblo…

Durante la segunda sesión científica, celebrada el miércoles 27 de marzo, fueron impartidas dos conferencias: la primera por la doctora e Historiadora del Arte Alicia García Santana, de la provincia de Mayabeque, quien se refirió a “La vivienda habanera”. Este es un avance de investigación en curso, de carácter conclusivo; tiene como finalidad la definición de características esenciales y de su evolución durante la época colonial. Después, el doctor Rigoberto Menéndez Paredes expuso la segunda conferencia acerca de la “Impronta árabe en Cuba. Huellas mudéjares en La Habana”, ilustrada con diapositivas y citas de distinguidos historiadores de la Arquitectura, como el doctor Arquitecto Joaquín Weiss Sánchez.  

Las comunicaciones de esta sesión fueron en su mayor parte sobre temas habaneros, relativamente poco estudiados. “Cojímar y su patrimonio vernáculo” presentada por el Máster en Ciencias Arquitecto Ricardo Machado Jardo y Dania Benítez Alpuín; describieron la situación deplorable que tiene esta urbanización, aunque posee elementos patrimoniales muy significativos para la historia habanera. El Torreón por donde desembarcaron los invasores británicos en 1762; edificaciones antiguas, propias de un pueblo de pescadores, viviendas, hoteles pequeños —que podrían ser recuperados para aumentar las rentas locales— restaurantes famosos,  La Terraza (frecuentado por Ernest Hemingway). Así como lugares propios de las populares competencias de pesca de la aguja, deporte que debe resurgir en beneficio de la población, Se afirma que en su litoral se pesca el mejor pez aguja en el mundo.

Los licenciados Ernesto Cárdenas y Reynaldo Gato, con la asesoría del MSC arquitecto Machado (profesor tutor), hicieron un levantamiento de las edificaciones de madera en el antiguo conjunto del Central Hershey. Este posee alto valor patrimonial; está constituido por un poblado histórico, una zona industrial (antiguo Central e instalaciones industriales anexas) y jardines. Todo está en estado de abandono y deterioro avanzado.

El batey del central estaba dividido en dos sectores: Norte, para los empleados de cierto rango, oficinas, etc., y Sur para los obreros.  Las viviendas son de madera, la tecnología fue importada de EE. UU., balloom frame. El Central poseía una planta eléctrica, que aún funciona, a pesar de su obsolescencia tecnológica; una fábrica de aceite y un taller de carpintería que brindaba mantenimiento a todas las viviendas de la urbanización. Además,  existe un campo de golf de 18 hoyos, semidestruido, pero con posibilidad de ser recuperado para uso de la población y del turismo. Hasta ahora, la visita se hace de paso hacia Matanzas, los turistas se alojan o rentan una parte de las viviendas. El Central está sin chimeneas restando identificación al paisaje del conjunto. Para trasladarse hasta allá todavía se utiliza el otrora tren eléctrico de Hershey, ecológicamente benéfico; activo tan solo en algunos tramos.

Sobre la ciudad de Matera ofreció su comunicación el Máster en Ciencias y arquitecto René Gutiérrez Maidata, de la Empresa RESTAURA: “Matera ciudad que brotó del Tufo”.  Su exposición trató de una antigua urbanización del sur de Italia, provincia Matera, que tiene más de 4 000 años de fundada en una zoma aislada y montañosa, hecha en rocas llenas de oquedades conocida la piedra como tufo, con cualidades excepcionales para su talla artesanal. Precisamente, a pesar del contexto agreste del lugar, en sus cavidades o cavernas se crearon las viviendas rupestres, que otorgan al conjunto una impar singularidad.  Otro aspecto de interés son las relaciones entre los pobladores, la sociabilidad y solidaridad vecinal que se consolidó en el tiempo, un valor cívico cultivado hasta la actualidad. 

Matera fue declarada una vergüenza nacional por el Estado italiano en la segunda mitad del siglo XX, debido a la pobreza y el atraso tecnológico en que sobrevivían sus habitantes. Para solucionar este problema nacional fueron elaboradas dos estrategias sucesivamente: en primer lugar: sellar la antigua ciudad rupestre y trasladar a sus vecinos hacia nuevas zonas urbanizadas, cercanas y de viviendas modernas. En su diseño participaron los mejores arquitectos del país. En segundo lugar, aproximadamente en el 2000, se planteó recuperar como un tesoro histórico la antigua ciudad, para los pobladores y el turismo, así como el desarrollo local integral controlado y fundamentado en la tradición histórico constructiva del tufo. Ambas estrategias han tenido resultados muy positivos.

Las dos últimas comunicaciones de esta sesión fueron realizadas, una, por la ingeniera Dayana Rodríguez Veloz, de la Empresa RESTAURA: “Estructuras de madera del Convento de Santa Clara”, donde definió ciertos problemas detectados en el proceso de restauración que se está efectuando en la actualidad. La otra, “Una tipología vernácula la Casa de Patio”,  del Arquitecto Ricardo López de la Universidad de Miami (EE. UU.). Se estudió por un grupo de sus alumnos, durante una semana lectiva, un repertorio arquitectónico internacional e histórico —desde Grecia hasta La Habana y otros sitios del Caribe—, la casa con patio de diversas formas, central, lateral, etc., y sobre las distintas parcelas de una urbanización hipotética, se propusieron soluciones con dicha tipología, no frecuente en el estado de la Florida (EE. UU.).  Los resultados del trabajo fueron creativos y estimulantes para continuar la investigación en curso.  

Los debates entre los autores de conferencias y comunicaciones en estas sesiones científicas tuvieron lugar al finalizar cada una de ellas, con una activa participación del público presente, miembros de la Cátedra de Arquitectura Vernácula y otros especialistas invitados de Patrimonio Cultural e instituciones de Educación Superior. Se hizo la propuesta a la Cátedra de hacer más visible el trabajo de la misma entre la ciudadanía creando un sello identificador de lo que es un edificio vernáculo o una urbanización con tales características. De esta manera, es posible que los usuarios, propietarios o no, la sociedad en general, una vez identificados, aprendan a apreciar y cuidar su posesión y de este modo contribuyan a la conservación y el mantenimiento de este tipo de obras.

La tercera sesión científica tuvo lugar el jueves 28 de marzo. La primera conferencia anunciada era “La Habana. Su nuevo milenio”, por la doctora Luisa Campuzano Sentí. La profesora no pudo asistir: por tanto, se dio paso a la segunda, “Acentos vernáculos en Icaria en Grecia”, impartida por el doctor ingeniero civil Roberto Santana Duque Estrada, cubano residente en Alemania. Fue esta una presentación académica muy bien acogida por el público y comentada durante el debate final.

Las comunicaciones, igualmente valiosas por sus expertos análisis fueron las siguientes: la “Casa Da´ Silva de Gibara”, provincia de Holguín, expuesta por su Conservador arquitecto Alberto Mora Reynaldo y Enrique Doimeadios. Mora se refirió a una edificación que fue el Club Naútico de Gibara, hecha en maderas preciosas, y que poseía una piscina y muelle para sus actividades naúticas. Fue reconstruida como sitio turístico por su relación con el mar (Océano Atlántico), y cualidades de alojamiento. El proyecto de intervención actual, dedicará esta obra a Casa del Festival Internacional de Cine de Gibara.

El MSC Doimeadios presentó otra comunicación “Casona del antiguo ingenio Santa María de Gibara”. (La Máster en Ciencias e historiadora Ángela  Peña, coautora, no pudo asistir al evento). Doimeadios disertó acerca de la edificación que está situada sobre una pequeña colina,  su imagen es idenficativa de Gibara. Fue construida en los inicios del siglo XIX y es considerada la más antigua de Holguín. Conserva todos los elementos que constituyeron la vivienda, hecha de madera preciosa, del ingenio azucarero “Santa María” (1818), y el modo de vida de su propietario esclavista. Entre sus peculiaridades está la de haber pertenecido hasta principios del siglo XX a propietarios ingleses, Samuel Clark fue el primero, que emigraban con sus esclavos desde las islas Bahamas; esto muestra un intercambio comercial fluido, realizado desde el siglo XVIII, a través del puerto de Gibara. Se propone para la función de Museo de la Esclavitud de Gibara.    

La comunicación del arquitecto Jorge Trelles, de la Universidad de Miami (EE. UU.), se titula “Cienfuegos es la ciudad que más me gusta a mi” (tomado de una canción de Benny Moré), describe un proceso de análisis del entorno urbano de la ciudad, que se expresa con apuntes de dibujo y notas del viaje que hiciera el autor  a la ciudad, desde su salida de Miami hasta el regreso a su lugar de residencia. Su percepción del derrotero que sigue y las anécdotas y observaciones que fluyen alrededor de este, hicieron muy original y amena la presentación.

El último comunicador de la jornada fue el arquitecto Rafael Fornés, profesor de la Universidad de Miami. Su ponencia “Tres relatos”, fue ilustrada con imágenes y relatos familiares, que nos obsequió, tanto de Cienfuegos donde nació como de La Habana, donde estudió y trabajó antes de trasladarse a Miami, unidos a edificaciones y sitios urbanos destacados, ya en evolución, o, imaginados con nuevas construcciones de cuya agresividad nos advierte Fornés.

Ese día también se llevó a cabo la clausura de las XVI Jornadas Técnicas; estas, cada vez, resultan más atractivas y estimulantes, debido a la calidad informativa, al análisis científico crítico y al enfoque propositivo de los temas, muy variados, por parte de los ponentes y participantes en los debates. Además, el encuentro se revierte en un conocimiento mayor, más real y profundo de Cuba, que nos beneficia a todos: miembros de la Cátedra,  Conservadores e Historiadores de la Red de ciudades patrimoniales de Cuba, especialistas y profesores del patio y extranjeros. ¡Hasta el próximo año queridos colegas, amigas y amigos!


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