Para muchos fue, además de un genuino cantante, pianista, e improvisador de la música popular cubana, un exquisito chansonieur de la música venida de los autores e intérpretes franceses y estadounidenses más connotados. En él la inolvidable pieza francesa de nuestros padres y abuelos y de tantas películas, La Vida en Rosas cobraba nuevos acordes melódicos y rítmicos –quizás para envidia de archiconocidos del voudeville galo como Edith Piaf y Maurice Chevalier–, pues en cada una de sus interpretaciones, melodía, ritmo ejecutados en el piano por unas manos casi mágicas, por una voz única y hasta pasillos de baile dados al azar, adoptaban la presencia fascinante de un ser sumamente creativo e insuperable.

Mucho le debe nuestra Cultura nacional en su riquísimo historial de éxitos y de nuevas sonoridades al cubano Ignacio Jacinto Villa Fernández, más conocido por el pseudónimo artístico de Bola de Nieve, cantante, compositor y pianista, nacido el 11 de septiembre de 1911, en la habanera Guanabacoa, y quien nos dijo adiós el dos de octubre de 1971, durante una de sus actuaciones en Ciudad de México. 

En Bola de Nieve géneros muy cubanos como el Bolero y el Son poseían cualidades muy distintas si se les comparaba con las interpretaciones de otros artistas de nuestra cancionística de reconocido prestigio internacional. Y es que Bola, dotado de una vasta cultura, logró lo que muy pocos en esa esfera –en especial en lo popular–, al imprimirle a cada una de sus actuaciones un sello muy personal, muy particular de creación, de suma emotividad y de profunda Cubanidad. Esto tan sólo avalado internacionalmente y enriquecido también en la obra de dos grandes e inigualables intérpretes, muy queridos y recordados por nuestro pueblo: Rita Montaner y Benny Moré.

En su libro Nosotros, la música y el cine (1), el prestigioso escritor y director cinematográfico Jorge Calderón González, dedica un capítulo titulado Bola en el que, entre otras facetas de la vida del artista, rememora sus ejecuciones al piano, “durante años, en el capitalino y elegante restaurant Monseigneur –donde además interpretaba canciones románticas en francés e inglés con un acento especialísimo en su voz y armonía–, al igual que su presencia en programas radiales y televisivos, entre ellos Álbum de Cuba, de amplia audiencia dominical, conducido por la también inolvidable cantante Esther Borja”.

Sin lugar a dudas que para escribir un nuevo volumen sobre la Música popular cubana y su pianística, habría que tener muy en cuenta la presencia y el aporte que a la Cultura nacional brindó el inigualable Bola de Nieve.

Un artista que siempre convocará a una riqueza mágica de lo popular e internacional en voz y piano.

Entre las numerosas interpretaciones de Bola de Nieve están:

. El Manicero (pregón)
. Drume Negrita
. Si me pudieras querer
. Vete de mí
. Mesié Julián (del álbum Perlas cubanas)
. La Vida en Rosas (francés y español)
. Be careful. It’s my heart (Elvis Presley, autor).

Nota:

1. Nosotros, la música y el cine. Jorge Calderón González. Universidad de Veracruz, México, 1997.