Bon appétit. Soperas de la colección del Museo Nacional de Artes Decorativas


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El Museo Nacional de Artes Decorativas, ubicado en la capitalina barriada de El Vedado, exhibe por estos días una exposición de carácter transitorio en la cual se muestra el desarrollo que tuvo la Sopera como pieza central del servicio de mesa en occidente. En total, la muestra exhibe a través de una treintena de exponentes, obras de Inglaterra, Francia, Alemania y China de los siglos XVIII y XIX.

Con el título “Bon appétit. Soperas de la colección del Museo Nacional de Artes Decorativasla muestra nos adentra en el desarrollo que tuvo en las artes decorativas de diversas épocas y con disímiles soportes, un objeto útil devenido en obra de arte. Con cuatro líneas discursivas que urden en torno a una trama curatorial, la exposición la integran piezas realizadas por varios de los más renombrados orfebres franceses y británicos. Por su parte, la porcelana china desde la producción de piezas exclusivamente para el mercado occidental, entre las que destacan obras propias del Chinoiserie en boga durante el siglo XVIII, así como las producidas en Cantón en el siglo XIX, es sin dudas otra de las miradas en las apunta para poder comprender los contactos e influencias estilísticas y técnicas entre diferentes regiones dadas en una misma época. La porcelana europea, en un primer momento tomando como fuente de inspiración a la asiática y luego encontrando las maneras de discursar sobre sus propios temas, logra durante el siglo XVIII abrirse camino de manera exitosa tanto entre las cortes como en la naciente burguesía occidental. Siempre enmarcadas entre inicios del siglo XVIII y finales del siglo XIX, en que podemos apreciar piezas de diseño exuberante ataviado por rocallas y hojas de acanto, al igual que aquellas de finas y elegantes líneas que desde el neoclasicismo e incluso el estilo “Imperio” llegan a nuestros días.

SOPERA

AUTOR: STORR & MORTIMER

INGLATERRA S XIX, PLATA

GRABADO, MOLDEADO Y CINCELADO

FOTO: YOSVANIS  FORNARIS GARCELL

La sopera es una de las piezas esenciales de la vajilla y corona la mesa como el elemento más llamativo. Su voluptuosidad y talla, determinadas por el propósito de servir sopas o guisos a un gran número de personas, fueron el medio propicio para que toda clase de artesanos plasmaran en ellas asombrosos elementos decorativos y convirtiesen un objeto simple en auténticas obras de arte. 

Símbolo de una mesa en la que se demuestra riqueza, poder económico y prosperidad, desde finales de siglo XVII comienza a utilizarse la sopera como pieza central de la mesa dada la afición de Louis XIV por los cocidos. El monarca seguiría la tendencia de preferir sopas, guisos y platos que llevasen mucha salsa. Las soperas, cual contenedor de comidas que se sirven calientes y que tienen un elevado porciento líquido, presentan una tapa que permite preservar el calor de los alimentos y en ocasiones una bandeja. Este conjunto totalmente cerrado era una forma idónea de presentar con gran lujo un plato que en sí podría ser muy sabroso pero que visualmente no era atractivo. Con el tiempo, las soperas o pot á l´oille formaron parte del servicio de mesa de los miembros de la corte francesa, dando lugar al service á la française que instaurado desde finales del siglo XVII, consistía en colocar la sopera al centro de la mesa rodeada de las bandejas que contenían el resto de los alimentos de donde los comensales se servían. Debido al exilio de Carlos II de Inglaterra, éste aprendió nuevas costumbres de los galos entre las cuales se encontraba servirse desde una sopera situada en el centro de la mesa, desde entonces, el uso de Tureen (vocablo en Inglés derivado del nombre del Mariscal francés Turenne quien en ocasiones usaba su yelmo para contener sopa) se diseminó a Inglaterra y el resto de Europa desde el siglo XVIII, a las que se les fueron sumando las demás piezas que hoy conforman la vajilla.

Nuestra institución atesora decenas de servicios de mesa realizadas en Europa y Asia entre mediados de siglo XVIII e inicios del siglo XX. Es posible distinguir entre semejante caudal de obras, múltiples piezas, soperas, que poseen disímiles rasgos técnicos y estilísticos que les dotan de no pocos valores y gran belleza. En medio de tal diversidad, hemos podido vislumbrar varias líneas temáticas sobre las que nos apoyamos para enunciar un criterio curatorial que nos permitió llevar a cabo una exposición dedicada a tan ornadas, útiles e impresionantes obras. La muestra se propone develar los diversos rasgos estéticos y evolutivos del diseño de las soperas tanto en Occidente como en Oriente y la interrelación estilística entre ambas regiones.

En las artes decorativas resulta muy común encontrar obras realizadas con materiales valiosos, ya sea de metales preciosos (plata y oro) o la cotizada porcelana. En cualquier caso, los servicios de mesa de la nobleza sirvieron además para presumir estatus económico. En un salón bellamente decorado con tapices, mármoles, lámparas de techo y maderas preciosas, se le sumaba una vajilla que estuviese a la altura de tales ambientes. Por ello primero el oro y posteriormente la plata, fueron los materiales seleccionados para la elaboración de los servicios de mesa desde un inicio. Entre ambos metales, la plata pasó a ser la comúnmente empleada debido a dos razones fundamentales, escases y por ende alto costo del oro y los recientes hallazgos de grandes yacimientos del metal plateado en los territorios colonizados por Europa, sobre todo en América.

El empleo de metales preciosos ya es razón suficiente para asombrarnos cuando apreciamos una pieza de semejantes proporciones. Pero si a ello le sumamos la elaboración de las formas artísticas recreadas en sus superficies, así como los diseños de figuras humanas, paisajes y heráldica, pues entonces nuestra estimación aumenta. En las asas del depósito y la tapa se puede apreciar el estrecho vínculo que existe entre la escultura, la orfebrería y el modelado, dotando a las soperas, además, de elementos decorativos volumétricos. Como norma, debido al porte, la decoración y sobre todo, la autoría de los más importantes orfebres, estas piezas suelen ser mucho más apreciadas que aquellas que conforman el resto del servicio de mesa.

Desde los tiempos de Louis XIV, la orfebrería experimentó un gran desarrollo del cual se beneficiaron tanto la corte como la iglesia, aunque las piezas destinadas como servicio de mesa no mostraron menos apogeo. Los maestros orfebres de Francia ganaron renombre mundial y recibían constantemente encargos de otros reinos europeos.  Pero con el devenir del tiempo le Roi soleil se vió forzado a firmar decenas de edictos con los cuales autorizaba a derretir las piezas de oro y plata que adornaban la corte con el fin de acuñar nuevas monedas para re abastecer la tesorería de la corte y así emplear estos recursos en sufragar los gastos de contiendas bélicas. Cual práctica igualmente común a lo largo del siglo XVIII, estas circunstancias dieron al traste con la preservación de las vajillas de plata que los maestros orfebres habían realizado para “los Louises”. Por último, la revolución francesa dejaría casi nula la colección real de orfebrería.

ESCUDILLA

AUTOR: FRANCOIS-THOMAS GERMAIN 

FRANCIA S. XVIII, PLATA

GRABADO, MOLDEADO Y CINCELADO

PROVENIENCIA: COL. Dr: ROSARIO NOVOA

FOTO: YOSVANIS  FORNARIS GARCELL

Estos eventos históricos justifican el motivo por el cual resulta casi imposible disponer de piezas de finales del siglo XVII y que aquellas que provienen del siglo XVIII suelan ser muy escasas. Por ello, contar en nuestra colección con una pieza de Francois-Thomas Germain quien fuera uno de los importantes orfebres de la corte francesa del siglo XVIII es un verdadero privilegio. Pero no podemos pasar por alto que la mencionada pieza perteneció además a la distinguida Dra. Novoa, profesora de Historia del Arte de la Universidad de La Habana de quien la adquiriera nuestra institución en la década del 70.      

La pieza muestra un tamaño mediano y diseño sencillo en el que solo denota un trabajo más detallado en la pequeña figura escultórica de un ave que hace función del asa de la tapa y las del depósito. Estos rasgos estéticos, así como la dimensión de la pieza además de las influencias estilísticas de la época, evidencian los edictos tomados por la corte francesa en el siglo XVIII los cuales limitaban el peso de las piezas realizadas con metales preciosos al igual que el empleo de una exagerada decoración.

SOPERA Y BANDEJA

AUTOR: THOMAS POWELL 

INGLATERRA S XVIII (1773-74), PLATA

GRABADO, MOLDEADO Y CINCELADO

FOTO: YOSVANIS  FORNARIS GARCELL

Las piezas de orfebrería representan el núcleo central de la exposición, son sin dudas las más asombrosas y muestran importantes detalles los cuales dotan a la colección de grandes valores artísticos y patrimoniales. El empleo de soperas o soupiere por parte del servicio de mesa en la corte británica alcanzó desde los reinados de George III y George IV su máximo esplendor. Los maestros orfebres británicos crearon auténticas obras de arte las cuales le ganaron fama y reconocimiento tanto en el Reino Unido como a nivel mundial. En la exposición se exhiben obras realizadas en Inglaterra durante los siglos XVIII y XIX por grandes orfebres como Thomas Powell, Storr & Mortimer y Philip Rundell.

A diferencia de los metales preciosos, la porcelana permitía el empleo de la policromía, proveía una pieza cerámica, blanca, fina y de superficies vidriada la cual no se podía derretir, sino tan solo vender, lo que permitió que se pudiesen conservar hasta la actualidad.   

SOPERA EN FORMA DE CABEZA DE JABALI.

CHINA S.XIX, PORCELANA

C.I.A DE LAS INDIAS ORIENTALES

FOTO: YOSVANIS  FORNARIS GARCELL

La sopera es una pieza esencialmente occidental, por ello no ha de extrañarnos que durante los siglos XVIII y XIX, las distintas potencias europeas le encomendaran a China la producción de sus vajillas realizadas con la porcelana. Los diseños fueron sumamente diversos, desde alegorías a animales que usualmente conformaban parte del banquete (Ej: Jabalí, ciervos, pescados) hasta escenas e incluso paisajes. El museo cuenta con una excelente colección de porcelanas chinas hechas para la exportación hacia el mercado europeo entre las cuales se encuentra una sopera con forma de cabeza de jabalí realizada en la segunda mitad del siglo XIX.

SOPERA

CHINA S. XIX, PORCELANA

VAJILLA “LUISA CALVO

FOTO: YOSVANIS  FORNARIS GARCELL

Desde inicios de siglo XVIII China comenzó a producir porcelana heráldica para las cortes del viejo continente. Cuba no estuvo al margen, por lo que otro ejemplo de sopera producida en China para el mercado occidental es la que proviene de la llamativa vajilla de la aristócrata cubana del siglo XIX doña Luisa Calvo. En este caso, se trata de una vajilla que fue producida durante el reinado de Daoguang (1821-1850) por los esmaltadores de Guangdong (Cantón). La obra muestra una excelente policromía lograda con esmaltes de baja temperatura muy característicos de esta zona. Con escenas cotidianas que casi siempre representan figuras de alto standing en la sociedad manchú, se plasmó con esmalte de oro y en el centro de estos motivos decorativos, el nombre de la encumbrada señora antillana.

SOPERA

PORCELANA, INGLATERRA, S.XVIII

MANUFACTURA WORCESTER-CHAMBERLAIN

FOTO: YOSVANIS  FORNARIS GARCELL

Por último, tal vez la pieza más importante en esta sección sea aquella que forma parte de la vajilla “La Dama del Parasol” proveniente de la colección Gomez Mena. Esta vajilla fue diseñada por Cornelis Pronk, un célebre pintor Holandés del siglo XVIII que desde la propia influencia que generó el arte chino en Europa y que hoy conocemos como Chinoiserie, ideó una escena en la que aparece una dama de elevado status social que pasea por el prado y da de comer a unas aves acuáticas, esta figura es escoltada por una sirviente quien la asiste con un parasol. El diseño fue comisionado a Pronk por la Compañía de las Indias Orientales holandesa y fue producida en China durante la segunda mitad del siglo XVIII. Altamente valorada por los expertos, es considerada un puente entre la influencia tanto del arte chino en Europa como el impacto que tuvo en la cerámica asiática los constantes diseños occidentales realizados por encargo, sobre todo durante el período Qianlong (1736-1795).

Eventualmente y luego de múltiples intentos, en el siglo XVIII Europa finalmente da al traste con una formulación propia de la porcelana. China nunca reveló las claves para la producción del codiciado bien y Occidente tuvo que re descubrir por sus propios esfuerzos el secreto de la porcelana. Alemania y luego Francia fueron los países líderes en la producción de porcelana en el viejo continente. Sus manufacturas Meissen y Sévres respectivamente, no perdieron instante en comenzar a satisfacer las demandas de sus clientes entre los cuales se encontraban en primer orden, múltiples  cortes europeas. Las temáticas fueron muchas, los estilos apelaban a aquellos de la época tales como el rococó y el neoclasicismo e incluso motivos asiáticos. Son estos precisamente, otros dos focos discursivos de nuestra exposición, uno en el que se muestran piezas de las renombradas manufacturas europeas y en las que se puede apreciar los rasgos distintivos de los estilos occidentales y otro en el que se aprecia la influencia que tuvo sobre el gusto occidental los motivos y diseños asiáticos. 

Alemania fue el primer país en producir porcelana en Europa a inicios del siglo XVIII luego de que Johann Friedrich Bottger diera al traste con la fórmula de la porcelana en su laboratorio emplazado en el castillo Albrechtsburg en Meissen, bajo la tutela del elector de Sajonia Federico Augusto I. Con el devenir del tiempo, en Alemania hubo varias manufacturas que en el propio siglo XVIII produjeron importantes piezas y conjuntos artísticos realizados con el preciado material cerámico. De estos tiempos y manufacturas, nuestro museo exhibe obras tales como dos soperas de la vajilla “Castillos de Alemania” de Meissen, además de otras piezas producidas por las fábricas de Frankenthal y Ludwisburg.

SOPERA Y BANDEJA

FRANCIA, S. XVIII, PORCELANA

MANUFACTURA DE SEVRES

FOTO: YOSVANIS  FORNARIS GARCELL

Por otra parte, Sévres, manufactura real de Francia, bajo la supervisión directa de la corte, fue otro de los líderes en la producción de porcelana en el viejo continente. Nuestra institución posee una importante colección de porcelana de esta manufactura con múltiples ejemplares de sus más importantes tipologías y épocas. En la muestra se exhibe un conjunto de sopera y bandeja estilo Louis XV producida en Sevres durante el siglo XVIII la cual presenta una exuberante decoración con esmaltes dorados formando bouquets florales y motivos de rocailles. Según algunos autores, este tipo de piezas eran realizadas en la época como obsequios entre los miembros de las distintas casas reales de Europa los cuales en muchos casos estaban emparentados. 

SOPERA INDIVIDUAL

FRANCIA S. XIX, PORCELANA

MANUFACTURA DE SEVRES

PROVENIENCIA: COL. TETE BANCES

FOTO: YOSVANIS  FORNARIS GARCELL

Entre las piezas más elegantes y apreciadas de esta colección aparece la sopera individual que forma parte del servicio de mesa de María Teresa (Tete) Bances, esposa de José Martí Zayas Bazán, hijo del apóstol de nuestra independencia. La pieza, realizada en Sévres durante el siglo XIX exhibe un diseño neoclásico de líneas elegantes en las que se sustituye la pomposidad del rococó por la esbeltez del neoclasicismo. La pieza tan solo presenta unas discretas líneas de esmalte dorado que contornan cada uno de sus ángulos y que a su vez se empleó para estampar la inicial de su antigua propietaria. 

Desde el siglo XVII los europeos buscaron incansablemente reproducir la porcelana asiática, aun cuando no lograban emular la calidad técnica de este material, sus diseños y motivos sirvieron como fuente de inspiración a los ceramistas occidentales. Un ejemplo que podemos citar es la porcelana de pasta tierna producida Chantilly durante el siglo XVII en Francia la cual recibió gran influencia de la porcelana japonesa producida por Kakiemón. Esta tendencia se diseminó por toda Europa y las principales manifacturas en Alemania, Francia e Inglaterra muestran en su producción en distintas épocas piezas con motivos asiáticos. La exposición nos presenta dos piezas producidas en Inglaterra en los siglos XVIII y XIX por las manufacturas de Worcester-Chamberlain y Lonport-Davenport.

La pieza de Worcester-Chamberlain realizada en el siglo XVIII aparece con su bandeja y en conjunto exhiben un decorado de fondo rojo coral sobre el cual se abren cartelas en las que se ven animales mitológicos orientales. Este diseño es muy característico de la porcelana china de inicio del siglo XVIII que por aquella época era sumamente cotizada por los miembros de las corte europeas. Las piezas producidas por la manufactura Lonport-Davenport durante el siglo XIX muestran en sus asas tanto en las del depósito como en la tapa una decoración de esmalte azul sobre saturado sobre el cual se aplicó esmalte de oro. Este diseño es propio de la porcelana japonesa de inicios del siglo XIX. Por otra parte, el cuerpo de la pieza está decorado con peonías y ave fénix, motivos decorativos eminentemente chinos. Estas figuras fueron ilustradas empleando la técnica “Doucai” que en mandarín significa “colores que compiten” y que consiste en el empleo de esmalte azul bajo vidriado con el que se delinean las figuras que luego serán rellenadas con esmaltes policromos de baja temperatura.

Con la exposición “Bon apetit. Soperas de la colección del Museo Nacional de Artes Decorativas” nos proponemos compartir con el público una nueva mirada a las vajillas de nuestra institución, sus principales rasgos, características y valores. Aspiramos que junto con nosotros usted pueda apreciar las diversas líneas temáticas que sugerimos en este ejercicio curatorial y con el que pretendemos en un número determinado de piezas, las mejores de nuestra colección, mostrar los diversos materiales, estilos y tipologías de soperas.


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