Desde el pasado viernes y hasta el 7 de enero próximo se encuentra abierta al público en el Edificio de Arte Universal del Museo Nacional de Bellas Artes la exposición Boris Lurie in Habana, primera del artista neoyorkino de origen ruso que se organiza en una institución latinoamericana.
La deferencia obedece a una decisión de la Fundación de Arte que lleva su nombre, en particular de su presidenta Gertrude Stein, fiel a la admiración que Lurie (1924-2008) siempre le expresara por nuestro país, a partir de la extensa visita que él realizara a la Mayor de las Antillas, justo en el año del triunfo revolucionario.
Cerca de un centenar de piezas, once de ellas tridimensionales, ofrecen al visitante una panorámica de las diferentes etapas y tendencias presentes en el quehacer de este creador que, siempre negado a comercializar sus obras, es prácticamente desconocido en los circuitos internacionales del arte.
De origen hebreo, sufrió en carne propia y con la pérdida de sus seres más queridos el genocidio de los campos de concentración nazi; logrando trasladarse en 1946 a Nueva York, donde experimentó el contraste entre su reciente historia y el poderío avasallador de la potencia que más fortalecida había salido de la Segunda Guerra Mundial.
Convencido de que el arte debe ser un medio de expresión de las vivencias del artista, Lurie llevó a sus cuadros y esculturas las huellas del horror por él enfrentado en Europa, las cuales lo dotaron de un espíritu contestatario que manifestó atacando duramente al fascismo, la sociedad de consumo, el fetichismo de que era objeto el cuerpo femenino y la violencia.
La institución arte fue otro de los blancos principales en la obra de quien en 1959 fundó el movimiento NO! art para oponerse a los cánones estéticos de entonces y al descarnado carácter de mercancía que le atribuían a la producción artística los galeristas y marchantes.
Dichas temáticas y no un orden cronológico, son las que rigen la museografía de esta exposición curada por Joan Guaita, en la que destacan también el uso de la técnica del collage y el empleo de soportes poco costosos como el cartón o el papel.
Y es que a pesar de que su padre, el otro sobreviviente de la familia, había logrado atesorar una gran fortuna inmobiliaria en los Estados Unidos, Lurie se mantuvo reacio a hacer uso de ella, consecuente con su rechazo al capitalismo y al american way of live.
En atención a los propósitos de la Boris Lurie Art Foundation de preservar y promover el legado de este artista, horas antes de la apertura de la muestra Rafael Vostell, Consejero de esa entidad, ofreció una visita dirigida a un numeroso grupo de alumnos y profesores de la Academia San Alejandro.
Asimismo, en el Hemiciclo del Edificio de Arte Universal, el historiador y filósofo Dr. Francisco Jarauta impartió una conferencia magistral en la que contextualizó la obra de Lurie, profundizando en la fundación del movimiento NO! art y sus postulados.
Publicado: 7 de octubre de 2017.
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