Carmelo, Vedado y Medina: pioneros de los repartos cubanos


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En tiempos de Coronavirus, El Carmelo ha sido noticia. De pronto se convirtió en la primera barriada habanera declarada en cuarentena a causa de la transmisión local de la enfermedad Covid-19, triste episodio en época de su cumpleaños. El Carmelo, cumplió el 5 de mayo, 151 años de existencia y no es un onomástico cualquiera, de lo que se trata, es que éste barrio es el “primer reparto en la historia de Cuba”, y cuando intitulamos este trabajo le adjudicamos el adjetivo de “pionero” por ese motivo y no por el pasaje del aislamiento obligado de que fue objeto.

La denominación de reparto es cubana, así comenzaron a denominarse las parcelaciones modernas de fincas, estancias y haciendas, cuyos propietarios presentaban a los ayuntamientos para su aprobación. Se presentaban planos y memorias descriptivas de las calles, parcelas y redes técnicas proyectados y una vez aprobados, se vendían las parcelas a particulares para que construyeran en ellas viviendas, comercios e industrias y simultáneamente, las empresas urbanizadoras que contrataban los propietarios del espacio a urbanizar, construían las calles, aceras y park terrys. Antes de los repartos, existían en las ciudades cubanas barrios y asentamientos pero no repartos.

Si bien la denominación es cubana, la concepción no, es estadounidense y los primeros repartos cubanos se hicieron a semejanza de los norteños. En otros países, se les llamaría de otra forma, en México por ejemplo, se les llama colonias.

Carmelo, Vedado y Medina, fueron los primeros repartos de La Habana y de Cuba y se urbanizaron homogéneamente, por ello, trascendió para el siglo XX y hasta nuestros días un nombre común a tan gigantesca urbanización: Vedado, que duplicó en superficie la hasta entonces la ciudad de La Habana que apenas rebasaba la Calzada de Belascoaín por el oeste llegando progresivamente a la de Infanta.

Los tres repartos se construyeron en las estancias homónimas que, a su vez, estaban dentro de la demarcación rural que desde 1665, el ayuntamiento de San Cristóbal de La Habana denominaba indistintamente “terreno vedado” o “monte vedado” al estar prohibido su acceso a personas y animales para la protección de piratas que podían incursionar en él.

Ya para el siglo XVIII había desaparecido el peligro piratesco y se concedieron terrenos como los casos de las estancias mencionadas y también surgieron caseríos en ellos: Carmelo, Bongó, Gavilán y San Antonio Chiquito.

Refiere Avelino Víctor Couceiro Rodríguez en su: Historia de Plaza de Revolución

"El 5 de mayo de 1859 se aprueba oficialmente el proyecto poblacional de la parcelación de la hacienda del Carmelo en terrenos colindantes con la propiedad del Conde de Pozos Dulces donde ya estaba el caserío del Carmelo con Trigo y Espino, todo lo cual incluía la construcción de una capilla de madera provisional donde había estado la pequeña ermita hasta entonces, donde hoy se levanta aun la primitiva Iglesia. El 15 de enero de 1860 se ofrece la primera misa por el párroco interino de Montserrate Francisco de Paula Gispert en la antes ermita del Carmelo donde ya se proyectaba la actual Iglesia de 16 e/13 y 15, popular y erróneamente llamada “Iglesia del Derrumbe”, pues en realidad, nunca llegaría a construirse".

El reparto Carmelo, cuyo antecedente era el caserío de igual nombre registrado dentro del partido pedáneo de Puentes Grandes, sería una urbanización de considerables dimensiones: 105 manzanas limitadas por al oeste por el río Almendares, al norte por la llamada “Línea de la costa” que daría origen a la calle Línea; el este, por el atractivo boulevard que se construiría con el nombre de Paseo y al sur por la calle 21. José Domingo trigo y Espino fue el urbanista de ese espacio.

La hacienda de José Jacobo Frías Jacob, Conde de Pozos Dulces, y sus hermanos Dolores, Ana y Francisco, a la que hace referencia Couceiro daría paso al reparto Vedado, otras 29 manzanas entre los propuestos boulevares de Paseo, al oeste y la Calle G, al este y desde el litoral norte hasta la calle 15, al sur, aprobado por el ayuntamiento habanero el 18 de mayo de 1860, por lo que el Vedado también está de aniversario en este mes de las flores y con aniversario cerrado como suele llamar la tradición calendarial: 150 años.

El 28 de diciembre de 1865 se iniciaría el reparto Aldecoa, a lo largo de la Calzada de Puentes Grandes, que sería una barriada proletaria.

El reparto Medina se proyectó desde 1865 pero no fue hasta 1883 en que se iniciaría, al sur del Vedado, desde la calle 15 como límite entre ambos, hasta las estribaciones de la loma del príncipe Juan y desde el río Almendares hasta lo que en la centuria veinte se conocería como La Rampa. Sería fomentado por Javier Bossi y la familia de Cayetano, Carmen y Lázaro Medina, propietarios de las canteras de Aulet, en lo que después sería “el hueco de 23 y K”, hoy transformándose en un nuevo hotel-rascacielos, que limitaban con las canteras de San Lázaro, junto al litoral.

Los Medina quisieron dejar de recuerdo su apellido en la anchurosa avenida que proyectaron orientada de este a oeste desde el río hasta la costa: Avenida Medina, que al enumerar las calles sería la calle 23, convertida en el siglo XX en la principal arteria de toda la urbanización de Carmelo-Vedado-Medina, que en la década del 20 el presidente Gerardo Machado Morales el ayuntamiento capitalino la denominó Avenida General Machado, nombre impopular que fue retirado tras la ruidosa caída del tirano el 12 de agosto de 1933. También los antiguos propietarios del espacio proyectaron el Parque Medina, en la manzana de las calles 23, C. 25 y D pero en el que se levantaría en la república la escultura monumentaria de Mariana Grajales Coello, Madre de la Patria y por tanto definitivamente el pueblo lo rebautizaría como Parque Medina. En las áreas del reparto Medina, se establecería desde 1883 hasta 1954, el Hospital Reina Mercedes, fundado en otro lugar por la Iglesia Católica en el siglo XVII y que en 1954 se trasladó para el barrio del Príncipe donde se le denominaría en 1962: Hospital Manuel Fajardo. En Medina también se construyó la necrópolis Cristóbal Colón inaugurado el 29 de septiembre de 1872 aun cuando el nuevo reparto estaba siendo gestionado para su definitiva aprobación y es en Medina en que se urbaniza la llamada Rampa entre las décadas del 20 y el 50 del siglo pasado.

Ya dijimos que los tres repartos, urbanizados homogéneamente, se conocieron de conjunto como Vedado o como algunos suelen decir: el Vedado capitalino. Fueron los primeros en sustituir la tradición española del patio central por la norteamericana del traspatio así como la inclusión de los portales corredores. También fueron los primeros en aplicar “la cuadrícula perfecta” con manzanas de 100 por 100 metros y alejar las aceras de las calles mediante los park terrys.

En la división político-administrativa del antiguo municipio de La Habana, existente hasta 1963, ese espacio estaba dividido en sólo dos barrios: Vedado y Medina, con límite a lo largo de la calle 15, lo que equivale a que el Carmelo, si bien se reconocía como un barrio tradicional socioculturalmente, nunca fue reconocido como barrio político-administrativo.

En 1963, pasó el espacio referenciado a integrar el nuevo regional Plaza de la Revolución, convertido en municipio en 1976. Dentro del regional Plaza existieron como seccionales: Rampa, Vedado y Carmelo. Esta vez, sería Medina el desaparecido.

Dentro del barrio político-administrativo de Príncipe se fomentaría desde la primera década del siglo XX el reparto Ensanche de La Habana, limitado por el Paseo de Carlos III, la Calzada de Infanta, Manglar, 19 de mayo y la Avenida de la Independencia y más tarde, como continuidad del mismo, el reparto Ensanche del Vedado, con fronteras por Atestarán hasta la Avenida de la Independencia y por ésta hasta 19 de mayo.

También a inicios del siglo XX, sucumbiría el poblado de San Antonio Chiquito, existente desde el siglo XVIII que había contado con ingenio y ermita, dentro del área que en el “Machadato” comenzara a llamarse “Pan con Timba” y después simplemente “La Timba”.

A partir de 1947, en los terrenos contiguos al reparto Aldecoa, al propio San Antonio Chiquito y a la proyectada Plaza Cívica de la República se alzaría otra majestuosa urbanización: Nuevo Vedado, dentro de la cual emergió como marginal, la pequeña barriada de La Dionisia y desapareció con la construcción de la Plaza, el barrio de indigentes (denominación peyorativa de la época) La Pelusa.

Nuevo Vedado sería casi tan extenso como la urbanización originaria de Carmelo-Vedado-Medina, pues llegaría hasta las márgenes del río Almendares.

Dentro del área originalmente llamada “terreno o monte vedado” también se encuentran barrios actualmente centrohabaneros.  Son ellos, los barrios de Aramburu, llamado desde fines del siglo XIX “Cayo Hueso”, al asentarse en él muchos tabaqueros inmigrados de Tampa y Key West (Cayo Hueso, para los cubanos), en La Florida, que retornaron a la patria al concluir la Guerra de Independencia y el barrio de San Lázaro, que actualmente está dentro del propio consejo popular de Cayo hueso.

Así de entramado de barriadas se tejió el terreno vedado al oeste de la ciudad originaria de San Cristóbal de La Habana y que en este mes de mayo está de cumpleaños con el 151 aniversario del Carmelo y el 160 del Vedado.

Es lastimoso, que los límites de los actuales consejos populares del municipio de Plaza de la Revolución no coincidan con los límites de sus barrios tradicionales desde el punto de vista histórico y sociocultural. El Carmelo, es un ejemplo. Realmente, se extiende como barrio al oeste de Paseo, con sus calles enumeradas pares desde la 2 hasta la 32 y sin embargo, el actual consejo popular fija sus límites en la calle 2 en una porción y en la calle 4 en otra, no debiera ser pues Paseo es un límite no sólo histórico sino como lo llaman los urbanistas “un límite fuerte” al tratarse de una avenida que marca dos mundos, pues el este de ella, las calles comienzan a denominarse por letras.

Medina no existe hoy como consejo popular, sin embargo debiera ser el nombre del actual consejo popular Vedado pues esa área es el “centro histórico de Medina” aunque otras partes del anterior barrio de Medina hoy componen otros consejos populares y es correcto pues el ulterior desarrollo así lo ha determinado y son los casos de Colón y La Rampa.

Nuevo Vedado, que es una urbanización compacta y con una identidad en construcción pero única, se divide en tres consejos populares: Plaza de la Revolución, Colón-Nuevo Vedado (mezclándose con la parte de Colón innecesariamente desde la lógica histórica) y Nuevo Vedado-Puentes Grandes cuando Puentes Grandes ha de ser solamente el propio barrio de Puentes Grandes y el de Aldecoa y para colmo, una parte de Puentes Grandes se le cercenó y se le unió a la Ceiba, del municipio Playa, en 1976.

Algún día se hará coincidir la tradición barrial con los límites de los consejos populares. Constituye una necesidad para esta ciudad de medio milenio terminar esa fragmentación pues lacera su fuerte identidad a partir de su diversidad.


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