Cecilia Valdés, la novela escrita por Cirilo Villaverde, fue publicada completa en 1882, hace 140 años. Un aniversario que celebramos en ocasión de la Jornada de la Cultura Cubana.

¿Quién fue Cirilo Villaverde?

Fue un escritor cubano nacido en San Diego de los Baños, Pinar del Río, y que falleció desterrado en Nueva York. Un cubano de su época que supo de las conspiraciones políticas y del dolor de la huída hacia un alejamiento de la Patria que lo vio nacer y que defendió hasta su muerte. 

Hace muchos años, supe que era un hombre culto. Profesor de humanidades, escritor sobre todo de novelas y escritos de costumbres y, por supuesto, un notable conspirador contra el sistema colonial español. 

Cuando leí por primera vez su novela “Cecilia Valdés” pude percatarme de su profunda cubanía, la de aquel tiempo, que por cierto se consideraba una novela romántica, pero que demostraba un realismo tan vigoroso capaz de impactar al mejor de los lectores. Recuerdo siempre cuando se decía en mi época de estudiante, que si la poesía en Cuba había nacido propiamente con José María Heredia, la novela se había iniciado con Cirilo Villaverde. 

¿Quién era Cecilia Valdés? 

Era una hija ilegítima de Don Cándido Balboa, una mestiza libre. Siempre le vi a Cecilia un acercamiento a mi isla, a la sociedad colonial de su época y enfrentada a clases y subclases, separadas por motivos de razas, de riqueza y de poder. Esa raíz es la que ha hecho que la novela a tantos años de publicada no haya perdido ni un ápice de la bases históricas que la han sustentado a lo largo del tiempo.

Los jóvenes cubanos deben leer esta novela de Cirilo Villaverde, aunque hayan visto el magnífico filme que poseemos. Deben conocer a sus personajes, deben saber quien era el hijo de Gamboa, cómo era su familia, cómo era Cecilia, su madre y sus amigos, y así sabrán por qué lucharemos siempre, el por qué de nuestra Revolución, sus luchas y la sangre derramada. Así podrán entender mejor la realidad de la historia de Cuba, y los sacrificios entregados a la Patria. Así conocerán enteramente a José Martí, que un día dijo de Cirilo, justamente a la hora de su muerte:

“De su vida larga y tenaz, de patriota entero y escritor útil, ha entrado en la muerte, que para él ha de ser el premio merecido, el anciano que dio a Cuba su sangre, nunca arrepentida y una inolvidable novela”. 

El mundo que refleja la novela es dramático, contado con destreza por el novelista con gran naturalidad, para que se conozca bien, un afortunado narrador de lugares y sitios imprescindibles.

Los contrastes son evidentes. De ahí los bailes, las fiestas, el Seminario de San Carlos, La Tinaja y sus fueros y los personajes, bien definidos mostrando a Leonardo Gamboa, medio hermano de Cecilia, hombre deformado, separados los dos por un sociedad injustamente existente que maltrata y devora. Todo se define en un descenlace sangriento.

La realidad social aflora y estremece. Más allá de la novela, prosigue la existencia. La Patria en 1959, conquista su libertad y soberanía. Ahora la lucha es mayor. Nadie puede trazarnos el camino. Solo nosotros seguiremos adelante. Cuba como diría Guillén, con el color cubano que caracteriza a este verde caimán, conquista la vida para su pueblo, un pueblo valiente, seguro, con todos y para el bien de todos, inquebrantable, a pesar de los desmanes del doloroso bloqueo y frente a un enemigo poderoso que quiere destruirnos. No hay duda que Cecilia es Cuba y que Cuba es Cecilia. Cuba es sensual, tierra de música y color, de rumba, guaguancó y hermosas danzas habaneras, de risa y de llanto prendidos a su historia. 

Hace muchos años se escribió esta novela. Hay un análisis de carácter social en la misma. El escritor define bien al hombre y a la sociedad del XIX que le toca vivir. Si quieres conocer la vida colonial de Cuba, no dejes de leer esta obra. Aunque haya algunas pifias literarias, lo importante de la misma es el autor, con la espontaneidad de su narración que lo caracteriza, un hombre que nos entregó una historia verdadera, la cual nos permite tomar el quitrín y echar a andar por los caminos de esta Habana nuestra hacia un futuro luminoso que todo nuestro pueblo sueña y espera.