Para recordarlo, van estas líneas. Fue en los primeros años de la década del 60, cuando lo conocí en la Biblioteca Nacional José Martí. Trabajaba junto a él, mi amiga y compañera de estudio María del Carmen Garcini, que lamentablemente perdimos tiempo más tarde. Trabajar junto a un hombre de esta talla y siendo una joven graduada universitaria, era sin duda alguna, una verdadera fortuna. Ya Eliseo Diego, tenía aproximadamente 42 años, un gran profesor y un excelente creador. Vale este recuerdo para los dos, porque María del Carmen, con su arte de narrar cuentos, y su capacidad intelectual, hubiera podido escalar muchos más extraordinarios reconocimientos. De eso no me cabe la menor duda.
Eliseo, era el responsable del departamento de Literatura y Narraciones de la Biblioteca. Se había graduado de Pedagogía junto a su esposa Bella, hermana de Fina García Marruz, la esposa de Cintio, al que también conocí yo en esta emblemática Institución Cultural de nuestro país.
“Mi nombre es Eliseo Diego. Soy, de oficio, poeta, es decir: un pobre diablo a quien no le queda más remedio que escribir en renglones cortos que se llaman versos. Y lo hago no por vanidad o por el deseo de brillar, o qué sé yo, sino por necesidad, porque no me queda más remedio que escribir estas cosas que se llaman poemas.”
Eliseo, dominaba el idioma inglés perfectamente, a tal punto, que fue profesor de Literatura Inglesa y Norteamericana en la Casa de las Américas.
El primer libro de poemas del escritor que llegó a mis manos fue La Calzada de Jesús del Monte. Yo nací en Santos Suárez, 10 de Octubre, y además, estudié en el Instituto de la Víbora. Fina y Cintio, vivían a pocas cuadras de mi casa. El poemario del creador, siempre me fue muy cercano.
Cuando le vi por primera vez, ya este cubano de pura cepa, tenía mucho que contar. Había nacido Eliseo, un 2 de julio de 1920.
Según supe, sus primeros cuentos infantiles los había escrito en 1928, siendo un niño. Desde los años escolares, en el Colegio La Luz, se hizo amigo de Cintio Vitier, y juntos emprendieron el camino de la literatura. Su primer libro publicado en 1942, fue En las oscuras manos del olvido, presentaba tres cuentos. En esta época, aquellos dos jóvenes, aún no eran bachilleres, cuando escucharon unas interesantes conferencias de la española María Zambrano, que estaba en ese momento de paso por La Habana. En 1981 y en Madrid, Eliseo, se encontró otra vez con la valiosa intelectual y pienso, que deben haber recordado aquellos tiempos de la Guerra Civil Española y la estancia de la gran María, en nuestra capital.
Es Eliseo, uno de los fundadores de la revista Orígenes y en ediciones de dicha revista, publicó sus “Divertimientos”.
La revista Orígenes y el Grupo de igual nombre, reunió a grandes poetas cubanos que dejaron una honda huella en la historia literaria de nuestro país. Conoció a Lezama Lima y se hicieron grandes amigos.
Trabajaba yo en la Dirección Provincial de Cultura de la Habana, cuando disfruté la noticia que, a Eliseo, le habían otorgado el Premio Nacional de Literatura, era el año de 1986. Fue una etapa de gran creatividad para este singular cantor cubano. Desde el inicio de la década del 80, viajes, publicaciones, participaciones en eventos, Premios de la Crítica, conferencias, llenan de logros su agenda. Fue el momento en que Gabriel García Márquez, lo consideró como “uno de los poetas más grandes de la lengua”. Es en 1988 cuando la Editorial “Gente Nueva”, publica su libro de poemas para niños. Esto era algo que lo apasionaba. Fue especial traductor de escritores para niños. Era un hombre de vastísima cultura.
Juegos
¡Ahora nosotros somos buenos
y ustedes malos!
Y los niños,
desde la cima blanca
de la mañana,
todos,
buenos y malos,
se hunden en el fuego
purísimo
ya espléndidos
gritando.
La poesía contenida en su libro A través de mi espejo, su “Inventario de Asombros”, que fue Premio de la Crítica, como lo fue también “Soñar Despierto”, en 1889, explican lo fructífera de esta época para el poeta.
Alrededor de catorce libros acumula este distinguido escritor. El libro de poemas El oscuro esplendor, era uno de los de su preferencia.
Calma
Este silencio,
blanco, ilimitado,
este silencio
del mar tranquilo, inmóvil,
que de pronto
rompen los leves caracoles
por un impulso de la calma,
¿se extiende acaso
de la tarde a la noche, se remansa
tal vez por la arenilla
de fuego,
la infinita
playa desierta,
de manera
que no acaba,
quizás,
este silencio,
nunca?
A sus 70 años, en 1990, aparece su Antología Poética, que fue otro Premio de la Crítica. Siempre amó a su familia; su esposa, hijos y nietos eran un buen tesoro para este hijo de asturiano, que recibió lleno de alegría la Distinción Gaspar Melchor de Jovellanos, otorgada por las Asociación Asturiana de Cuba.
Muy felices nos sentimos los cubanos cuando en 1993, recibió, el “Premio Internacional de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo”, en la Feria del Libro de Guadalajara, México.
Impartió conferencias en la Universidad Autónoma de México. Fue amado por todos los que lo conocieron y escucharon.
Estando en ese hermano país, nos abandonó un día. Era un 4 de marzo del año 1994, el momento en que el escritor mexicano Octavio Paz, expresó: “Solo faltaba la muerte a Eliseo Diego, para convertirse en leyenda de la Literatura Latinoamericana”.
Nos dejó el poeta cubano, un fabuloso texto que tituló Testamento. Solo aquí los últimos versos de este conocido poema:
…no poseyendo más
entre cielo y tierra que
mi memoria, que este tiempo;
decido hacer mi testamento.
Es este:
les dejo
el tiempo, todo el tiempo.
Ahora solo resta, que mis lectores como mejor homenaje en este Aniversario 100 de su natalicio, profundicen en la vida y obra de este excepcional poeta, orgullo nacional y de la cultura de Nuestra América.
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