Desde el 12 de abril Factoría Habana expone Intersecciones, una muestra colectiva que trata de “atar cosas, unir los puntos que separan a las personas”. Precisamente, esta exposición es un sueño concretado, la última etapa del work in progress curatorial ‘In itínere’ ideado por la curadora Concha Fontenla, quien es también directora del centro.  

Sobre cómo Factoría… se une a la Bienal y su importancia dentro del circuito de arte en la capital, Fontenla asegura que siempre esta institución ha trabajado temas relacionados con La Habana. “Mi curaduría pertenece a un proyecto, que es mi trayectoria profesional, que yo he volcado en esta ciudad, en este país”.

A decir de la curadora la Bienal llega en un momento difícil, después de un tornado y anteriormente el ciclón Irma. No obstante, considera que es una Bienal sana, es una Bienal en que los artistas apuestan todo, que ponen todo lo que sea necesario. “Las instituciones también, en la medida de las posibilidades, y el público lo agradece”.

Para Fontenla, hacer una exposición en Factoría… es un lujo para ella y una forma de agradecer a los artistas que forman parte del itinerario expositivo habitual. “Este es un espacio ya muy circuitado, entre visitantes y, sobre todo, entre el público cubano”.

“Esta exposición formará parte de proyectos teóricos de largo alcance, incluido el programa Rutas y Andares, de la Oficina del Historiador de la Ciudad, que permitirá que las obras aquí expuestas lleguen a un público más difícil de acceder que son los padres y los niños. Vendrán juntos y vivirán la experiencia del arte contemporáneo, la experiencia de aportación que pretende Intersecciones”, añadió.

Referente al arte que ahora mismo se está haciendo en Cuba, Concha Fontenla considera que no es adorno, como lo fue en otros países en tiempos largos. “Corrimos el riesgo puntual en otros momentos de un boom excesivo, sobre todo en artistas muy jóvenes que quedan fascinados por la venta de su primera pieza, y es absolutamente humano, y eso pasa en todos los países del mundo”.

Asimismo, cree que el arte está transitando por un tiempo de una reflexión muy profunda. Y como prueba fehaciente de este arte, es lo presentado por los artistas cubanos en la XIII Bienal, que pese a ser tardía, es muy necesaria y está demostrando una salud tanto teórica como estética muy potente.  

Fontenla refiere: “Creo que además es un campo importante para todo el país, porque no hay que ver el arte solo por el objeto, hay que ver todo un sistema de producción, todo lo que sucede alrededor de las visitas, todo el tema turístico, todo el tema de materiales, todo el tema de talleres de producción que están girando con las bienales. No son solo los artistas, son mucha gente en la que es conveniente pensar también. Creo que es un sector que goza de salud, pero creo que podría estar muchísimo mejor”.

Sobre los espacios que hoy tienen los artistas para exponer, la curadora opina que se necesita una remodelación internacional en el sector, no solamente en la cantidad de espacios sino en el tipo de espacios y las diferencias entre ellos. “No es lo mismo un museo que un centro, no es lo mismo un centro que una fundación, no es lo mismo una fundación que una galería y no es lo mismo una galería que el estudio de un artista”.

Agrega: “Cada uno tiene su función en la estructura internacional del mercado del arte o del mundo del arte. El arte es un sector económico bien importante en el país y es un buque insignia de representación”. Asimismo, cree que esta rama de la cultura parte de una buena formación, parte de una priorización dentro del país que permite la posibilidad de comercialización de arte mucho antes que cualquier otro sector.

“Evidentemente con una especialización sería más fácil la regulación, la normativa, se necesita de un entendimiento profundo, no de un sector homogéneo, sino de un sector que es diverso como la propia sociedad. Desde mi punto de vista, el conflicto gira en torno a que hay que trazar legalmente, por abogados expertos en el mercado del arte, unas líneas maestras para cada uno de los espacios.

“Creo que eso es un momento que tal vez, para evitar todo tipo de confrontación, lo que hay que buscar es el diálogo, hay que buscar la apuesta en común, reunirse con todos los colectivos y con cada uno por separado, hacer intercambio de ideas, poner la norma en un lado y las posibilidades internacionales en otro”, afirma la directora de Factoría Habana.

“Opino que la cultura es un sector a tener muy en cuenta y creo que está Bienal es un buen ejemplo de ello, donde nos hemos unidos todos como un solo mundo, con una misma idea, que es la construcción de lo posible”.