Fue una instructora de arte, justamente, la que inspiró a Aleida de la Caridad Silva a seguir este camino. Su nombre es Luz Marina, de la provincia de Camagüey, se acercó a ella para informarse y así siguió adelante con el apoyo de su familia hasta que logró graduarse en la especialidad de Artes Plásticas.
Hoy, forma parte de la Brigada de Instructores de Arte “José Martí”, un movimiento que desde su surgimiento en 2004 ha tenido como principal misión llevar la cultura a los rincones de cada comunidad.
Desde hace cuatro años, esta joven se aventuró en este universo que le ofreció una nueva forma de ver la vida. En conversación con el Periódico Cubarte, nos comentó sus experiencias en la provincia La Habana donde ha desarrollado su labor.
Instruir es lo que más me llama la atención
A pesar de los tropiezos, la parte de instruir es la que más me llama la atención. Tuve que leer, informarme. El instructor de arte es el factor más importante dentro de la comunidad. En los momentos tan difíciles que estamos viviendo, el arte tiene un papel determinante, al ser la base de la verdadera creación.
Ser instructora de arte ha sido la mejor experiencia de mi vida, he crecido como ser humano, como artista, he aprendido que puedo cambiar mi vida y la de las personas, podemos transformar sentimientos. Hemos logrado incidir, sobre todo, en familia disfuncionales.
También he podido participar en los encuentros Escaramujo, que permiten reconocer y estimular los resultados de la labor artístico- pedagógica que desarrollan los instructores de arte en los diferentes escenarios.
Debe existir mayor interacción con las Casas de Cultura
La Casa de la Cultura nos apoya con la metodología, con los talleres, pero considero que hay una gran necesidad de que los especialistas estemos más involucrados con las casas de cultura, debe existir una mayor interacción con nosotros que somos los que estamos en las escuelas.
La comunidad nos pedía más
En tiempos de pandemia, realizamos el plan verano con los niños en la comunidad, realizamos diversas actividades cumpliendo estrictamente las medidas de seguridad. Logramos sacar a los niños de sus casas y aliviar los niveles de estrés que trajo consigo la pandemia. La comunidad nos aceptó y se sumó a nuestro quehacer.
Debemos estar convencidos de lo que podemos hacer
Los instructores de arte debemos estar convencidos de lo que somos y podemos hacer. Debemos aprender a hacer más con menos, buscar nuevas vías, llevar el arte al corazón del niño, del adolescente, seguir trabajando porque tengan una sólida formación vocacional.
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