A siete días de haber comenzado 2022 y luego de casi dos años sin subir a los escenarios, el Coro de Cámara Vocal Leo nos complació en la pasada tarde noche con un concierto en la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís, en la capital cubana, esta vez acompañado por el compositor y trompetista sueco Stefan Jhonsson y el joven pianista y compositor cubano Adrián Estévez.

Bajo la dirección de la Maestra Corina Campos inició este performance, con Lux aeternam, obra dedicada al propio coro, del compositor Daniel Toledo Guillen, secundado por el estreno nacional de Vuela un cisne salvaje por el viento, con letra y texto de Eduardo Morales-Caso. Y no podía falta la hermosa obra coral de Beatriz Corona, Este arroyo que no vuelve, con el texto de Mario Benedetti y la interpretación del solo a cargo de la soprano Kirenia Corzo, una de las integrantes del coro.

En una segunda parte de esta presentación fuimos testigos del exitoso resultado de la unión de los invitados y el coro, del cual la Maestra Corina nos anunció que es un estreno mundial y a su vez nos contó la complejidad del proceso de montaje.

A continuación, fueron ejecutadas cuatro obras corales con acompañamiento de piano y trompeta, con música de Stefan Jhonsson y textos del poeta sueco Harry Martinson. En estas obras el coro estuvo acompañado a la trompeta por el propio compositor y la excelente interpretación de Adrián Estévez, con quienes Corina se siente muy agradecida resaltando la integración del joven pianista con el Coro. Tuvimos la oportunidad de escuchar los textos de estas canciones traducidos al español en la voz de Ignacio Cruz Ortega.

Ya despidiendo la noche, disfrutamos de la combinación del canto y la danzaa través del Cántico de Celebración, del maestro Leo Brouwer, y también Stefan Jhonsson nos regaló una composición, recuerdo de su visita, La Habana en mi corazón; según sus propias palabras, esta pieza es una mezcla de toda una serie de estilos y ritmos como jazz, salsa, música latina e incluso elementos de la música de su país, expresando como ha sentido su estancia en la capital cubana.

Y al cierre Spiritus Sanctus, también de Jhonsson, en las voces de los responsables de esta maravillosa velada, quienes gracias a su exquisitez y excelencia nos dejan una vez más a la espera del próximo concierto.