Con clásicos de la música brasileña, interpretados por el proyecto Bossa Nova Sinfónico, quedó inaugurada este domingo, en la sala Covarrubias del teatro Nacional, la Feria Internacional Cubadisco 2016, el más importante foro de la industria fonográfica cubana, que cumple 20 años de existencia.
El concierto, al que asistió Julián González Toledo, ministro de Cultura, dio inicio a una intensa y variada programación, que se extenderá hasta el 22 de mayo, y durante la cual se darán a conocer los Premios Cubadisco a las mejores realizaciones en ese campo —la proclamación acontecerá el miércoles 18 en una ceremonia que tendrá lugar en Tropicana— y se destacarán los aportes de la música bailable al patrimonio cultural de la nación.
Para resaltar esta última propuesta habrá tres momentos muy especiales en la programación: la evocación de Elio Revé Matos con un nutrido concierto desde las 4:00 p.m. a las 10:00 p.m. el viernes 20 en la Avenida Salvador Allende (antigua Carlos III), con la participación de Elito Revé y su Charangón y otras agrupaciones de primera línea; el bailable que ofrecerá el sábado 21 a las 9:00 p.m. Alexander Abreu y Havana D’ Primera, ganadores del Gran Premio Cubadisco el año pasado en el Salón Rosado Benny Moré; y la clausura el próximo domingo a las 11:00 a.m. en el teatro Nacional donde se estrenará el concierto Formell sinfónico.
Para inaugurar Cubadisco llegaron a La Habana seis músicos de Brasil, Estados Unidos y Costa Rica, que bajo los auspicios de la organización Toca Culture, con base en la Florida, llevan tres años promoviendo una manera singular de encarar el legado del genial artista brasileño Antonio Carlos Jobim (1927 -1994), reconocido como uno de los padres de la bossa nova, junto con el poeta Vinicius de Moraes y el guitarrista y cantautor Joao Gilberto.
Bossa Nova Sinfónico, como titularon el proyecto, cobró vida en el 2013 cuando la cantante brasileña Rose Max, su compatriota Ramatis Moraes (guitarra), los norteamericanos Jaime Ousley (bajo eléctrico) y Michael Orta (piano), y el costarricense Carlomagno Araya, prepararon un concierto y grabaron en vivo con la Sinfónica Nacional de Costa Rica, con el estadounidense Jeremy Fox como director invitado.
La producción discográfica resultó nominada al Grammy Latino del 2014 y ese mismo año conquistó uno de los lauros Brazilian International Press.
El mismo equipo viajó ahora a la capital cubana para compartir su repertorio con el público habanero, con el apoyo de nuestra Orquesta Sinfónica Nacional, cuyos instrumentistas reafirmaron su solvencia profesional.
Particularmente Rose Max se ganó al auditorio con su carisma, y el atinado reflejo de la obra de Jobim, que para no pocos cubanos amantes de la música brasileña se identifica con la extraordinaria huella de Elis Regina.
No podían faltar versiones sinfónicas de piezas memorables como A garota de Ipanema,Insensatez, Aguas de marzo y Chovendo na Roseira. La ausencia de algo que, para completar el retrato de Jobim, debió estar presente, Desafinado —cómo no pensar en las versiones de Joao Gilberto y la mismísima Ella Fitzgerald— fue compensada con el medley (enlace ininterrumpido de temas) que cerró el concierto, el cual incluyó la inefable Samba de una sola nota.
Ante la cálida acogida del público, Rose y los músicos del proyecto regresaron a escena para desatar con aires de carnaval carioca otro clásico, Mais que nada, de Jorge Ben, popularizado en su día por Sergio Mendes y Brasil 66.
El final del concierto, en otra tónica, corrió por cuenta de la casa: con el trovador Raúl Torres, también con acompañamiento sinfónico, Vania Borges como invitada, y en el podio el maestro Enrique Pérez Mesa.
Deje un comentario